¿Qué nos causa estrés? Analizamos los 11 motivos principales de estrés

Conocer las principales causas del estrés nos ayudará a identificar cuáles de ellos nos estás afectado y qué medidas podemos tomar para evitarlos. Acá te las decimos.
¿Qué nos causa estrés? Analizamos los 11 motivos principales de estrés
Bernardo Peña Herrera

Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña Herrera.

Última actualización: 28 octubre, 2022

Estamos en una época en la que el estrés está más presente que nunca, pero ¿qué nos causa estrés?, ¿por qué ahora hay más casos? El ritmo acelerado en el que estamos inmersos es el principal motivo, unido a la falta de seguridad económica que gran parte de la población está pasando por culpa de la crisis y que nos deja con menos posibilidades de disfrutar del poco tiempo libre que nos queda.

Muchas veces sabemos que estamos estresados, pero no sabemos bien el motivo, normalmente no se trata de una única cosa, sino que se suelen juntar varios problemas. Entonces, ¿cuáles son esas situaciones que nos causan estrés?

¿Serán, tal vez, motivos ajenos a nosotros, variables internas como nuestra personalidad o una mezcla de ambos? Salimos de dudas: a continuación, los 11 motivos principales que nos causan estrés.

¿Qué es el estrés?

Antes de exponer las principales causas del estrés, es pertinente definir este estado emocional. Se trata de una respuesta de nuestro organismo ante un desafío o demanda. Su función es garantizarnos una respuesta inmediata y acorde a la situación.

Por tanto, si se presenta por episodios cortos y puntuales, puede ser positivo. Ya que activa al organismo y lo mantiene alerta para afrontar la situación. Esto se debe, principalmente, a la liberación de hormonas activadoras -como el cortisol y la adrenalina- durante este estado emocional.

Lo ideal es que esta respuesta desaparezca cuando una vez superada la situación. Sin embrago, hoy en día nos enfrentamos a tantos estresores que es dificil mantener el organismo en calma. En estos casos, la respuesta del estrés se cronifica y causa estragos en nuestra salud física.

Dicho esto, es pertinente hacer la distinción entre los dos tipos de estrés.

Tipos de estrés

Como dijimos, el estrés por sí mismo no es malo. De hecho, resulta necesario para afrontar situaciones desafiantes. No obstante, tiende a cronificase, lo que ha permitido la clasificación del mismo en dos tipos:

  • Estrés agudo: es el que desaparece rápidamente y procede de situaciones puntuales, como una discusión con la pareja, un examen académico, la presentación de un proyecto laboral, estar estancado en el tráfico, etc.
  • Estrés crónico: se trata de un estrés más duradero y suele desencadenarse por situaciones más complejas y que se mantienen en el tiempo. Como por ejemplo, un matrimonio infeliz, problemas financieros, carga laboral excesiva, etc. Quien lo padece suele sentirse abrumado y compromete su salud física y mental.

Síntomas del estrés crónico

Cuando se padece estrés crónico, el cuerpo se mantiene alerta, incluso cuando no hay peligro. Con el tiempo, esto va generando una serie de síntomas físicos y psíquicos, los cuales incluyen:

  • Insomnio o somnolencia
  • Cansancio excesivo
  • Problemas digestivos
  • Músculos tensos
  • Irritabilidad
  • Disminución del deseo sexual
  • Dolores de cabeza
  • Problemas de memoria
  • Dificultad para concentrarse, etc.

¿Qué nos causa estrés?

Ahora bien, a continuación presentaremos las causas más comunes del estrés crónico. Conocerlas es muy importante, pues nos permiten identificar la raíz de nuestro malestar y buscar soluciones acordes a la misma.

1. Motivos laborales 

El trabajo estresante al que nos tenemos que enfrentar en esta época hace que estemos más nerviosos de lo normal. Prisas, exceso de responsabilidades, malas relaciones con compañeros y jefes. En muchos casos, hay menos gente en la plantilla de lo que sería recomendable, y eso hace que los trabajadores tengan más trabajo y carga mental.

Mujer con estrés laboral

También, en muchas ocasiones, hay miedo de decir “no” a las demandas laborales que se exceden de nuestro trabajo habitual. Negarse sería un riesgo de despido, y con lo mal que está el mercado laboral hoy en día, hay temor a ser despedidos.

Para minimizar el estrés laboral, sería recomendable aprovechar bien los ratos libres que tengamos. Piensa, ¿qué es lo que más te gusta hacer?, ¿´que actividades disfrutas mucho? Aunque tengas poco tiempo libre, practica tus hobbies y, sobretodo, cuídate con buena alimentación y duerme las horas necesarias.

