Cómo interpretar el dibujo de la familia en un niño

Seguro que has oído hablar de un famoso test psicológico que consiste en que el niño dibuje a una familia. Esta prueba ha generado mucho interés, pero ¿es una herramienta válida por sí misma? ¿Qué se puede extraer de ella?
Cómo interpretar el dibujo de la familia en un niño
María Vélez

Escrito y verificado por la psicóloga María Vélez.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Una de los instrumentos de evaluación psicológica infantil que más interés ha suscitado ha sido el dibujo de la familia. Con este sencillo recurso el niño proyecta su situación en el núcleo familiar, sus apegos y sus celos. Ahora bien, ¿cómo podemos interpretar el dibujo de la familia en los pequeños?

Bien, lo primero que hay que entender es lo siguiente: un simple dibujo jamás será definitivo para realizar un diagnóstico. En primer lugar, porque algo así solo lo pueden hacer los profesionales y expertos en psicología infantil. En segundo lugar, porque para llegar a una conclusión objetiva, se necesitan muchas más pruebas clínicas y otras herramientas. El dibujo de la familia es una técnica proyectiva complementaria, interesante pero nunca concluyente por sí misma.

El dibujo de la familia puede descubrir posibles conflictos dentro del hogar o cómo se siente el niño con respecto a tus padres.

Por otro lado, cabe destacar que esta prueba es, sobre todo, útil para tener una visión general de las dimensiones emocionales  del niño. Podemos intuir sus valores, sus miedos, sus apegos, su afectividad en general. Sin embargo, no podemos tomarlo como referencia para evaluar su desarrollo intelectual.

Aspectos importantes de un dibujo infantil

Al igual que el niño evoluciona en todos los aspectos, el dibujo también va presentando una evolución a medida que el propio pequeño madura motriz y emocionalmente. Ahora bien, un aspecto que se conoce y se ha validado desde inicios del siglo XX, es el hecho de que los dibujos infantiles dan muchos indicadores sobre sus universos emocionales. 

De este modo, estudios como el publicado en el Journal of Clinical Psychology por la doctora Elizabeth Munstenberg, nos recuerdan que pedir a un niño que dibuje figuras humanas es sin duda un modo muy adecuado de explorar diversos procesos afectivos presentes en ellos.

Niños realizando el dibujo de la familia

Asimismo, es importante saber en qué momento evolutivo es más acertado aplicar pruebas proyectivas como el propio dibujo de la familia:

  • Hasta los tres años podríamos hablar de una etapa de garabateo, de la que se puede extraer poca información.
  • Entre los tres y los seis años, el niño comienza a manejar el lápiz, su trazado es más estable y consigue representar su realidad.  Sin embargo, aún es normal que realice figuras humanas incompletas y estáticas.
  • Entre los seis y los diez años, el niño es perfectamente diestro en el manejo del lápiz y los “errores” pueden ser interpretados realmente desde un sentido emocional.
  • A partir de los diez años la madurez del niño ya le permite realizar dibujos de gran calado, con gran realismo sobre sus emociones.

Aplicación del Test del dibujo de la familia

Corman sugiere aplicar la prueba del dibujo de la familia de la siguiente manera:

Se le da un lápiz y una hoja blanca al niño, no se le permite que utilice otros elementos, por ejemplo, una regla.

La indicación es: “Dibuja una Familia”, o bien, “imagina una familia que te inventes y dibújala”, si el niño no comprende se puede agregar: “Dibuja todo lo que quieras, las personas de una familia, y si quieres objetos o animales”.

Al terminar de hacer el dibujo, se le elogia y se le pide que lo explique. Corman recomienda que se le hagan una serie de preguntas como: ¿Dónde están?, ¿Qué hacen ahí?, ¿Cuál es el más bueno de todos en esta familia?, ¿por qué?, ¿Cuál es el más feliz? y ¿por qué?, ¿Cuál es el menos feliz? y ¿por qué?, ¿Tú en esta familia a quién prefieres?, suponiendo que fueras parte de esta familia ¿Quién serías tú?

