Si no sueltas el pasado, cómo vas a agarrar el futuro

Vivir en el pasado es una forma bastante común de hacernos daño sin querer, y en muchas ocasiones, sin saberlo. Te enseñamos algunos consejos prácticos para superar algunas experiencias, vivir el presente y proyectarte a futuro correctamente.
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 11 enero, 2023

Cuantas veces nos hemos aferrado a recuerdos, a imágenes del ayer, a personas que ya no están… sin darnos cuenta de que para vivir nuestro presente y agarrar el futuro, es necesario soltar el pasado, hacer un hueco en nuestra vida y superar la añoranza que nos producen determinados recuerdos.

Hay muchas personas que viven ancladas en un pasado que ya no existe y esa parálisis les impide vivir su realidad, disfrutar del presente y pensar en su futuro. Vivir en el pasado entorpece sus sueños y sus metas, y aleja a otras personas de su vida.

“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.”

-Viktor Frankl-

¿Por qué nos cuesta soltar el pasado?

Soltar el pasado puede ser una tarea difícil por diversas razones. Pero, por lo general, todas ellas responden a la evitación, un mecanismo de defensa cuyo objetivo es mantenernos “a salvo”.

Y es que aquellos que se quedan estancados en el pasado suelen ser personas que temen afrontar el presente (el cual se percibe como hostil, amenazante o retador); por lo que prefieren refugiarse en aquellos recuerdos y vivencias que en algún momento fueron satisfactorios.

Así, no solo están evitando afrontar el aquí y el ahora, sino también el futuro; el cual genera mucha ansiedad e incertidumbre. En estos casos, la persona prefiere quedarse en su zona de confort, en lo que ya conoce y le produjo satisfacción alguna vez, que arriesgarse a intentar cosas nuevas.

Sin embargo, también podemos encontrar el caso contrario: cuando la persona se queda estancada en su pasado por la vivencia de uno o varios eventos traumáticos. Estos casos, el pasado es el que se percibe con una gran carga negativa, que dejó una huella emocional profunda; por lo que necesita abordarse adecuadamente.

De no ser así, la persona estará reviviendo el trauma en experiencias actuales, como si fuera una carga que no se ha podido superar y que estropea su funcionamiento en diferentes áreas de la vida. Por ejemplo, una persona que fue víctima de abusos y malos tratos durante su infancia y adolescencia, puede sentir desconfianza hacia todos y creer que siempre quieren hacerle daño. En este caso, el peligro puede que ya no exista, pero el afectado sigue creyendo que así lo es.

En suma, soltar el pasado resulta dificil porque es una forma de evitar el dolor. Sin embargo, la evitación es mecanismo que provoca todo lo contrario: nos deja estancados en el malestar. Por tanto, veamos algunas formas de superarlo.

7 pasos para soltar el pasado

Hay muchas formas de soltar y desprenderse del pasado, de dejar a un lado los malos recuerdos y hacer realidad el famoso “carpe diem” para vivir el momento, el ahora, el presente ¿Te has parado a pensar en los momentos felices y bonitos que vives cada día?

Una conversación con un amigo, una sonrisa con tu pareja, un abrazo de tu hijo. Pero no basta con pensar en ellos, vívelos cuando estén ocurriendo, no te distraigas, guarda el móvil, apaga la televisión y escucha cómo suena ese presente que te rodea, disfrútalo con los cinco sentidos.

“Si el presente trata de juzgar el pasado, perderá el futuro”.

-Winston Churchill-

Pero para disfrutar del presente y ver nuestro futuro, es necesario soltar ese pasado al que nos aferramos sin sentido muchas veces. Déjalo ir, guárdalo y sigue viviendo, es tu vida la que espera a ser vivida. A continuación, te ofrecemos 7 sencillos pasos para soltar el pasado:

1. Aceptar

El pasado no se puede cambiar, pero el presente y el futuro sí. Por lo tanto, acepta lo que haya ocurrido y libérate de la culpa que llevas sobre tus hombros y que no te permite ver el futuro ni sentir el ahora. La aceptación es fundamental para poder afrontar los problemas de frente. Aceptar no significa resignarse, como muchos podrían interpretar, sino saber que lo que ha ocurrido ya pasó y a raíz de ello, tomar el mejor camino posible.

Cuando aceptamos una situación, entramos en un proceso activo a través del cual analizamos la situación y decidimos cómo actuar en nuestro presente. De esta forma, también estaremos construyendo nuestro futuro. Un futuro construido sobre la base la experiencia y de los errores que podamos haber cometido. Sin duda, la aceptación es un acto que conlleva muchos beneficios, muchos más que pasar el día lamentándose por lo que ocurrió en un pasado.