2. Personas tóxicas

El ambiente en el que estamos la mayor parte del tiempo, influye mucho en el estrés. Las personas tóxicas nos quitan energía y positividad. Para saber si tienes en tu entorno gente que te perjudica, solo tienes que escuchar a tus emociones.

Si sientes rabia, estrés, pena, en resumen, si tienes malas sensaciones es porque estás ante personas tóxicas.

Las personas sanas, son esas que cuando estamos en contacto con ellas, nos hacen sentir a gusto y las emociones están positivas, son como un rayo de luz que mejoran nuestras emociones. Entonces, lo ideal sería estar el mínimo tiempo posible con personas que despiertan todo lo contrario.

Pero como muchas veces no es posible, porque puede tratarse de familia, o compañeros de trabajo sería bueno que el poco tiempo libre que tuviéramos se  disfrutara a tope, para así equilibrar la balanza de negatividad a la que hemos tenido que estar expuestos.

3. Pensamientos negativos

Uno mismo puede estresarse sin que hayan motivos importantes. Si la mente está centrada en lo negativo que hay en nuestra vida, nos estresaremos rápido. Es necesario centrar los pensamientos en cosas agradables y no dejar que el pesimismo nos inunde.

Hay que cultivar la tolerancia, dejar de lado la perfección, las ansias de conseguir las metas, las prisas. Todo eso solo sirve para caer en el estancamiento.

No hemos venido a esta vida a ser perfectos y eficientes, hemos venido a ser felices y como en infinidad de frases se ha dicho “lo importante no es la meta sino el camino” y aunque parezca una utopía es totalmente cierto, en el camino hay cosas que disfrutar.

Debemos estar atentos y mirar alrededor, en vez de mirar hacia el futuro. Solo hay un lugar en el que puedes vivir y disfrutar, y es este momento presente, el que tienes aquí y ahora. Si dejas que tu mente se vaya hacia el pasado o futuro, te estresarás y será un estrés no real, porque te lo creas tú con tus pensamientos.

4. Pérdidas importantes

Los fallecimientos de seres queridos, amistades o personas a las que estábamos apegados, es una de las más difíciles situaciones que causa estrés. En la mayoría de casos se requiere ayuda profesional. Son cambios en nuestra vida irreversibles y muy dolorosos.

Es muy normal tener una fuerte reacción ante la pérdida. También ante la incertidumbre que seguro generará la pérdida: ¿Qué pasará ahora?

Pasaremos por una serie de etapas de duelo en la que el dolor irá remitiendo y seremos capaces de seguir adelante con normalidad.

5. Amores y desamores

El amor está demostrado que es una de las mayores causas que nos producen felicidad. Pero cuando no es llevado a cabo de una manera sana, nos perjudica. Relaciones de pareja conflictivas producen muchísimo estrés. Casos de dependencia emocional, personas que tienen la autoestima baja y aguantan que no las traten bien, miedo a perder al otro, etc.

El dicho “es mejor estar solo que mal acompañado” muchas personas no lo cumplen, y eso causa estrés. También las personas que no tienen pareja, pero se ilusionan con alguien que no les corresponde, pueden llegar a acostumbrarse al sufrimiento, a estar detrás de alguien que no puede ser. Con estas acciones erróneas, lo que conseguimos es eliminar el bienestar y se nos va acumulando el estrés.

Ruptura de pareja que causa estrés

6. El ruido también causa estrés

Es un tema del que se habla poco, pero estar muchas horas expuesto a entornos de mucho bullicio estresa. Especialmente si hay obligación de estar en esos ambientes de contaminación acústica habitualmente.

Alonso de Esteban (2003) enumeró las principales causas de contaminación acústica. Estas son las originadas por industrias y obras públicas, por el tráfico rodado (automóviles, transportes urbanos, trenes), por la aviación, por locales públicos (bares, discotecas, terrazas al aire libre, etc.) y otro tipo de ruidos como pueden ser los vecinales, desagües, ascensores, equipos de aire acondicionado, televisión a todo volumen, etc.

Lo que se puede hacer para contrarrestar eso, sería dedicar diariamente un tiempo exclusivo para nosotros mismos, a solas. Conviene escuchar música relajante a bajo volumen, hacer yoga, hacer ejercicios de relajación.

7. La soledad

Vivimos en la época de las telecomunicaciones y ahora hay más soledad que nunca. Las relaciones humanas han empeorado y eso causa estrés. Cada vez es más habitual disminuir el contacto real por aquel que nos ofrece el ordenador y demás aparatos electrónicos.

