Sabiduría es también ignorar lo que no vale la pena

Sabiduría es también ignorar lo que no vale la pena
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Si hay algo curioso que hace nuestro cerebro cada noche sin que se lo pidamos, es un mecanismo esencial para ignorar información. Gracias al sistema glinfático elimina toxinas que podrían causarnos problemas neurodegenerativos. A su vez, mientras dormimos, el cerebro ejecuta un sutil “borrón” de información innecesaria, integrando y clasificando aquella que sí juzga como relevante.

El cerebro, como ves, se alza como una maquinaria precisa y casi perfecta que sabe eliminar de sus estructuras y procesos internos todo aquello que no es útil y que, por tanto, podría enfermarlo. Sin embargo, nosotros, cuando abrimos los ojos al día y a la conciencia, no siempre somos capaces de ignorar lo que no vale la pena.

No es fácil ignorar ciertas cosas, ciertas personas, ciertas situaciones. Las personas no siempre sabemos percibir que algo puede hacernos daño, no tenemos un radar, ni una señal de alarma. Nos limitamos a confiar, a dejarnos llevar. A vivir.

Si hay algo que también deberíamos tener en cuenta es que no solo están en el exterior muchas de las cosas que sería necesario ignorar. A veces, también está “ese ruido” interno, esos pensamientos obsesivos, esos miedos, esas dudas, la ansiedad… Enemigos propios que sería necesario reconocer y desactivar.

Por ello, te invitamos a reflexionar con nosotros, a comprender que en ocasiones, puede ser muy saludable practicar el sencillo acto de dejar atrás aquello que no enriquece, que no motiva, y que, al contrario, pone muros en nuestro crecimiento personal.

Cómo aprender a ignorar aquello que no me hace feliz

 

Niña intentado ignorar sus miedos
Piensa en esta pregunta durante unos instantes: ¿Qué es lo que te hace realmente feliz? Puede que te sorprenda, pero hay quien llega a tal extremo en su vida personal, que ya no recuerda qué es eso llamado felicidad. Es un riesgo muy elevado.

A veces, no nos atrevemos, otras tememos hacer daño a otras personas, a decepcionarles. No obstante, vale la pena tener en cuenta que ignorar es también responder con inteligencia. Es no dar relevancia a quien no la merece, es desactivar aquello nos hace daño.

Hay épocas de nuestra vida en que sin saber muy bien cómo, perdemos esa tranquilidad interna que antes nos caracterizaba. Puede que sean ciertas personas, ciertas relaciones. Puede también que se deba a  determinadas situaciones, a presiones laborales e incluso a autoexigencias.

Perdemos el rumbo e incluso nuestras propias esencias. Mantener durante mucho tiempo esta sensación puede hacernos caer perfectamente en un estado depresivo, en una indefensión tan grave donde todo escapa a nuestro control. No lo permitas. Aprende a ignorar, a desactivar, a liberar cargas para andar más ligero en tu sendero personal.

Recuerda todo aquello que es significativo para ti

No pierdas el rumbo. No pierdas tus raíces ni aquello que te define, porque todo aquello que te emociona, que te arranca una sonrisa y acelera tu corazón, eres tú. Y la felicidad es lo que da sentido a nuestra vida. Así que, si no la sientes, si no percibes ilusión en tu día a día, deberás pensar en estos aspectos.

  • Ve quitándote capas, una a una. Has pasado mucho tiempo llevando una vida en la que no te indentificas, así pues, realiza un ejercicio interno y descubre qué “piel” deberías dejar ir para volver a tu esencia.
  • Recuerda tus valores. No hace mucho te definía la valentía, el coraje, el respeto por uno mismo y por los demás. Dilos en voz alta, hazlos patentes.

La felicidad no son cosas, son sensaciones elementales inscritas en los actos sencillos. Si no los aprecias, será el momento de tomar decisiones.

 

Practica el arte de la sabiduría valiente, la sabiduría de saber ignorar

Niñas con corazones en la mano que no se pueden ignorar

No es fácil. Ignorar lo que no favorece nuestro crecimiento personal requiere a veces cortar vínculos. Y más aún, reformular incluso nuestras actitudes. De ahí que se necesite también de un pequeño acto de valentía.

Si eres una persona débil buscaras venganza a tus despechos, si eres fuerte serás entonces capaz de perdonar. Ahora bien, si eres sabio te limitarás a ignorar lo que no vale la pena para disfrutar cada día de tu vida.

Debemos tener muy claro que ignorar no es de débiles, que no supone ni mucho menos no hacer frente a determinadas situaciones. En ocasiones, lo más acertado es ignorar, dejar de dar relevancia a algo que no debería tener tanta presencia en tu vida.

  • Ignora los desprecios. No eres tú, no te definen, quita relevancia de tu vida a la persona que te los dirige. Camina ligero.
  • Ignora a quien practique el egoísmo, a quien nunca fue como pensabas, a quien te trae tormentas los días de sol. Ignora a quien te quite la sonrisa. Asume el adiós, y deja ir para andar ligero.
  • Ignora los miedos que ponen muros en tus sueños, los prejuicios y actitudes propias que te impiden coger ese tren que siempre pasará para ti. Desactiva los pensamientos limitantes y corre ligero rumbo a esos proyectos que sin duda mereces…

Atrévete. Atrévete a ignorar lo que no vale la pena para entornar la cerradura de la felicidad.

 

Imágenes cortesía de Louise Robinson


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.