La magia al beneficio de la ciencia, la neuromagia

La magia y esos procesos donde la ilusión y los juegos perceptivos crean trucos de lo más sugerentes, son ahora foco de interés para la neurociencia. Si comprendemos cómo los magos logran 'engañar' a nuestro cerebro, sabremos muchas más cosas de este órgano.
La magia al beneficio de la ciencia, la neuromagia
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 04 septiembre, 2019

A todos, en cualquier momento de nuestra vida, nos han realizado algún tipo de truco de magia; bien sea con cartas, monedas, sombreros o pañuelos, pero en algún momento nos han hecho sentir “engañados”, en el buen sentido de la palabra. Pues bien, no ha sido hasta  bien poco, que los neurocientíficos nacionales e internacionales han comenzado a investigar en la magia desde un punto de vista empírico y con miras a la investigación. El campo de la neuromagia está en auge.

De este modo, han unido magia y neurociencia en torno a una nueva especialidad que pretende estudiar de un modo científico los trucos realizados por magos e ilusionistas para ayudar a una mayor comprensión de los procesos neuronales del ser humano.

 “La realidad no es sólo cómo se percibe en la superficie, también tiene una dimensión mágica y, si a uno se le antoja, es legítimo exagerarla y ponerle color para que el tránsito por esta vida no resulte tan aburrido”

-Isabel Allende-

Neuromagia, una ciencia para comprender mejor nuestro cerebro y sus procesos

Si atendemos a la etimología de la palabra del antiguo persa, magush contiene la raíz magh- la cual hace referencia al “tener poder” o “ser capaz”, pero…¿poder sobre qué? La respuesta es simple, el mago tiene el poder de manipular la percepción . Es aquí donde se enciende el auténtico interés por parte de la neurociencia en este arte: entender esos procesos por los cuales, nuestro cerebro se deja sorprender e incluso engañar. Todo ello nos ayudará sin duda a conocer mucho mejor este órgano fascinante.

Susana Martinez-Conde y Stephen Macknik, científicos del Laboratorio de Neurociencia de Arizona, están encabezando este nuevo ámbito de investigación. En este centro colaboran desde psicólogos, neurólogos, oftalmólogos especializados en el campo de la percepción y también científicos del departamento de defensa interesados en profundizar en esta materia.

De este modo, algo que han descubierto y que queda a menudo en evidencia para cualquier experto en magia, es que el buen mago es por encima de todo, un gran ilusionista. Al estudiar el mecanismo fundamental que subyace a estos procesos, se ha visto que se combinan tres elementos básicos: el juego de la percepción, la desviación de la atención y el factor emocional.

Sabemos que cuando un mago trabaja, se vale de múltiples señales sociales, simpatía, sentido del humor e ilusionismo. De algún modo, estos grandes especialistas obligan al cerebro a poner la atención en un foco mientras el mago, trabaja en otro para crear impacto, para sorprendernos con lo imprevisto..

hombre sorprendido por la neuromagia

La atención, un factor decisivo

La atención es un sistema funcional dinámico, multimodal y jerárquico que facilita el procesamiento de la información que recibimos del medio. Atiende a una capacidad limitada que lleva a cabo una selección entre estímulos (endógenos o exógenos) que exigen un procesamiento más controlado respecto a los que hay que ignorar.

Así, lleva a cabo una focalización selectiva hacia un estímulo determinado, inhibiendo la información no deseada y preparando al individuo para la acción. El cerebro, cuenta con unos recursos limitados en lo que a atención se refiere. Al no procesar toda la información que recibimos, existe una parte que no se procesa, dando lugar a una ceguera por atención. Entonces…¿quién hace el truco, el mago o el cerebro?

El proceso de la neuromagia

Supongamos que un mago dispone de una pelota de pequeño tamaño, de modo que pueda manipularla fácilmente, este lanza la pelota al aire varias veces, por lo que nuestro cerebro sigue la trayectoria de la pelota en todo momento. Después de varios ensayos el mago solo realiza con su mano la trayectoria que debería seguir la pelota de forma idéntica a las anteriores, pero esta vez la pelota no es lanzada al aire y desaparece.

Cerebro iluminado

Según la teoría de la conservación del objeto, nuestro cerebro tiene la capacidad de mantener una imagen mental del objeto sin necesidad de percibirlo. Así, aunque los ojos no hagan la trayectoria, el cerebro predice que la pelota estará allí por que ya lo ha visto antes.

Es decir, el cerebro reconstruye nuestra experiencia de la realidad. Los magos utilizan el límite de la atención y percepción para manipular la realidad y “orientan” la atención del espectador para producir una “ceguera” en el lugar que quiere actuar y llevar a cabo la trampa.

Asimismo, las ilusiones que aparecen en los trucos de magia pueden ser ópticos y visuales. Los primeros surgen ocurren en el mundo real, mientras que las ilusiones visuales ocurren en las áreas sensoriales/ visuales del cerebro. Un ejemplo, a veces, cuando miramos durante mucho una cascada, tenemos la sensación de que el agua fluye hacia arriba.

“El cerebro humano es el objeto más maravilloso y misterioso de todo el universo.”

-Henry Fairfield Osborn-

Aplicaciones de la investigación

Susana Martínez Conde es una neurocientífica española afincada en los Estados Unidos pionera en el estudio de las bases neuronales de la magia. Es directora del Laboratory of Visual Neurosciencie en el Barrow Neurological Institute de Phoenix (Arizona). Su labor se centra en el diseño de experimentos de laboratorio que muestren el comportamiento neural implicado en la percepción y en la construcción de la realidad, esto llevaría a descubrir como se construye la visi ó n de un cerebro normal.

Los hallazgos de la experimentación y la investigación relacionadas con la neuromagia permitirían mejorar el tratamiento de los trastornos de la atención (déficit de atención), tratamiento de trastornos del aprendizaje y rehabilitación neuropsicológica de déficits cognitivos.


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