Ciencia y religión: los resultados de un debate absurdo

Todas las personas estamos familiarizadas con la religión y la ciencia. Por lo mismo sabemos que se mantienen en disputa, pero ¿vale la pena esta discusión?
Ciencia y religión: los resultados de un debate absurdo
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 25 octubre, 2023

Un debate clásico y, sobre todo muy equívoco, lo encontramos en la ya típica disputa entre ciencia y religión. Este debate que contrapone ciencia y religión, se ha desvirtuado hasta el extremo de que los participantes deben elegir una a la vez que repudian a la otra.

Es común encontrarse todo tipo de razonamientos absurdos en las redes sociales. Y, si las sinrazones son muchas, los ataques a los defensores de la postura contraria no lo son menos. Como siempre que se da un malentendido, entre los defensores y detractores del dilema ciencia-religión siempre hay un perdedor.

Aunque la sensación de pérdida en un debate bien puede ser subjetiva. Al final, este debate, por muchos perdedores que deje, ni aclara ni convence. Nadie acaba por pasarse al otro bando ni se cuestiona su posición inicial.

Interior de una iglesia

Debate entre ciencia y religión

Por mostrar algunos de los argumentos más usados en este debate, a continuación se presentan las dos caras de la moneda que podemos encontrar en cualquier foro o red social en el que se trate el tema. Los defensores de la ciencia cargan contra los religiosos argumentando que lo escrito en los libros sagrados no es verídico.

Por ejemplo, contra el cristianismo, para derrumbarlo es común aludir al mito de la creación. Este relata cómo el primer hombre fue creado por dios y la primera mujer surge de la primera costilla de este hombre.

En una desvirtuación de las teorías evolucionistas, los defensores de la religión declaran la imposibilidad de que el hombre proceda del mono. Este absurdo debate, que parte de erróneas interpretaciones, es uno de los más comunes. Si bien unos no entienden la evolución, otros literalizan la biblia obviando su escritura metafórica.

“La naturaleza misma ha impreso en la mente de todos la idea de un Dios”
-Marco Tulio Cicerón-

Otro de los temas más candentes es el que recae en la religión de personas que han destacado en la historia. Tanto los defensores de la ciencia como los de la religión suelen nombrar a filósofos, químicos, físicos y un sinfín de personas famosas que creían o no creían en dios.

Para unos los científicos religiosos han sido los mejores; para otros, los ateos son mejores. Sin embargo, solo nombran a personas importantes porque son importantes. En raras ocasiones se nombran científicos que han profundizado en la religión o en la religiosidad.

Por otra parte, la ciencia ha sido considerada la religión de nuestro tiempo. Y, no siendo menos, los religiosos usan argumentos científicos para demostrar la existencia de dios. Evidentemente, los argumentos para demostrar su existencia o no existencia acaban colapsando sin resolver la cuestión.

Albert Einstein como ejemplo de debate sobre ciencia y religión

Cómo interpretar estos debates

Estos debates alejados de la pausa y la reflexión, solo buscan desacreditar al oponente. El que se realicen a través de internet y no cara a cara, proporciona a las personas más soltura para expresarse en un inicio. El supuesto anonimato que proporciona internet también hace que el objeto del ataque sea difuso.

Cuando alguien critica la postura de la religión o de la ciencia, no ataca a personas particulares, sino a un general. Aunque los debates pueden acabar porque las personas se tomen lo dicho como algo personal.

Este proceso fomenta que los argumentos sean cada vez más ridículos y centrados en ataques personales alejados del tema principal. Ciencia y religión son compatibles y existen distintas posturas que los integran. Los que no parecen ser compatibles son las personas que enfocan el debate sin escuchar los argumentos de la otra parte o tomando la interpretación de ello que es más propicia a la crítica.

Figura de buda

Posturas modernas sobre ciencia y religión

Hay que dejar claro que la ciencia es un método: se puede entender como una herramienta que nos ayuda a comprender el mundo. Pero la ciencia no es perfecta -no es lo es el método y no lo son quienes se sirven de él- y sus conclusiones pueden estar sesgadas o ser falsas.

Existen muchos aspectos de la vida que escapan a la comprensión de la ciencia. Aunque esto no quiere decir que debamos aceptar todas las teorías disparatadas y caer en un relativismo absoluto.

“Si los toros y los leones supieran pintar, pintarían a los dioses como toros y leones”

-Jenofanes-

Por otra parte, la religión cumple determinadas funciones que suelen escaparse para quienes tienen en una visión simplista. La religión sirve para unir a las personas, para aliviar tensiones y miedos relacionados con la muerte, para generalizar la generosidad y el compartir.

Aunque puedan partir de presupuestos erróneos o falsos, las religiones en sí no son malas. Los que pueden llegar a hacer el mal son las personas que viven la religión de diferentes formas.

El científico Carl Sagan expuso un ejemplo práctico de cómo la ciencia no puede interpretar toda la realidad. Sagan decía que teníamos que pensar en un mundo en dos dimensiones donde los habitantes eran cuadrados planos.

En este mundo, un día, de repente, aparece una pelota. Los habitantes cuadrados no la podían ver, ya que la pelota flotaba en el aire. Pero, en cierta ocasión, la pelota se posó en el suelo dejando una marca redonda. Los habitantes no salían de su asombro ante tal aberración.

Esta historia, si bien absurda, sirve para recapacitar sobre posibles dimensiones desconocidas. No lo sabemos todo ni lo sabremos. Por ello, mantener una mente crítica, sin faltar a los que piensan diferente, nos va a ayudar a no entrar en debates absurdos. La falta de respeto solo provoca conflictos y aleja a la gente. El diálogo y el entendimiento promueven el acercamiento y la comprensión.


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