Guerreros contra la soledad de las arrugas

Guerreros contra la soledad de las arrugas
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 24 abril, 2020

A veces, las cosas más sencillas, son las que más beneficios nos aportan. Todos los que conocemos a los animales sabemos cuán importantes pueden resultar en nuestra vida. Pero lo verdaderamente asombroso está en cómo estos pequeños seres logran reactivar a personas aisladas en su enfermedad, a ancianos con demencias como el Alzheimer, que ya no reaccionan ante su entorno y que se hallan perdidos en un cerebro que ya no es capaz de realizar las mismas conexiones neuronales que antes.

Cuando perciben la cercanía de un perro o un gato, reaccionan de inmediato, buscan el poder acariciarlos, el poder abrazarlos y disfrutan cantándoles. No importan que tengan ya dificultades en el habla, el sentido de la música se activa de inmediato ante la simple cercanía de una mascota.

Son auténticos terapeutas que no piden nada a cambio.

LA ANIMALTERAPIA Y LOS ADULTOS MAYORES

Llamamos animalterapia al uso de determinados animales para ofrecer ayuda a las personas. Además de los perros guía para personas invidentes, también podemos ver como poco a poco se van introduciendo determinadas mascotas para hacer la vida más fácil a personas con otras deficiencias, ya sean físicas o psíquicas.

Animales entrenados desde muy pequeños para atender necesidades, para anteponerse a determinados estímulos y ser, en esencia, esa mano derecha cuando nuestro cuerpo o nuestra mente, no funciona en la totalidad de sus posibilidades. Un ámbito que día a día está cogiendo más fuerza, es el usar a los animales como mediadores de mejora para la vida de los ancianos.

Pero ¿Por qué? ¿Qué beneficios aportan a los adultos más mayores?

-Proporcionan compañía, apoyo emocional y tranquilidad.

-Obligan a las personas a seguir teniendo responsabilidades, a tener que cuidar de alguien, salir a pasear en caso de que tengan un perro, a ir a comprar, a preocuparse y tener rutinas donde volver a encontrarse útiles.

-Se han realizado estudios donde se ha demostrado que las mascotas regulan nuestra tensión, aportándonos una sensación de paz aliviando nuestro estrés y nuestra ansiedad. De ese modo, para los ancianos son una fuente maravillosa para cuidar de su corazón.

-Son un medio para socializarse, para ofrecer mayor movilidad al anciano sedentario.

– En los casos de ancianos que viven en residencia, las experiencias con animales están siendo increíblemente positivas. Se aprovecha el estímulo de las mascotas para mejorar su motricidad y realizar así acciones cotidianas como pasear, cepillar al animal, darle de comer…. De ese modo se mejora el equilibrio, la marcha y la autonomía en la medida de lo posible.

-La terapia con animales suele tener una hora de duración y se realiza de dos a tres veces por semana. Es el instante más emocionante para los ancianos residentes, tanto para los que son autónomos como para los que presentan alguna demencia.

-Ancianos que utilizan el andador, por ejemplo, se ven más motivados para dejar las ayudas –con cuidado- y vencer sus miedos para jugar con los perros. La motivación por tenerlos cerca y disfrutar de su compañía, les estimula física, emocional y cognitivamente.

-Los animales se convierten así en la mejor medicina para todas las edades, pero son especialmente beneficiosos para la tercera edad. Sustituyen al mejor de los fármacos, una muestra de cariño que les devuelve al mundo de las emociones y las sensaciones, que les obliga a moverse, a salir, a ser responsables de un ser vivo que jamás le pedirá nada a cambio más que la propia compañía y el amor que podamos darle.

Te sorprenderá saber que la terapia con animales no se limita únicamente a gatos o perros, en EEUU se trabaja a menudo con llamas. Son dóciles, receptivas y un estimulante maravilloso para los ancianos. Sencillamente asombroso.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.