Los hombres que sí aman a las mujeres

Los hombres que sí aman a las mujeres
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 28 julio, 2021

Existen muchos mitos y etiquetas sobre lo que deben ser los “auténticos” hombres en el imaginario colectivo, sin que estos hayan sido sustituidos, o al menos complementados, por otros mucho más constructivos.

A veces, se alude a la pasión entre dos amantes como algo irrefrenable, difícil de poder ser controlado por sus protagonistas. Esto en un principio puede ser excitante pero desgraciadamente en la realidad ocurre que los protagonistas pasan a ser verdugos de su propia historia si esta pasión obsesiva se torna tóxica.

Sus pasiones se convierten en cárceles. Muy lejos quedan en este punto las historias fantásticas, novelescas y románticas. Cuando la pasión pasa a ser un remolino de celos y reproches se deja de lado el romance constructivo y la magia; abriendo el paso a una existencia desdichada, amarga e improductiva.

Amar es un arte y como cualquier arte, se practica y se mejora

Hombre agarrando a la pareja de la mano

Pocos nos cuentan las películas hollywoodienses de lo que significa una verdadera convivencia, un verdadero intercambio de existencias. No por ser íntima e igualitaria, la convivencia deja de ser misteriosa y vivaz para aquellos que tienen el privilegio de compartirla.

No obstante, si muchos anhelan contemplar la altura moral de una historia de amor en versión “real y sin censuras”; la películaAmour” de Michael Haneke puede constituir una visualización genial para comprender lo que es un amor basado en la intimidad y respeto mutuo.

“El amor infantil sigue el principio: Amo porque me aman. El amor maduro obedece al principio: Me aman porque amo. El amor inmaduro dice: Te amo porque lo necesito. El amor maduro dice: Te necesito porque te amo”

-Erich Fromm-

El irresistible encanto de los hombres que no imponen, solo comparten

Muy desvalorizados se encuentran los hombres que realmente buscan compartir, conquistar y conocer. Muy poco reflejo encuentran en héroes de batallas, en sanguinarios hombres de guerra. Sin embargo, este tipo de actitudes no son recompensadas de forma mitómana, pero sí de forma humana.

Puede ser relativamente fácil encontrar un hombre que ansíe convertirse en héroe y conquistador, pero quizá son pocos los que de verdad persigan convertirse en hombres en su versión más perfecta, lejos de las bestias. Agradeciendo el don de la razón humana, buscando mejorar y no dominar. 

Indudablemente, esta conducta y actitud tan gourmet hace las delicias de los corazones que se cruzan a su paso. Se verán reflejados en un anhelo, en un suspiro, en un sueño repetido en el universo femenino.  Ellos nunca se convierten en pesadilla. Siempre se transforman en un sueño compartido.

Los hombres que sí aman a las mujeres…..

Los hombres que sí aman a las mujeres son siempre correspondidos. Quizás no encuentren el favor de la reciprocidad en espacio y tiempo, pero su huella siempre se graba a fuego en las mujeres que tienen el placer de conocerlos.

Pareja hablando, ejemplo de hombres que escuchan

Los hombres que sí aman a las mujeres no imponen, no coaccionan. Ni tan siquiera se obsesionan por seducir, sino tanto por el placer de ser seducidos. No sienten atracción por la reputación de las mujeres que les acompañan. Suelen prestar más atención por aquellas cualidades que les harán sentir dichosos en cada uno de sus días.

Les importa más la lucha de una mujer por su verdadera identidad, y las consecuencias en forma de virtudes que esta lucha ha dejado en ellas. Suelen aliarse con las conquistas de sus compañeras, pues consideran que la felicidad de dos solo puede ser completa cuando ambos se sienten triunfantes en valores compartidos; no en posesiones o apariencias.

Asumen que el amor puede acabarse, tienen vértigo de poder contemplar el precipicio de la pasión; pero no por ello renuncian a vivirlo. Asegurar un amor con papel es un pastel goloso para aquellos que encuentran la felicidad en tenerlo bien atado.

Ellos, sin embargo, aprecian el valor de la estabilidad y la rutina, pero siempre que se base en la verdadera voluntad de dos almas libres por permanecer unidas. Han contemplado demasiados corazones rotos por contentar a la galería, por lo que prefieren continuar haciendo arte y no tradición en eso de amar.

Los hombres que aman a las mujeres siempre aman de una forma que no duele, que no ahoga, que no entierra. Aflojan con tanto arte los machetes con los que la sociedad ahoga, que no queda más remedio que seguir queriendo estar unida a ellos.

Los hombres que aman a las mujeres son muy numerosos, pero deben ser reivindicados y reconocidos en los tiempos que corren.


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