Cómo fomentar la confianza en los adolescentes

Los adolescentes que tienen confianza en sí mismos pueden lidiar mejor con la presión social, tomar buenas decisiones y a recuperarse fácilmente de los fracasos. En este artículo se ofrecen varias estrategias para fomentar la confianza en los adolescentes.
Cómo fomentar la confianza en los adolescentes
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 06 agosto, 2023

La autoconfianza representa el grado en el que cada uno cree que es capaz de desarrollar una capacidad o de resolver una determinada cuestión. Las personas que confían en sí mismas piensan que son capaces de hacer las cosas bien y, por tanto, no tienen miedo de hacer esas cosas o incluso probar cosas nuevas.

Además, la autoconfianza está asociada con algunos aspectos que son especialmente relevantes en la adolescencia, cuando la persona empieza a redescubrir el mundo, a explorar los límites de su libertad y a emprender acciones y resolver problemas con los que nunca se había enfrentado con tal grado de autonomía. Algunos de estos aspectos tienen que ver con la imagen corporal, el control percibido o la propia autoestima.

Igual que en la infancia, en la adolescencia los padres pueden ayudar a que sus hijos crezcan con una confianza positiva en sí mismos y pueden enseñarles a cuidar de ella. Esta es, casi por definición, una tarea complicada, ya que los adolescentes habitualmente quieren necesitar a los padres menos de lo que realmente los necesitan y pueden llegar a defender su autonomía en detrimento de otras cuestiones, objetivamente más importantes, si la ven amenazada.

Ser padres dignos de confianza

Un adolescente necesita saber que sus padres van a estar ahí cuando él los necesite. Además, necesita sentir que su hogar es un lugar donde pueda sentirse seguro en todos los sentidos. Muchas veces con su conducta va a decir que no quiere saber nada de sus padres ni de su hogar, pero al mismo tiempo necesita saber que están ahí.

“La adolescencia es un nuevo nacimiento, ya que con ella nacen rasgos humanos más completos y más altos”.

-G. Stanley Hall-

Otro aspecto relevante tiene que ver con las medidas disciplinarias, en el caso de ser necesarias. Deben ir siempre acompañadas de razones y estar en proporción a la falta que el adolescente haya cometido. Aquí no olvidemos que las prohibiciones, especialmente en este momento, son una buena forma de elevar el atractivo de algo, así un control severo puede provocar una rebeldía que de partida no existía.

A pesar de esto y de saber que los padres siempre van a estar ahí, es importante dejar que el adolescente enfrente ciertas situaciones. Si los padres son demasiado protectores, conseguirán un efecto contrario al que pretendían: que su hijo no sepa resolver los contratiempos que se le presenten. A medida que el adolescente se hace mayor, hay que darle libertad para que sea él mismo quien supere sus propios retos.

Mujer fomentando la confianza en su hija adolescente

Dar opciones para el adolescente elija por sí mismo

Una de las cosas que más ayuda a construir la confianza es la posibilidad de elegir por uno mismo. Los padres pueden ayudar a sus hijos adolescentes a tomar decisiones, pero son ellos, los jóvenes, los que tienen que aprender a valorar sus opciones y a responsabilizarse de sus actos.

Enlazando con el punto anterior, si un adolescente sabe que sus padres están ahí, se sentirá más seguro a la hora de tomar sus decisiones y aprenderá cómo funciona el mundo adulto. Las decisiones tienen consecuencias y estas pueden ser negativas y es bueno que las experimenten y aprendan al lado de la compañía y el amor de los padres es incondicional.

“Los buenos hábitos formados en la juventud marcan toda la diferencia”.

-Aristóteles-

El adolescente también debe aprender a elegir y a corregir sus errores si los ha cometido. Los padres deben enseñarle que un fracaso no es causa de tristeza, sino una causa de volver a intentar algo. Los padres deben apoyarlo, pero no acarrear con sus responsabilidades. “¿Estudio Psicología o Periodismo?”, puede preguntarles el adolescente. Los padres pueden orientarle, darle su opinión. Sin embargo, la elección final será del hijo.

Animar a los hijos a probar cosas nuevas

Es importante para los jóvenes tener la posibilidad de vivir nuevas experiencias, de explorar los límites de su zona de confort. Esto les ayuda a construir un carácter más emprendedor y ampliar sus horizontes personales y profesionales.

Para ello, los padres deben estar dispuestos a acompañar a sus hijos y permitirles que escojan, que busquen, que investiguen. Ser demasiado protector y no dejar que los hijos investiguen la vida y prueben cortará las alas a la creatividad y las estrategias de afrontamiento. Animar a los hijos a estudiar un nuevo idioma, aprender a tocar un instrumento, a hacer deporte, a viajar… Si se fomenta la autonomía de un hijo, este será psicológicamente más sano y feliz.

Madre con su hija adolescente en el campo

Construir autoestima

Si el adolescente solo se siente bien cuando obtiene retroalimentaciones positivas en sus redes sociales, tendrá problemas para tener confianza en sí mismo cuando las situaciones no se adapten a sus necesidades o a lo que espera. Cuando la autoestima depende del exterior, la confianza en sí mismo se va resquebrajando poco a poco con cada infortunio.

Por lo tanto, los padres deben ayudarle a edificar una base saludable y estable para su autoestima. También es necesario que le enfaticen que vivir de acuerdo con sus valores es la base de una autoestima saludable.  Mostrarles que es más importante ser una persona virtuosa que delgado o atractivo puede ayudar al adolescente a replantearse de qué manera se está valorando.

