Las 12 leyes del karma

Lo que sembramos, obtendremos después. Este es el principio de causa-efecto, la ley kármica más popular. Sin embargo, hay otras once leyes igual de valiosas que merece la pena explorar en relación con esta fascinante creencia.
Las 12 leyes del karma
Raquel Aldana

Escrito y verificado por la psicóloga Raquel Aldana.

Última actualización: 03 marzo, 2024

Antes de hablar de los mandamientos que lo describen, es crucial definir qué es el karma. Dentro de tradiciones como el budismo y el hinduismo, este concepto se entiende como un principio universal de justicia y equilibrio. Según esta filosofía, todas tus acciones generan consecuencias equivalentes.

No está vinculado a un Dios que juzga o castiga, sino a una fuerza cósmica que busca compensación y armonía. En línea con estas creencias, la reencarnación es vista como la oportunidad de redimir o purificar el karma acumulado en vidas pasadas. A través de cada nueva existencia, se busca alcanzar un estado de mayor elevación espiritual y liberación.

Las leyes del karma cargan de un valor invaluable a este proceso, guiándonos hacia la reflexión sobre nuestras elecciones y acciones.

Las leyes del karma y qué aprender de ellas

El karma actúa como un juez de nuestros actos, una energía trascendente e invisible que se desprende de lo que hacemos y acumula consecuencias y recompensas en respuesta a ello.

En esencia, las leyes del karma nos revelan que las fuerzas que pusimos en movimiento, ya sea hace diez minutos o hace diez vidas, nos volverán como un boomerang en algún momento. Conozcamos de qué se tratan y qué valiosas lecciones nos plantean.

1. La gran ley del karma o la ley de causa y efecto

Es la idea central del karma. En esencia, refleja la noción de que recogemos los frutos de nuestras acciones. Aquello que ponemos al universo es lo que vuelve a nosotros. Dejando a un lado este enfoque espiritual, dicho principio cuenta también con una gran correspondencia psicológica.

Pensemos, por ejemplo, en ese padre autoritario, en esa madre controladora o en ese amigo que traiciona. Las consecuencias de tales comportamientos son inminentes: se manifiestan en la distancia emocional y en la insatisfacción que permea los vínculos.

2. Ley de la generatividad

La segunda ley kármica sostiene que no somos meros receptores pasivos de nuestra vida, sino creadores de ella. En relación a esto, el budismo enfatiza la responsabilidad plena que tenemos sobre nuestra existencia.

Según esta perspectiva, cada situación que vivimos está conectada de alguna manera a lo que hemos hecho o decidido antes, en lugar de ser resultado del azar o la casualidad. Por lo tanto, deberíamos centrarnos en ser consistentes con nuestras acciones y deseos. Ten presente que, aunque a veces el karma tarda, siempre llega.

3. Ley de la humildad

Todos tenemos ciertos aspectos internos que preferimos ignorar, como el egoísmo, el apego excesivo hacia lo material o incluso nuestra dependencia hacia ciertas personas.

La ley de la humildad implica enfrentar nuestra realidad y hacernos cargo de ella. Significa mirar hacia adentro y reconocer nuestros errores, defectos y heridas, en lugar de responsabilizar a terceros o a factores externos. Solo siendo sincero contigo mismo, puedes lograr cambios reales.



4. Ley del crecimiento

Donde vayas, siempre estarás contigo. Para crecer con autenticidad, debemos cambiar\, en vez de esperar que nuestro entorno cambie por nosotros. Esto puede ser desafiante, ya que la sociedad no nos ha educado según la ley del crecimiento.

Vivimos en un mundo obsesionado con lo externo, anhelando lo que no tenemos y sintiendo envidia por lo que no somos. Solo tendremos el control cuando crezcamos desde nuestro propio ser, buscando cambios genuinos y aceptando a los demás por lo que son y no por lo que desearíamos que fueran.

5. Ley de responsabilidad

Esta es una de las leyes del karma más contundentes; eres responsable de tus elecciones, de tus errores y de tus éxitos.