2. Aprender

De todo suceso del pasado se puede extraer una enseñanza. Ya sabemos lo que no tenemos que volver a hacer, lo que tenemos que evitar. Si volvemos a cometer el mismo error que en el pasado, ya no es un error, es una elección. Si puedes elegir, ¿qué prefieres? ¿seguir anclado en los recuerdos o exprimir cada segundo de este momento?

Como afirma la psicología budista, el sufrimiento y los errores son las mejores fuentes de aprendizaje. Si en lugar de flagelarnos por nuestros fallos, los observamos y nos preguntamos: ¿qué puedo aprender? Sin lugar a dudas, estaremos ante la mejor actitud que podamos adoptar. Aprender de nuestros errores es una de las mejores formas de crecer, de evolucionar. Así pues, la próxima vez que cometas un error, en lugar de quejarte una y otra vez pregúntate qué puedes aprender de él.

3. Soltar el pasado implica perdonar

En muchas ocasiones no logramos perdonar a una persona que nos hizo daño, a un amigo que nos engañó; pero con el paso del tiempo, generalmente, el rencor se atenúa y se diluye, por lo que perdonar es una forma de adelantar esa paz con nosotros mismos y con los demás. Perdona a los otros, pero perdona de verdad, sin falsedad, y perdónate a ti mismo. Sólo de esa forma te liberarás de las cadenas que te atan a un pasado que no puedes variar.

4. Vivir los duelos

El duelo es ese proceso de tristeza y nostalgia que todos experimentamos ante un pérdida significativa; que puede ser una persona muy querida, un trabajo importante, una residencia, la propia salud, etc.

En estos casos, es bastante común negar la pérdida y las emociones arraigadas a ellas; pues provocan tanto dolor, que preferimos (de forma inconsciente) echar a un lado todo ese malestar y no hacerle frente.

Sin embargo, es vital darle cabida a todas las emociones que el duelo implica y darnos de oportunidad de vivirlas. Solo así podremos sanar, renacer y ser más resilientes ante las adversidades de la vida.

5. Encontrar un propósito de vida

Algo que nos mantiene enfocados en el presente y el futuro son las metas y objetivos de vida. Pues nos permite ser conscientes de que hay algo por lo que vale la pena seguir y nos da aliento para lidiar con las adversidades que se nos presenten en el camino.

Por ello, recalcamos la importancia de tener deseos o metas de vida a corto y a largo plazo.

Si en estos momentos no tienes nada en mente, te invitamos a conocerte a ti mismo. Empieza a ser consciente de lo que te gusta, de tus fortalezas y debilidades, de lo que quieres llegar a ser, etc.

6. Agradecer

La gratitud es otra forma de soltar el pasado. Por ello, da gracia a aquellas personas que formaron parte de tu vida, por las vivencias que propiciaron (así sean negativas) y por los aprendizajes obtenidos. Pues todo ello ha contribuido a que seas la persona que eres hoy en día.

Así que solo mira el pasado para honrarlo y aprender de él, pues de nada sirve quedarse estancado allí.

7. Volver a empezar

Muchas veces tendremos que volver a empezar desde cero, pero en vez de asumirlo como un fracaso percíbelo como una oportunidad. Aunque en un primer momento todo lo veas negro y trágico, recuerda que todos los comienzos son difíciles y que lo que hoy hagamos nos rendirá frutos en un futuro.

Así que asume estas situaciones con todo el optimismo posible, aprovecha de considerar todas las alternativas que tienes a la mano y atrévete a salir de tu zona de confort. Hazlo diferente esta vez.

Soltar el pasado para agarra el futuro

Permítete soñar, date un respiro y piensa en cómo quieres que sea tu vida en el futuro y haz todo lo posible y lo imposible, para que lo que sueñas sea realidad. Define un objetivo y todos los pasos para alcanzarlo. ¿Cómo es la casa en la que quieres vivir? ¿Qué lugares quieres visitar ¿Qué trabajo quieres tener? ¿Cómo es tu pareja ideal?

Si te haces todas esas preguntas y piensas que todo depende de la suerte o de otras personas, estás muy equivocado, porque la única persona capaz de hacer realidad tus sueños eres tú mismo.  Nadie va a ir a buscarte a tu casa a ofrecerte el trabajo de tus sueños, el hombre o mujer con la que siempre has soñado se va a presentar de un día a otro delante de ti, ni vas a aparecer viviendo por arte de magia en esa casa que te apasiona en la playa.

¡Sal ahí fuera y agarra tu futuro! Una vez que fijes tus objetivos, piensa en todos los pasos a seguir, fija un calendario y planifica todos los detalles. Cada cierto tiempo controla tus progresos y corrige los errores cometidos. Pero ten en cuenta, que un objetivo tiene que ser claro y conciso, tiene que ser medible y realista.

“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”.

-Víctor Hugo-


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  • Carbonell T. Vivir el "aquí y ahora", pasa por transformarte. Sophia 2009;(6): 149-165

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