Te lo prometo

Te lo prometo
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 agosto, 2023

Cuando hacemos algo mal, prometemos no repetirlo. Prometimos no separarnos, de quien hoy es un extraño. Nos prometieron un viaje, que nunca realizamos. Prometimos un café, que aún no hemos tomado. Nos prometieron una llamada… Prometemos a los demás y a nosotros mismos. Las promesas son intenciones con las que manifestamos nuestra una voluntad de hacer algo.
Las promesas nos unen a otras personas, pero si nos fijamos bien, cuando prometemos algo a alguien o a nosotros mismos, lo que hacemos es manifestar una intención de futuro. Las promesas no viven en nuestro presente, sino que son una declaración consciente de algo, que nos gustaría que ocurriera en un tiempo que aún no vivimos.
¿Por qué prometemos? Las promesas son una muestra de voluntad en la que adelantamos nuestras intenciones inmediatas. Cuando realizamos una promesa, estamos dando información anticipada a nuestro interlocutor, le estamos adelantando el futuro y, por tanto, le damos tranquilidad y seguridad.

NOS OTORGAN SEGURIDAD

Las promesas son esas informaciones que necesitamos los seres humanos para controlar nuestro destino. Las promesas nos unen a otras personas, nos otorgan confianza y espantan nuestros miedos. Necesitamos saber y, por eso, las promesas son como una especie de bola de cristal en la que leemos las intenciones de nuestro interlocutor. Si nos encontramos mal y alguien nos promete quedarse a nuestro lado”, nos sentimos más seguros.

Pero, ¿Por qué no cumplimos con nuestros propósitos? A pesar de que expresan voluntades, muchas veces postergamos esos compromisos. Recurrimos a excusas como la falta de tiempo, la mala organización o no saber decir “no”, para ser infieles y pasar factura a nuestras voluntades.

Cargamos demasiado nuestra agenda diaria porque nos sentimos incapaces de delegar en otras personas. Nos cuesta priorizar. Hay que dejar de hacer cosas sólo para complacer a los demás, sin que las deseemos. Es mejor ser francos, que decir “sí” y no cumplir.

Hay amigos que prometieron quedarse para siempre a nuestro lado y ya no están. Todo primer amor prometió querernos para siempre. Renovamos cada año las promesas del anterior. Hay promesas cargadas de deseos, otras de culpa. Prometemos, nos prometen. Nos comprometemos los unos a los otros. Diseñamos en el presente, para intentar construir en el futuro.

“El ser humano que promete todo, es seguro que no hará nada, y cada uno que prometa demasiado se encuentra en peligro de utilizar medios diabólicos para llevar a cabo sus promesas y está ya en el camino de la perdición”. Carl Jung.


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