Ve y hazlo

La indecisión puede paralizarnos en ocasiones. Sin embargo, arriesgarse siempre es positivo, pues tanto si triunfamos como si fallamos habremos aprendido.
Ve y hazlo
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 10 mayo, 2020

Para algunas personas escoger, avanzar, tomar riesgos y ser proactivo son tareas extremadamente difíciles. El miedo, la baja autoestima y la intolerancia a la incertidumbre son solo algunos de los motivos que nos mantienen estáticos, prisioneros de la indecisión y estancados en un lugar que no nos hace felices. Por ello, si te encuentras a ti mismo de nuevo enfrentando una de estas situaciones solo ve y hazlo.

Es posible que lleves toda tu vida siendo una persona insegura y temerosa, viendo pasar las oportunidades ante tus ojos e incapaz de agarrarlas cuando pasan ante ti. La firmeza y la decisión son habilidades que también se entrenan. Por lo mismo, si deseas cambiar tu realidad te invitamos a comenzar hoy mismo.

¿Cómo saber si debes arriesgarte?

Saltar a la piscina sin saber si está llena de agua indudablemente asusta. Del mismo modo tomar decisiones en nuestra vida puede parecernos, muchas veces, un riesgo inasumible. Y efectivamente no siempre actuar es lo más prudente, pues cada una de nuestras acciones conlleva unas consecuencias.

Así, el primer paso para decidir si debes dar un salto al vacío es preguntarte por qué lo haces. ¿Realmente hay algo que anhelas, que deseas genuinamente obtener?, ¿o simplemente te estás dejando llevar por los consejos, las expectativas y las imposiciones de los demás?

Ten siempre en cuenta que el único que enfrentará las consecuencias de tus actos serás tu mismo. Por tanto arriesgaste solo por tus propios objetivos. Si decides seguir la opinión de alguien más y sale mal, no será ese otro quien enfrente el fracaso, serás tú.

Cometer errores es humano y asumir la derrota es parte natural de la vida siempre y cuando esta provenga de tus propias decisiones. Si fallas en el intento tras lanzarte a perseguir lo que alguien más te pidió que siguieras caerás presa de la frustración, pero también del rencor y el resentimiento hacia esa otra persona.

Ve y hazlo: merece la pena intentarlo

No obstante, una vez hayas determinado que aquello sobre lo que dudas es un deseo genuinamente tuyo, atrévete, ve y hazlo. Existen diversas buenas razones para hacerlo.

El no ya lo tienes

Puede sonar a tópico pero es algo completamente real. Cuando analizamos si lanzarnos en busca de aquello que queremos obtener muchas veces lo que nos frena es el miedo al no. ¿Y si voy a la entrevista y no me dan el empleo?, ¿y si le confieso mis sentimientos y no es recíproco?, ¿qué pasará si me mudo y todo va mal y me toca volver?

Nos asusta hacer la pregunta por miedo a que la respuesta sea un no, pero en realidad el no es el estado en el que vivimos y en el que permaneceremos si no arriesgamos. Si no acudes a la entrevista es seguro que no obtendrás el empleo, si no te declaras seguro que seguirás soltero. La diferencia es que, si te arriesgas, hay una opción al sí; mientras, si no lo haces el no es ineludible.

Tal vez temas enfrentar el fracaso. Pues, finalmente, si permaneces como estás no hay opción a fallar. Sin embargo has de comprender que el fracaso es parte del proceso, algo por lo que todos pasamos. No tiene nada de dramático y si mucho de didáctico. No temas a la caída pues de ella aprenderás a levantarte. 

Ve y hazlo, así la próxima vez será mucho más sencillo

Otro punto realmente importante es que la única manera de aprender a ser decidido es tomando decisiones. La primera vez tal vez te cueste un mundo. Quizá el miedo resulte casi paralizante. Aún así ve y hazlo; y si tienes miedo, hazlo con miedo. Pues con cada intento se irá volviendo más sencillo.

Cada paso que te atrevas a dar fortalecerá tu autoestima y tu confianza en ti mismo. Si lo logras, te sentirás más capaz y preparado, irás llenando tu mochila con éxitos que te recordarán tus cualidades.

Pero, incluso si te arriesgas y pierdes estarás ganando, pues te darás la oportunidad de comprobar que eres capaz de hacer frente a la adversidad. De este modo la siguiente decisión será mucho más sencilla de tomar, pues tendrás la certeza de que, aunque vaya mal, podrás salir adelante. Entonces no lo dudes: ve y hazlo.


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  • González-Arratia, N. I. (2001). La autoestima. UAEM.
  • Fiorentino, M. T. (2008). La construcción de la resiliencia en el mejoramiento de la calidad de vida y la salud. Suma Psicológica15(1), 95-114.

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