Lo que un horóscopo nunca te dirá

Lo que un horóscopo nunca te dirá
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 03 octubre, 2015

Cuando estaba iniciando mi trabajo como redactora recibí una oferta sorpresiva: un conocido portal de psíquicos me invitaba a hacer el horóscopo semanal para sus lectores. “Es un trabajo sencillo y divertido”, me decían. Por primera vez tenía una evidencia de que muchos de los horóscopos no son elaborados por astrólogos, ni por expertos en cuestiones esotéricas, sino por redactores profesionales.

Pero lo más sorprendente no fue eso. Lo realmente desconcertante fue que unas semanas más tarde vi que otro redactor, que sí había aceptado la propuesta, tenía miles de lectores diariamente. Un año después se convirtió en un “gurú” de Internet y ha hecho una fortuna.

“Leemos a los críticos como leemos el horóscopo: por curiosidad, no para tomarlos demasiado en cuenta.”

-Horacio Altuna-

¿Cómo explicar que en pleno siglo XXI haya tantos aficionados a los horóscopos, si es claro que en la mayoría de los casos solo se trata de una flagrante mentira? La cosa tiene su ciencia. Los horóscopos se valen de algunos trucos para ganar y mantener millones de adeptos en todo el mundo. Estos son algunos de ellos.

Quienes leen un horóscopo quieren creer en él

horoscopo capricornio

Se consulta un horóscopo para encontrar esperanzas o explicaciones esperanzadoras. Si una persona está segura de sí misma y de lo que hace, no siente la necesidad de indagar por su futuro a través de los astros. El consultante es por lo general alguien que está confundido e invadido por un fuerte sentimiento de inseguridad sobre su vida.

Los mensajes de los horóscopos son, y deben ser, alentadores. Presagian éxitos, sorpresas, encuentros y toda una serie de situaciones amables. También prevén peligros y se comportan como cómplices del consultante frente a ellos: “cuídate de comer en demasía”, “ten cuidado con el estrés”, etc. Son amigables y protectores, por eso se convierten en un fuerte aliado para los momentos de duda.

Por eso las personas quieren creer que el horóscopo es cierto y encuentran la manera de aplicar lo que dice allí a su vida diaria. Además, está comprobado que los “horoscopofílicos” olvidan los desaciertos en las predicciones y eligen recordar solo sus aparentes aciertos.

Los horóscopos se basan en el perfil de los lectores

mujer leyendo silueta con estrellas

Quienes leen los horóscopos tienen algunos rasgos en común. Como lo decíamos anteriormente, se trata de personas con un importante grado de confusión sobre quiénes son y qué son capaces de hacer. El lector típico de horóscopos no se conoce lo suficiente, o tiene dudas acerca de sí mismo. Por eso no logra visualizar el futuro como fruto de sus actos, sino como la acción de fuerzas superiores a su propia voluntad.

Se trata de personas con dificultad para manejar sus relaciones amorosas y con problemas para afirmarse a través de su trabajo. Los horóscopos se valen de generalidades que a la gente le gusta escuchar cuando se siente frustrada o insegura: “Has pasado por muchas dificultades, pero obtendrás una gran recompensa”. Para alguien confundido y asustado, leer el horóscopo es absolutamente gratificante.

El reino de la ambigüedad

horoscopo libra

El quid de un buen horóscopo está en redactarlo con los recursos adecuados: bastante lenguaje metafórico, gran ambigüedad en las afirmaciones y construcción de profecías enigmáticas, de difícil interpretación. Un ejemplo del lenguaje metafórico: “El amor es esa gota de lluvia que necesitas en tu desierto. No dejes que se evapore”. Conclusión: con palabras seudo-poéticas se dice nada.

Un ejemplo de la ambigüedad en las afirmaciones: “Tendrás un gran éxito económico, si pones suficiente empeño en ello.” Si llega el éxito, acertaron; si no llega, fue por la falta de empeño tuya. Un ejemplo de profecías enigmáticas: “Así como el cielo y el mar se unen, tu destino es unirte con el horizonte del infinito”. Hay millones de situaciones que podrían encajar con esa afirmación tan etérea.

Si eres uno de esos consultantes frecuentes del horóscopo, valdría la pena que hicieras un alto para hacerte una pregunta: ¿por qué piensas que lo que te ocurre no depende de tus actos, conscientes e inconscientes, sino de la forma como se mueven los planetas? Y una pregunta más: ¿Por qué quienes “ven el futuro” no han encontrado la prosperidad que tan frecuentemente te auguran, y por eso cobran a destajo?

Imagen cortesía Ekaterina Koroleva, Mustafa Soydan


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.