Claves para el alivio emocional

Claves para el alivio emocional
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 24 enero, 2020

La vida está llena de cambios. Ciclos donde atravesamos nuestras experiencias vitales con mayor o menor intensidad. Una relación personal, un trabajo, unas amistades, la estancia en una casa, en una ciudad… En este continuo fluir de nuestra existencia pueden surgir variaciones donde aquello que pensábamos que era eterno e incluso insustituible, acaba cambiando o incluso perdiéndose. Es aquí donde entra la búsqueda del alivio emocional.

Querer a alguien, ya sea nuestra pareja o incluso un amigo, supone establecer unos lazos afectivos muy estrechos de los cuales, es muy difícil desprenderse. También podemos decir lo mismo de un trabajo, donde alzamos toda una serie de expectativas, proyectos y donde a su vez encontramos el sustento de nuestra vida.

No hay alivio emocional más grande que cerrar una puerta, para que se abran otras.

¿Cómo superar esas pérdidas? Son finales que cierran círculos en los que nos hallábamos enclavados en ese fluir, en ese movimiento armonizado donde teníamos nuestra calma y nuestra felicidad. ¿Cómo cerrar esa etapa e ir “desapegándonos” emocionalmente?

Terminar una etapa como alivio emocional

Dejar nuestra vida con una persona, terminar una amistad, una relación, e incluso vernos obligados a tener que dejar por la razón que sea el estilo de vida que llevábamos hasta entonces, implica una serie de cambios muy acusados. La vida está trufada por las costumbres, por los hábitos y esos pequeños detalles que a su vez, crean grandes universos.

Mujer dejando a su pareja para tener alivio emocional

Ningún universo es eterno. Todo en este mundo cambia y fluctúa. Pero tenemos miedo, de hecho incluso tenemos miedo al miedo. El futuro se nos antoja como un túnel estrecho y oscuro por donde no sabemos encontrar la dirección ni el camino.

Nuestras costumbres y hábitos con esa persona que ya no tenemos a nuestro lado han dejado de sucederse o ese trabajo que nos obligaba a levantarnos cada día, ya no está para marcarnos sus pautas y obligaciones.

Nos duele soltar a quien un tiempo atrás estaba a siempre a nuestro lado. Sin embargo, esto nos proporciona un gran alivio emocional.

¿Cómo afrontarlo?  Las emociones nos asaltan con la forma del temor, la ansiedad y una inconmensurable tristeza. E incluso deseamos escondernos para que no nos vean, para que nadie sea testigo de nosotros mismos,  apartados ya de ese círculo que antes marcaba la música de nuestra vida.

Claves para el afrontamiento emocional

En primer lugar hemos de tener claro que “ese sufrimiento” que ahora sentimos es necesario vivirlo. Es parte del cambio y del proceso. Nuestra mente y nuestro cuerpo van a necesitar de ese instante de introspección para reflexionar y asumir lo ocurrido.

El sufrimiento es parte del aprendizaje humano, no hemos de verlo como algo negativo, es parte de nuestra naturaleza y hay que aceptarlo como tal. Pero eso sí, temporalmente.

En segundo lugar, intentaremos vivir el presente “el aquí y ahora”. Eso implica asumir no sólo ese sufrimiento, también la necesidad de adaptarnos a nuestra realidad lo antes posible. Esa ruptura, esa pérdida, ese cambio, pertenece ya al pasado. Así que soltémosla y abracemos el alivio emocional.

“Yo asumo mi tristeza y esa crisis emocional, pero también entiendo que mi presente me pide que reaccione y actúe, que he de ocuparme no solo de mis responsabilidades actuales, sino de mí mismo/a. Los días se van sucediendo los unos a los otros y yo he de encontrar mi lugar en ellos para seguir en ese ciclo en el cual merezco recuperar mi felicidad, asumiendo con ella el pasado pero con energías por verme bien y con plena seguridad”.

Mujer con lágrima sobre su mejilla

En tercer y último lugar, aprenderemos a gestionar emociones como el miedo, la angustia, la culpa, la ira… Son parte indefinible del ser humano y está bien sentirlas y expresarlas. Las emociones reprimidas casi nunca, o nunca, van ayudarnos a superar una etapa. Se quedarán ahí como subterráneos dolorosos que pueden incluso dañar nuestra salud.

“Me levanté por la mañana con dolor de cabeza. Las emociones de la víspera estaban lejanas. En su lugar vino una perplejidad penosa y una tristeza que antes no había conocido. Era como si algo muriese en mí”.

-Iván Turgueniev-

Está bien sentir rabia, ira, tristeza, está bien sufrirlas y llorarlas durante un breve tiempo, para después, aprender a gestionarlas y racionalizarlas. El día a día nos traerá nuevas ilusiones, es decir, un alivio emocional. Poco a poco, iremos cerrando el círculo de esa etapa pasada para seguramente iniciar uno nuevo.

La vida merece la pena vivirla asumiendo sus cambios. Cambiar es aprender y la vida es una prueba constante en la que medirnos a nosotros mismos para encontrar día a día la felicidad.

Fotografías cortesía de Hussam Eissa.


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