Estas respuestas proporcionan contenidos manifiestos del niño, que permiten cierto conocimiento acerca de él. No obstante, son más útiles las verbalizaciones espontáneas, ya que representan asociaciones que pueden llevar más fácilmente al contenido latente y a los deseos del niño.

Todos los autores consideran necesario el interrogatorio o discurso espontáneo del niño para interpretar la prueba. Asimismo, es importante conocer el contexto en el que se aplica el test, ya que cualquier dibujo del niño tiene un valor que depende de la interacción con el especialista que aplica la prueba.

Debe anotarse además el orden de aparición de los personajes, las tachaduras, las dudas al dibujar, así como los retrocesos.

¿Cómo interpretar el dibujo de la familia?

El test o dibujo de la familia fue creado por Porot en 1952. Se trataba de una prueba de personalidad basada en técnicas proyectivas que podía aplicarse a pequeños con edades comprendidas entre los 5 y 12 años. En sus inicios, tenía unas bases teóricas basadas en el enfoque psicoanalítico, sin embargo, a partir de los años 60 empezó a introducirse algunas modificaciones en él. Fue entonces el psicoterapeuta francés Louis Corman quien lo perfeccionó y popularizó tal y como lo entendemos a día de hoy.

Para poder interpretar el dibujo de la familia hay que prestar atención a unos elementos concretos, que son los que han sido estudiados y han mostrado determinada validez a la hora de ser interpretados. Además de las verbalizaciones emitidas por el niño en torno al dibujo, es importante analizar:

1. El plano gráfico

No se trata de valorar la estética del dibujo, sino cuestiones relacionadas con el tamaño de los personajes, la forma del trazo, la presión y la situación en el plano del dibujo en su conjunto. En este sentido, se puede considerar que el niño se encuentra en una situación más equilibrada cuando el tamaño del dibujo es normal, está centrado en la hoja, su trazo continuo y la presión media.

En relación a estos aspectos, se suele interpretar que el personaje dibujado en mayor tamaño tiene un mayor significado.

2. El plano del contenido

Es importante que al pedirle que haga el dibujo, se le diga al niño que pinte “una familia” no “su familia”, así se sentirá menos presionado y reflejará en el dibujo cómo se siente.

Niño dibujando una familia

Así, y solo como ejemplo, es muy habitual en niños que presentan celos de sus hermanos, que se dibuje sólo con sus padres. Cuando se le pregunta dónde está el hermano, es normal que responda que de paseo o dormido.

Suele ser también frecuente que el niño se sitúe entre ambos progenitores, representando esto para él la máxima seguridad. Aunque tampoco es raro que se sitúe cerca de uno de ellos, debiéndose averiguar si es con quién más tiempo pasa o con quién más tiempo desearía pasar.

Como detalles podemos destacar la ausencia del dibujo de las manos en alguno de los personajes cuando el niño ya sabe dibujar bien. Eso puede indicar falta de afectividad.

3. Sombreados y colores oscuros

El uso de colores fuertes, sombreados o incluso un trazo con mayor fuerza sobre una figura y no otras, denota cierta carga de ansiedad o miedo hacia esa persona en particular. Si además existe una distancia entre esa figura y la  del pequeño estaríamos probablemente ante algún tipo de vínculo problemático.

Validez clínica del dibujo de la familia

Según nos revela un estudio publicado por el profesor Kenneth R. Russell en la revista Personality Assesment el dibujo de la familia tiene un alto valor clínico. Sin embargo, tal y como hemos señalado al inicio, es una prueba proyectiva que debe utilizarse en conjunto con otras herramientas como test y entrevistas personales. De este modo, podemos hacer un diagnóstico más ajustado sobre la realidad emocional de nuestros pequeños.

Saber interpretar el dibujo de la familia en los niños por tanto es muy importante, y debe realizarse por un profesional. Nos ofrece una oportunidad para saber qué se esconde detrás de una inocente pintura o garabatos, ahí donde pueden intuirse más realidades de las que pensamos en un primer momento.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.