¿Se pueden tener secretos en la pareja?

¿Se pueden tener secretos en la pareja?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 28 octubre, 2020

Las personas, estamos hechas de sueños. Pero también de misterios y experiencias personales que han cincelado lo que somos ahora. Puede que no se vean a simple vista, pero están ahí, en el reverso de nuestro corazón y en el sustrato de nuestro cerebro. Ahí donde se nutren los recuerdos y los aprendizajes experienciales.

Ante una nueva pareja se enciende una vez más la ilusión, la pasión, el compromiso y la dedicación. Aportamos todo lo que somos y todas nuestras energías en ser feliz junto a esa persona. Pero ¿es necesario que le abramos también la cerradura de nuestros secretos? ¿de nuestras experiencias pasadas, de todos nuestros pensamientos presentes? Hay quien dice que toda relación estable requiere una apertura completa y una sinceridad absoluta. pero ¿debemos incluir ahí también esos misterios que cada uno de nosotros tenemos tras nuestras bambalinas personales?

LA NECESIDAD O NO DE TENER SECRETOS EN LA PAREJA

Está claro que cada uno tendrá su propia opinión al respecto de esta cuestión. Pero siempre es interesante conocer qué nos dicen los expertos en materia de psicología emocional y relaciones de pareja. Los estudios realizados al respecto parecen coincidir en los siguientes aspectos que, sin lugar a dudas, no dejan de ser interesantes:

-Todos sabemos que las relaciones de pareja necesitan de una base emocional donde se haya la comunicación, el amor, la empatía y la confianza, pero esto no nos obliga a tener que perder nuestro individualismo.

-Disponer de intimidad, y un espacio psíquico personal es a veces ensencial en las relaciones sentimentales. Un espacio propio y personal que desde luego, no vaya en contra de la otra persona, ni se base en algún tipo de engaño. Se trata simplemente, de un rincón en el cual gestionar nuestro propio mundo en aquellos aspectos que no deseamos poner en común, y que sin lugar a dudas no por esconderlos supone el “estar traicionando al otro”.

-En ocasiones, estas reservas personales pueden suscitar incomididades en la otra persona. Puede que alguna vez nos encontremos con un “es que tú te guardas muchas cosas”. De ahí que debamos saber qué es necesario compartir y qué no. Entendemos el silencio en algunos aspectos como “el respeto a la individualidad de nuestra pareja”. Pero si existe algo que estamos ocultando expresamente, y que concierne a la propia relación entonces, pueden surgir los problemas.

-Todo depende también de cómo entendamos nosotros las relaciones de pareja. Hay quien demanda apertura absoluta, sin entender o respetar “el espacio personal e íntimo del otro.”. Pero también hay personas que entienden la necesidad de que cada miembro, disponda de un “rincón personal dentro de la relación”, respetando determinados silencios porque sabemos que son necesarios para el otro. En ocasiones, no decir no significa necesariamente estar mintiendo o traicionando”.

-El misterio, en ocasiones también tiene su importancia. Puede que ya lo hayas pensado alguna vez.. Todos sabemos que en una relación hay que ser honestos, respetuosos y auténticos. Pero ello no entraña obligatoriamente que la otra persona deba saberlo todo de mi. Siempre es aconsejable dejar un pequeño espacio de misterio para el descubrimiento del día a día. Lo curioso de este aspecto es que, según muchos estudios realizados al respecto, son las mujeres precisamente quienes mejor saben conservar o gestionar su misterio. Mientras que a los hombres, suelen ser menos hábiles a la hora de “encubrir”.

-Pero entonces ¿dónde está el límite entre lo que se cuenta y lo que no? Llegados a este punto seguro que te lo estarás preguntando. El límite lo debe conocer uno mismo. En ocasiones puede entrar dentro de los límites de lo ético: no vamos a encubrir por ejemplo, el que hemos dejado de querer a la otra persona por simple comodidad o por egoísmo. La barrera de lo que se cuenta o lo que no entra dentro del mundo personal de cada uno, y de su personalidad, está claro. Pero todos necesitamos de un espacio íntimo y personal donde no solo esconder, sino también crecer, valorar, aprender, gestionar, construir y también destruir. Y no por ello, no por guardar bajo llave esta puerta de cerradura oculta vamos a traicionar a nuestra pareja.

En ocasiones, esta sala privada y oculta nos permite llevar mejor la relación. La confianza se alimenta día a día a través de pequeños aspectos. Tal vez llegue un momento en que permitamos cierta apertura, pero no por ello, no por “no permitirlo” vamos a querer menos a la otra persona.

 


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