Los cuidados que necesita tu sueño

Los cuidados que necesita tu sueño
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 09 septiembre, 2023

Desde la antigüedad, el periodo de sueño nos ha intrigado a los seres humanos. Perdemos el control y no sabemos exactamente  lo que sucede. Esa inquietud ha hecho que demos todo tipo de explicaciones, desde las mágicas a las derivadas de los actuales estudios científicos sobre el sueño.

También nos planteamos si tendrá alguna utilidad, dormir, porque pasamos la tercera parte de nuestra vida en manos de Morfeo.

¿Cuánto tiempo es conveniente dormir?

Hay distintas opiniones, entre los científicos, sobre la cantidad de horas de sueño que son  adecuadas; podríamos decir que no hay que obsesionarse con un número, porque las diferencias individuales también son importantes en este campo. Cada persona necesita unas horas de sueño, pero, como orientación, diremos que la mayoría de los estudios apunta a un lapso entre cinco y siete, y que no sólo es cuestión de cantidad, sino también de calidad. Si cuando nos levantamos nos sentimos descansados, será señal inequívoca de que hemos dormido con una calidad adecuada para nuestras necesidades.

Hablamos de las horas mínimas, pero sobrepasar las nueve horas de sueño de forma regular, implica problemas cardiovasculares, como la escasez de sueño.

Debemos tener en cuenta que, la necesidad de sueño, desciende a la vez que aumenta el número de años vividos.

¿Cuánto tiempo es conveniente dormir?

El sueño, además de descanso, nos aporta otras utilidades. 

Dormir es algo necesario para la vida, compartimos los periodos de sueño con la mayoría del reino animal, aunque algunos tienen que dormir primero un hemisferio cerebral y luego el otro, como es el caso de los delfines.

Necesitamos el sueño para mantenernos sanos: aumenta nuestras defensas inmunológicas.

Durante el sueño se produce una especie de limpieza del organismo que evita la aparición de enfermedades y favorece la sanación, en general. Este es el motivo por el cual, cuando estamos enfermos, pasamos periodos amplios de somnolencia; nuestro cuerpo necesita más tiempo para labores de “mantenimiento y limpieza”. Dormir nos ayuda a sanar.

Necesitamos de las etapas de sueño para poder memorizar lo vivido e incorporar esta información a la ya existente.

La frase “lo consultaré con la almohada” nos releva que, dormir, favorece la toma de decisiones, y por dos motivos: porque nos permite trabajar con la información que tenemos y porque nos aporta serenidad y tranquilidad al despertarnos descansados. Todo nos resulta más fácil por la mañana, nuestro cerebro trabajó para nosotros durante la noche.


Para los que tengáis dificultad a la hora de dormir, aquí van algunas ideas:

Es muy recomendable procurar acostarse y levantarse a la misma hora. Las rutinas nos ayudarán a lograr el objetivo; aunque al principio no te duermas, mantente relajado en la cama.

Evita el consumo de sustancias excitantes, sobre todo en las horas cercanas al sueño: cafeína, alcohol o nicotina, así como los alimentos que no te sientan bien o te generan problemas.

Mantener un peso acorde a nuestra edad y  estatura y hacer algo de ejercicio nos ayudará a conseguir nuestro objetivo.

Evita ingerir líquidos dos horas antes y procura vaciar tu vejiga antes de ir a dormir.
La cena, mejor ligera y no justo antes de ir a dormir

Deja de trabajar y de realizar cualquier actividad excitante una hora antes de ir a dormir.

Un buen baño antes de acotarte, sería de gran ayuda.

Cómo preparar el lugar para dormir:

Cuanto más oscuro mejor, debemos mantener la habitación bien ventilada, evitar, en lo posible, los campos electromagnéticos, no podemos olvidar que nuestro cerebro funciona con energía electroquímica.

Mantén la habitación a unos 22 grados de temperatura, aproximadamente.

Si sientes frio en los pies, usa calcetines y, si hay demasiada luz, un antifaz.

El despertador: mejor que  nos despierte suavemente; es innecesario e incómodo levantarse asustado.

Por último, os recomiendo que os durmáis pensando en cosas agradables que os hagan sentir bien, y podríais usar una frase parecida a esta: “voy a dormir tranquila y profundamente hasta las…”. La idea es decirla de una forma pausada y profunda, repetirla de forma monótona y pesada, para que nos sirva como una inducción al sueño.

Ahora, sólo me resta desearos buenos sueños.
Leonor Casalins


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.