No es novedad que hay aspectos que escapan a tu control, la adversidad puede surgir cuando menos lo esperas. Sin embargo, en estos casos lo que cuenta es tu actitud hacia esos acontecimientos. Así que, asume la responsabilidad de tu persona, de tus palabras, acciones y reacciones.

6. Ley de la conexión

Cada paso que das es producto de tu pasado y, a la vez, influye en tu futuro. Nada queda sin vínculo, en nuestra existencia, cada pieza cuenta.

Todo está entrelazado como cuentas en una pulsera. Si una perla se mueve, afecta a las demás, y si se rompe, también se sueltan. Ser capaz de percibir la ley de la conexión te permitirá ser más consecuente (y prudente) en cada una de tus decisiones.

El pasado, presente y futuro no constituyen eventos aislados; están interconectados.

7. Ley del enfoque

La vida es un rompecabezas llenos de misterios y oportunidades para la felicidad. Pero, solo quienes están atentos de mente y corazón conectarán con aquello que el universo les tiene reservado. En cambio, para quienes centran su mirada en carencias y en el afán de posesiones materiales, la magia de la vida suele pasar desapercibida.

La lección de esta ley es clara; mantener la atención en lo que de verdad importa es como seguir un mapa que te guía hacia el bienestar. Evita distraerte con las luces brillantes (superficiales) en el camino, ya que corres riesgo de perder la ruta que conduce a la felicidad. ¿Cuál es tu norte?

8. Ley del dar y de la hospitalidad

Dar y acoger son como superpoderes que te elevan y te hacen más noble. Estos dos gestos se llevan a cabo mediante la humildad y ese enfoque libre de egoísmo es lo que permite construir puentes con los demás.

Según las leyes del karma, esta energía también retorna a nosotros. Es decir que, tarde o temprano, ese acto de nobleza nos recompensará de alguna manera.

9. Ley del aquí y ahora

Aunque el hilo que une al pasado, presente y futuro es innegable, la tinta para escribir está disponible solo en el aquí y ahora. En otras palabras, tu capacidad de cambiar tu historia es una oportunidad que solo se encuentra en el momento presente.

Además, vivir anclado en el ayer o creer que tu vida ocurrirá en el futuro es lo que te impide disfrutar del hoy. Prácticas como el mindfulness o la meditación pueden ayudarte a aplicar esta ley en tu vida diaria y ser capaz de apreciar cada instante por lo que es.



10. Ley del cambio

Mientras sigas tropezando con la misma piedra, esta seguirá apareciendo en tu camino. La historia se repite hasta que sea necesario.

«¿Cómo saber qué karma estoy pagando?» se convierte en una indagación crucial en este proceso sanador. Por ejemplo, si siempre te ves envuelto en relaciones insanas o terminas teniendo problemas con tus amistades, es probable que necesites aprender algo importante. Una vez que lo hagas, verás un cambio real en tu vida.

Para poner en marcha esta transformación, es necesario tomar decisiones audaces, quizás alejarte de lo cómodo y familiar, y adentrarte en lo desconocido.

11. Ley de la paciencia y la recompensa

Todas las recompensas requieren de un esfuerzo inicial y la habilidad de saber esperar. Nada cae del cielo o sucede porque el destino o la suerte lo desee. La mayor gratificación llega cuando combinamos esfuerzo, paciencia y perseverancia, ¿no te parece?

12. Ley de la importancia e inspiración

El valor de lo que haces viene de la energía e intención que le entregas. Por eso, es clave involucrarse con pasión en cada proyecto y llenarlo de inspiración para crear sueños grandes que, en algún momento, se hagan realidad. Es entonces cuando la magia sucede.

La conexión entre las 12 leyes del karma

Como pudimos observar, las leyes del karma no actúan de manera independiente unas de las otras; al contrario, forman parte de un único principio budista: todas nuestras acciones conllevan consecuencias que inevitablemente recaerán en nuestras manos.

Ahora bien, creas que el karma existe o no, puedes usar estas estas leyes para conducir tu vida. Pues, no se puede negar que representan un buen comienzo para asumir una actitud más responsable, generosa y empática ante la vida.


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