Los tratamientos psiquiátricos más extraños

Los tratamientos psiquiátricos más extraños
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Yamila Papa

Última actualización: 06 agosto, 2023

Antes de que se impusiera el llamado “código ético” en los médicos hacia sus pacientes, se podía investigar de cualquier manera con ellos, llegando a utilizar métodos realmente extraños e invasivos, por lo que no se podrían englobar dentro del título de “felices”. Estos son los tratamientos más extraños en el mundo de la psiquiatría, que afortunadamente, ya no se utilizan más:

1 – Terapia de choque de insulina: el neurólogo y psiquiatras de origen austríaco, Manfred Sakel, cometió una gran negligencia médica en 1927 al aplicar en un paciente diabético una dosis mayor de insulina. Esta persona también padecía de psicosis y entró en coma por este “desliz”. Al salir de este estado, el médico comprobó que había mejorado notablemente en sus facultades mentales. Es por ello que comenzó a aplicar este “tratamiento” en otros de sus pacientes con esquizofrenia. Las inyecciones se aplicaban de lunes a sábado durante dos meses. La dosis iba en aumento hasta que se provocaba el coma y luego se disminuía. El tratamiento podía durar unos dos años en promedio y durante ese período el paciente sufría de 50 comas inducidos. El éxito, según Sakel, era de entre el 80 y el 90%. Sin embargo, causaba daños cerebrales irreversibles y la mejora era sólo temporal.

2 – Trepanación: era un procedimiento quirúrgico que estaba basado en rituales religiosos y tenía como objetivo “liberar los demonios” que la persona llevaba en su interior. Supuestamente, éstos eran los responsables de los ataques de epilepsia, las enfermedades mentales y hasta las migrañas. Se aplicaba esta técnica durante la Edad Media y el Renacimiento, la tasa de supervivencia era alta y de infecciones baja. Se realizaba entre las clases más acomodadas de la época. Nunca se pudo determinar si era o no un tratamiento eficaz, pero si que incrementa el volumen sanguíneo del cerebro, mejorando el metabolismo.

3 – Lobotomía: Es una incisión pequeña para separar la zona prefrontal de las demás partes del cerebro. Se utilizaba en personas inquietas o violentas para “convertirlas” en dóciles. Esta técnica se creó en 1935 por Antonio Egas Moniz, un psiquiatra y neurocirujano de origen portugués. Sus resultados eran prometedores, por lo que comenzó a ser usada la lobotomía en diferentes centros médicos para poder detener la psicosis y los trastornos que impliquen comportamientos violentos. Sin embargo, el problema radicó en que comenzó a usarse en niños y adolescentes “rebeldes” y además, cuando los pacientes ni siquiera sabían que iban a practicarles este procedimiento. Entre los efectos de esta práctica se encuentran el desapego, la falta de iniciativa y la disminución de la cognición, como si “se le hubieran arrancado” la voluntad y las emociones. En la década del 40 se realizaron cerca de 50 mil lobotomías en todo el mundo, entre los casos más “famosos” se encuentran los de Rosemary Kennedy (hermana del presidente), que quedó discapacitada; el violinista Josef Hassid, la pintora Sigrid Hjertén y la hermana del escritor Tennessee Williams, quiénes fallecieron luego de la operación.

4 – Mesmerismo: El nombre de esta técnica se debe a su creador, el médico austríaco Franz Anton Mesmer. Él comenzó a usar imanes para aliviar las enfermedades mentales luego de haber visto una cura extraordinaria en una paciente a la cuál se le habían aplicado imanes en todo el cuerpo. La idea provenía del director del Observatorio Astronómico de Viena, Maximilian Hell, sin embargo, la hipótesis la desarrolló Mesmer. Este supuso que las personas actuaban como los imanes, con dos polos y que las enfermedades son un desequilibrio de la influencia magnética. Simplemente colocaba imanes en los laterales de la persona para que el fluido atravesara el “circuito cerrado” del cuerpo. Intentó también transmitir este fluido con otros objetos y rutinas, como ser baños, bebidas, ropas, espejos, camas, etc. Poco a poco Mesmer se convirtió en un famoso personaje vienés porque su método curaba parálisis, gota, convulsiones, calambres de estómago, zumbido de oídos, problemas menstruales, dolores hepáticos, insomnio y dificultades visuales. Sin embargo, se fue afianzando la idea de que todo era debido a la sugestión del paciente y la técnica pasó al olvido, aunque dio pie a la hipnosis.


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