Años atrás la gente se relacionaba más cara a cara y, hasta cierto punto, fomentaba relaciones mpas sólidas y duraderas. Por tanto, debemos tratar de pasar más tiempo en el contacto humano, que usando máquinas.

“El infierno está todo en esta palabra: soledad.”

-Victor Hugo

A pesar de que la soledad pueda suponer en muchos casos una fuente de estrés, es importante que aprendamos a estar con nosotros mismos. No siempre tendremos gente a nuestro al rededor con quien poder realizar alguna actividad, por lo que es muy recomendable saber conectar con nosotros mismos para poder gozar de paz, serenidad y felicidad aquí y ahora.

8. Problemas económicos

La falta de dinero o el endeudamiento puede derivar en una continúa sensación de estrés y angustia; pues, es una situación que despierta sentimientos de vulnerabilidad y escases.

En estos casos, hay diversas técnicas que se pueden aplicar en conjunto para superar esta situación y evitar que el estrés y la ansiedad terminen socavando nuestra salud en general. Algunas de ellas son: Llevar un orden de los ingresos y gastos; simplificar gastos; recibir asesoría financiera; buscar alternativas para incrementar los ingresos; y contar con una red de apoyo para desahogar y liberar tensión.

9. Conflictos familiares

Dentro de las familias hay conflictos de todo tipo y muchos de ellos suelen asociarse a otros estresores, como por ejemplo: una separación o divorcio, una enfermedad o la muerte de un ser querido, una mudanza, problemas económicos, etc.

También suelen gestarse por la misma convivencia de los miembros, donde generalmente las personalidades dispares entran en conflicto de forma constante.

Sea cual sea el caso, los mejores recursos para paliar este estresor son la comunicación efectiva entre los miembros del grupo familiar y la empatía.

10. No poner límites

No saber decir “no” es otra de las causas más comunes de estrés. En este caso, en un intento de querer satisfacer las necesidades de todo el mundo, la persona se olvida de atenderse a sí misma y de velar por su propio bienestar.

Por lo que es típico que se recargue de trabajo, de cuidados familiares, de deberes domésticos, actividades académicas, etc. y olvide darse el descaso necesario para reponerse de tanta demanda. 

Lo que se puede hacer para contrarrestar esta situación es aprendiendo a poner límites y empezar a reservarse un espacio para el autocuidado y disfrute personal.

11. Falta de sueño

La ausencia de un buen descanso por las noches es otro detonante común del estrés crónico. La falta de sueño reparador puede deberse a diversos motivos, de hecho, el mismo estrés es una de sus causas. Lo que representa un círculo vicioso que va empeorando cada vez más el malestar.

Por tanto, es vital que identifiquemos recursos para poder conciliar y mantener un sueño reparador. En este caso, la meditación, el ejercicio físico, alejarse de las pantallas por las noches y contar con un ambiente apto para dormir son algunas de las alternativas que se pueden implementar para evitar este estresor.

Equilibra tu balanza

El estrés se va acumulando en nuestro interior. Si no contrarrestamos y equilibramos nuestra balanza, acabaremos estallando por alguna parte en forma de ansiedad u otras enfermedades psicosomáticas.

Entonces, ¿cómo equilibrar la balanza? Lo primero sería buscar la respuesta a qué nos causa estrés. Una vez lo sabemos, nos podemos tomar de otra manera las cosas.

Mujer con estrés laboral

Debemos disfrutar del tiempo libre que tengamos y divertirnos. Cada persona tiene una manera de divertirse, no hay una regla universal, busca tu manera de disfrute. Si no te diviertes durante largos periodos, dejarás que la negatividad gane más terreno y tus emociones irán empeorando.

Por ejemplo, imagina que una persona tiene que trabajar 12 horas en un mal ambiente. Si luego sale del trabajo y está tan negativo que no hace nada más porque no tiene ganas, al final ese estrés le pasará factura. En cambio, si decide que ese trabajo poco satisfactorio no va a impedir que siga disfrutando de la vida, logrará estar bien.

Necesitamos un motivo para aguantar lo malo que hay en nuestra vida. Busca tu motivo. Practica tus hobbies, haz cosas que te gustan, disfruta, mantén el contacto con personas sanas y buenas, diviértete, cuida a quienes te quieren y apoyan. Cuanta más cantidad de cosas positivas haya en tu vida, más motivos tendrás para sobrellevar momentos menos buenos.


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