Conoce tus cuatro emociones básicas

Hasta hace unos años los expertos pensaban que las emociones básicas eran 6. Sin embargo, gracias a estudios recientes se concluye que son cuatro: miedo, la rabia, la alegría y la tristeza.
Conoce tus cuatro emociones básicas
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Yamila Papa

Última actualización: 18 diciembre, 2018

El miedo, la rabia, la alegría y la tristeza son las emociones básicas del ser humano. Todos las sentimos en cualquier época, edad y cultura. No obstante, y a pesar de que estas se consideren a menudo como esos factores centrales, cabe señalar que el mundo emocional es muy rico. De ahí, que podamos hablar también de emociones secundarias.

Durante muchos años se asumió, en realidad que las emociones básicas eran 6 (tristeza, la felicidad, el miedo, la ira, la sorpresa y el asco). Fue el psicólogo Paul Ekman quien en los años 70 concluyó con este dato a través de sus célebres estudios. No obstante, en otro estudio muy reciente publicado en el  Current Biology se advierte del error de Elkman.

El ser humano, según investigadores de la Glasgow University, tendría 4 emociones base y no 6. A esta conclusión se llegó después de analizar una amplia muestra de personas en varias zonas de nuestra planeta, donde observar las expresiones faciales. Los datos fueron reveladores.

Estas emociones a su vez, están nuestro día a día porque desempeñan una función principal en nuestro desarrollo psicológico. Significa que las emociones básicas sirven para avisarnos y guiarnos en la conservación del organismo y en la socialización con los demás.

“Hay emociones que están orientadas biológicamente y hay emociones complejas que están saturadas con pensamientos y cognición”

-Jack Mayer-

Las emociones básicas: mecanismos biológicos a nuestro servicio

Hay un aspecto que conviene entender en primer lugar. Las emociones básicas son universales: todos tenemos miedo, sentimos rabia, nos alegramos y nos entristecemos. A su vez, cada una de ellas cumple una función muy básica. Según nos señala Bisquerra: “Una emoción es un estado complejo del organismo caracterizado por una excitación o perturbación que nos predispone a llevar a cabo algún tipo de respuesta”.

Mujer pensando que muestra emociones básicas

De este modo, podemos entender a su vez que las emociones básicas cumplen las siguientes finalidades:

  • Funciones adaptativas

Nos prepara para emitir una conducta y adaptarnos a las exigencias del entorno.

  • Funciones sociales

Nos ayuda a interaccionar con los demás, entendiendo sus emociones y conectan de este modo con quienes nos rodean.

  • Funciones motivacionales

Las emociones básicas nos dan energía, propósitos, motivación, nos orientan hacia metas concretas…

No importa la edad que tengamos, dónde vivamos o en qué trabajemos. Sin excepción, todos sentiremos las emociones básicas en cualquier instante y momento.

No existen emociones buenas o malas. Lo que sí hay son emociones que nos pueden ser más o menos agradables. Cada una de ellas tiene una función específica y todas son necesarias.

Emociones básicas ¿Cuáles son?

Las emociones básicas o primarias del ser humano tiene cualidades energéticas. Las emociones nos permiten actuar de forma expansiva con los demás (la rabia y la alegría) o con nosotros mismos (la tristeza y el miedo). Analicemos, pues, las cuatro emociones básicas por separado, para así poder conocer su función específica en nuestra vida:

1. Miedo

Niña sentada con miedo, una de las emociones básicas

Es una emoción conocida por los expertos como “de repliegue”, se encuentra incluida en el grupo de las reflexivas y su función es advertirnos sobre la inminente presencia de un peligro, ya sea de recibirlo o de causar nosotros algún daño.

  • El miedo es una de las emociones básicas que nos permite, a su vez, evaluar cuál es la capacidad que poseemos para afrontar las situaciones que percibimos como amenazas.
  • Si aprendemos a conocer primero, y a gestionar el miedo después, experimentamos la prudencia y nos alejaremos del pánico, la fobia o de la temeridad.

2. Alegría

También conocida como “la emoción de apertura”. Cumple la función de ayudarnos a crear vínculos hacia los demás, por ello se encuentra entre las emociones básicas expansivas (junto a la ira).

Puede manifestarse de diversas maneras, siendo las más frecuentes la ternura, a través de la conexión entre personas mediante la amistad, el efecto, la sensualidad, el erotismo.

Si gestionamos bien la alegría, podremos alcanzar la serenidad y la plenitud. Si no la sabemos manejar bien, nos conducirá hacia la tristeza, la euforia o la frustración.

“La alegría es la piedra filosofal que todo lo convierte en oro.”

-Benjamin Franklin-

3. Tristeza

Niña llorando con tristeza, una de las emociones básicas

Se encuentra dentro del grupo de las de repliegue y es conocida como la más reflexiva de todas. Evoca siempre algo que ha ocurrido en el pasado y su función es ayudarnos a ser conscientes de una cosa, situación o persona que hemos perdido o añoramos.

La tristeza también nos sirve para soltar y dejar ir lo que no nos pertenece o nos hace mal. Por último, otra de las funciones de la tristeza es la de permitir a los demás que nos acompañen, evitando volvernos demasiado vulnerables o dependientes.

4. Rabia

Es la segunda emoción expansiva. Se trata de un impulso, una manera de quitarnos algo o alguien de encima, sacar afuera lo que nos molesta, lo que creemos injusto o lo que nos está haciendo daño.

La rabia implica una sobrecarga de energía que en ocasiones nos ayuda a cumplir la realización de lo que queremos o nos asegura la necesidad de amenaza. Por ello, no debe ser considerada siempre como “negativa”. Lo que ocurre es que a veces, en vez de ayudarnos a resolver lo que sucede, la rabia es una de las emociones básicas que se convierte en un problema más si llevamos su expresión al extremo.

La rabia sería una especie de limpiador efectivo para todo lo que nos pesa. Pero atención, que para ello debemos reconocerla, aceptarla y gestionarla correctamente, sino ocurrirá todo lo contrario.

Una vez que seamos conscientes de la presencia de las emociones básicas en nuestra vida y aprendamos a vivir con ellas, será más simple darnos cuenta de que son todas positivas.

Cada una de esas emociones responde a una necesidad y cumple una función en nuestra existencia. Aprender a escucharlas, a entender su mensaje y a manejarlas, es sin duda nuestra mayor responsabilidad.


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  • Fernández-Abascal, E. G., García, B., Jiménez, M. P., Martín, M. D., & Domínguez, F. J. (2010). Psicología de la emoción. Editorial Universitaria Ramón Areces.
  • Marcelo, Antoni (2015) Las cuatro emociones básicas. Madrid: Herder

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