Ser las personas que más creen en sus hijos

Hay pocas cosas que motiven más a un niño o a un adolescente que los aplausos y los reconocimientos de sus padres, ya sea en los deportes, en las creaciones artísticas o a nivel escolar. ¿Cuántas madres o padres hay que se preocupan por el orden o la comida de chicos de catorce años y no conocen o no les ha preguntado nunca por sus sueños? Los niños crecen y sus necesidades también y los padres, si quieren estar a su lado, deben hacerlo también.

Por otro lado, no olvidemos que están empezando a hacer muchas cosas y que, por lo tanto, muchas las harán mal o serán muy mejorables. Pero si hay un momento en el que es importante valorar la intención es este. Si los padres lo hacen así, la reforzarán y la ejecución será cada vez mejor con la práctica.

Finalmente, igual que hay algunos padres muy inclinados a dedicarle un buen rato a las malas notas de sus hijos -a hablar con ellos, a encontrar una solución común e incluso a imponer algún incentivo o medida disciplinaria, etc. – los hay menos que dedican un buen rato a celebrar los éxitos de sus hijos. Tan importante o más es una cosa como la otra, sino tendremos un adolescente centrado atencionalmente en sus defectos con toda la cantidad de pensamiento negativos que esto puede generar.

No utilizar la crítica para hablar con un hijo adolescente

Es necesario buscar una manera alternativa de decir las cosas a un adolescente. La crítica puede colocar una barrera entre padres e hijos. No vale refugiarse en que se trata de una crítica constructiva, porque puede que el hijo no lo vea así. La crítica pone a uno por encima del otro y dificulta el acercamiento.

Dejar que el adolescente se equivoque y arregle sus problemas

El hecho de dejar a un hijo que tome sus propias decisiones implica que se puede equivocar. Y aunque los padres sepan o intuyan que lo que va a hacer es un error, deben dejarle seguir adelante. Y, llegado el momento, hay que dejarlo también que lo solucione por sí mismo. Eso no significa dejarlo solo, al contrario, el adolescente debe saber que sus padres siguen ahí. Los padres pueden ayudarle a buscar la solución proponiéndole opciones y dejándole que las valores.

Evidentemente, hay casos extremos en los que los padres deben tomar decisiones extremas y pararles los pies a sus hijos. No todo vale, y si el hijo va a llevar a cabo una conducta tan imprudente que pueda poner en riesgo su vida o salud, los padres tendrán que intervenir.

Madre apoyando a su hija adolescente aburrida

Mantener una actitud positiva ante la toma de decisiones que toman los hijos

Los niños y los adolescentes aprenden más de lo que ven que de lo que escuchan. Por eso es importante que los padres mantengan una actitud positiva frente a sus hijos cuando estos toman decisiones para que los jóvenes confíen en sí mismos a la hora de elegir.

La actitud positiva de los padres ante la toma de decisiones de sus hijos hará que estos muestren más confianza y sean más positivos y decididos. Un padre que no apoya la decisión del hijo puede influir negativamente en su desempeño. Muchos hijos retroceden en la consecución de sus objetivos porque los padres no los apoyan. Sin embargo, esta falta de apoyo viene desde el miedo de los propios padres, más que de la incapacidad del hijo.

Enseñar habilidades de asertividad

Los adolescentes necesitan aprender a hablar de manera apropiada. Un adolescente asertivo podrá pedir ayuda cuando no entienda el trabajo escolar, en lugar de atrasarse o confundirse más por su propia cuenta.

El adolescente que sabe cómo hablar y expresarse también tiene más posibilidades de tener buenas relaciones con sus compañeros. Será capaz de hablar cuando no les guste cómo está siendo tratado y podrán solicitar lo que necesiten de manera directa y asertiva.

Para fomentar la asertividad, los padres deben empezar aclarándole al adolescente la diferencia entre ser asertivo y agresivo. Es pertinente que los padres le enseñen que ser asertivo significa defenderse de manera segura, sin ser grosero y sin irrespetar los derechos de las demás personas.

Ayudar a desarrollar un diálogo interno positivo

La manera en la que se hable un adolescente a sí mismo influirá en cómo se siente. Si continuamente está pensando de forma negativa, es muy probable que se sienta desanimado y mal consigo mismo. Por eso, es crucial que los padres le enseñen a desarrollar un diálogo interno saludable.

Una forma de instruir al adolescente en este sentido es ayudarlo a ser consciente de sus pensamientos irracionales y enseñarle a ver cómo ser demasiado duro puede ser perjudicial. Es necesario que los padres lo eduquen en la reformulación pensamientos irracionales. Por ejemplo, si el adolescente dice: “Voy a reprobar porque soy estúpido” se le podría sugerir afirmar: “Puedo aprobar la clase de matemáticas si trabajo duro”. 

Pasar tiempo con los hijos haciendo lo que a ellos les gusta

En este punto es importante el matiz: lo que a ellos les gusta. No se trata solo de estar con ellos, ni de dedicarles tiempo de calidad. Se trata de disfrutar con ellos de lo que les gusta para conocerlos mejor y para ayudarles a desarrollar sus intereses y sus talentos.

Para finalizar, la adolescencia puede ser un periodo de la vida muy enriquecedor tanto para los padres como para los hijos si los primeros establecen las bases de una relación fundamentada en la confianza y el respeto mutuos.

 


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