12 necesidades que son causa de nuestros vacíos del alma

12 necesidades que son causa de nuestros vacíos del alma
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 junio, 2019

Día a día sentimos necesidades que nos producen ansiedad, incomodidad y que nos hacen ser infantiles. Sentimos vacíos en el alma cuando no logramos ser importantes, no nos dan la razón o cuando nos sentimos víctimas de lo que ocurre en nuestra vida.

Vamos a analizar cada una de estas necesidades, que según el psicólogo y escritor Bernabé Tierno, son la causa de nuestros vacíos del alma y nos pueden llegar a producir ansiedad y estrés si no las controlamos adecuadamente.

“Cuando uno se deshace de todo lo que posee, pasa en realidad a poseer todos los tesoros del mundo”.

-Mahatma Gandhi-

Necesidad de ser importante a cualquier precio

La necesidad de ser importante se produce como consecuencia de la falta de autoestima. Nace un deseo irrefrenable de ser importante para compensar los vacíos del alma que sentimos, cuando realmente lo que ocurre es que no nos queremos a nosotros mismos lo suficiente.

Quien siente esta necesidad, intentará caer bien a todo el mundo y no dudará en mentir para lograrlo. Una persona que necesita ser importante, maquillará su vida para que todos la adoren, y para alcanzar su minuto de gloria. Sin embargo, un deseo moderado de ser tenido en cuenta y valorado es normal y sano, el problema se produce cuando ese deseo se convierte en algo irrefrenable.

Necesidad de tener siempre la razón

Es el deseo de que todos estén siempre de acuerdo con lo que decimos o pensamos. Las personas que padecen esta necesidad, discuten acaloradamente en el caso en que alguien no les dé la razón, porque si no tienen razón o no se la damos, se sienten desnudos y desprotegidos.

Necesidad de amar y ser amado

Mano con un corazón

No cabe duda de la necesidad del amor como la fuerza de la vida, como un sentimiento espontáneo y puro que surge sin que nos demos cuenta. El componente emotivo del amor hace que este pueda surgir o desaparecer sin que apenas seamos conscientes.

Es incoherente que alguien prohíba amar o exija ser amado, porque el amor no se controla, surge sin más. Una persona que siente la necesidad de amar y ser amada, es por lo general, una persona que no se quiere a sí misma.

Necesidad de descargar la ira

La ira y la indignación en determinadas situaciones son humanas. Todos nos hemos enfadado alguna vez en nuestra vida o hemos sentido indignación por alguna injusticia. Pero la ira no está justificada cuando se utiliza de tapadera de nuestros fallos o malas acciones. En este caso la indignación o la ira ya no tienen un propósito noble, sino solamente el objetivo de alimentar nuestro ego.

Necesidad de preocuparse por todo

Hay personas muy negativas, que solo ven lo malo, que parece que solo pueden ver desgracias y que jamás dirán nada positivo. Son personas que contagian la preocupación y además sostienen que nunca nos preocupamos lo suficiente. No es posible razonar con una persona que piensa así porque es como hablar con un muro y acabará contagiándote su negatividad.

Necesidad de culpar a los demás

Los niños a veces cuando cometen un error buscan echarle la culpa a otro niño, pero esa conducta debe ser evitada alabando la valentía y honradez de quien dice la verdad a pesar de las consecuencias. Es necesario aprender que aunque la conducta haya sido mala, es noble reconocer el error y arrepentirse.

Necesidad de sentirse superior a los demás

El amor hacia nosotros mismos, es sano y normal, debe madurar con la edad, y estará acompañado por la empatía y la preocupación por los demás. Pero cuando ese amor es desmedido, nos convertimos en seres egoístas y orgullosos que sólo buscan la satisfacción propia.

Necesidad de sentirse víctima y buscar compasión

Las auténticas víctimas se sienten ultrajadas por un maltratador concreto, con nombres y apellidos y jamás buscan sentirse el centro de atención, todo lo contrario, sienten vergüenza y miedo por la situación. Pero hay personas que jamás han sufrido ningún maltrato y representan el papel de víctimas, para lograr ser el centro de atención.

“El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea para reparar el daño”.

-William Shakespeare-

Mujer triste agachada

 

Necesidad de que otros asuman la responsabilidad

Hay personas activas, que trabajan, se responsabilizan y logran objetivos; y hay personas pasivas que no saben o no contestan, nunca están para nadie y nos quieren asumir ninguna responsabilidad. Esto se debe al miedo que tienen esas personas pasivas de mostrarse tal cual son, porque en realidad se sienten inferiores. La solución es la acción, hacer primero lo que se tema.

Necesidad de encontrar defectos

Las personas que buscan incansablemente los defectos de los demás, que no cesan de buscarlos y de echarlos en cara, paradójicamente no soportan ni una sola crítica. El hipercrítico no es capaz de asumir sus defectos y por eso se dedica a criticar a los demás, en lugar de criticarse a sí mismo.

Necesidad de tener cosas

La necesidad de tener muchas cosas, de comprar cosas que no necesitamos, se produce por nuestro deseo de cubrir con todas esas cosas nuestros vacíos del alma. Paradójicamente cuanto mayor es la necesidad de atesorar cosas, mayor en nuestro vacío. En este caso es necesario ser consciente de nuestro error y buscar la riqueza en nuestro intelecto, en nuestro espíritu y en nuestros sentimientos.

“Los espíritus desenfrenados aspiran inútilmente a lograr la máxima perfección”.

-Johann Wofgang Goethe-

Niña rodeada de mariposas

Necesidad de que todo sea perfecto y maravilloso

Esta necesidad es, quizá, la más peligrosa de todas, porque genera directamente ansiedad, estrés, baja autoestima… Un perfeccionista busca sin descanso el éxito y nada le parece suficiente. La insatisfacción le produce estrés y agotamiento. Para evitar ese comportamiento es esencial ser conscientes de lo que somos y valorar nuestros defectos y virtudes.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.