Apnea del sueño en niños: síntomas y consecuencias

Detrás del niño que ronca y que moja la cama puede haber un problema de salud. La apnea del sueño no solo aparece en los adultos, los más pequeños también la sufren y sus efectos son serios.
Apnea del sueño en niños: síntomas y consecuencias
Mariel Mendoza

Revisado y aprobado por la médica Mariel Mendoza.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 21 abril, 2023

La apnea del sueño en niños es una condición respiratoria que requiere de nuestra atención. Tanto es así que, según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, tiene una prevalencia del 10 % en niños en edad escolar. En ocasiones, puede ser más elevada, dado que en muchos casos detrás de esta realidad pueden estar las amígdalas agrandadas o las vegetaciones.

De este modo, aunque la apnea sea ese trastorno del sueño tan recurrente entre los adultos, aún a día de hoy sigue estando infradiagnosticada. Muchos asumen que roncar es algo normal y que, por tanto, carece de relevancia. Sin embargo, lo que experimenta la persona son pequeñas paradas respiratorias, con lo que ello conlleva (falta de oxígeno al cerebro, cardiopatías, hipertensión…).

En los niños esta condición puede ser más grave que en los adultos. Por tanto, resulta decisivo que los padres y cuidadores atiendan la calidad del sueño de los pequeños desde temprano. Se estima que tiene su primera aparición entre los 2 y 8 años. Asimismo, cursa con otros síntomas más complejos que en las personas mayores. ¡Sigue leyendo para conocerlos!

Entre los efectos por no diagnosticar de manera temprana la apnea del sueño en niños están los problemas cardiopulmonares, la somnolencia diurna, las enfermedades inflamatorias, etc.

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Se estima que la apnea del sueño en niños aparece entre los 2 y 8 años.


Apnea del sueño en niños ¿cuáles son los síntomas?

La apnea del sueño en niños consiste en la aparición de episodios continuados de fallos en la respiración durante el descanso nocturno. Es decir, se produce una obstrucción en las vías respiratorias superiores que duran entre 8 y 10 segundos.

Una investigación del Hospital Universitario de Oulu (Finlandia) destaca algo importante al respecto: todo niño que ronca puede sufrir apnea obstructiva del sueño. Es más, en ocasiones puede haber menores de dos años que evidencian llamativos ronquidos durante su descanso. Sin embargo, no es tan fácil llevar a cabo el diagnóstico, se precisan diversas pruebas para poder diferenciarlos de los ronquidos primarios (comunes y no patológicos).

Veamos los principales síntomas asociados.

Características asociadas a la apnea del sueño en niños

En primer lugar, roncar o respirar de manera ruidosa es el síntoma más común asociado a la apnea del sueño en niños. Asimismo, debemos tener en cuenta que puede aparecer ya en bebés de pocos meses. Aproximadamente un tercio de los lactantes de 6 meses o menos presentan respiración ruidosa.

Un trabajo de investigación publicado en American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, destaca algo relevante. Algunos lactantes tienen una predisposición tanto anatómica como fisiológica hacia la obstrucción de las vías respiratorias. Esto puede dificultar su crecimiento debido a la falta de oxigenación. En determinados casos, puede estar detrás de las muertes súbitas. Así, si un bebé ronca, es decisivo consultarlo con el pediatra.

Por otro lado, además de esta característica se les suele añadir otras en los niños de entre 2 y 10 años:

  • Micciones nocturnas.
  • Agotamiento diurno.
  • Falta de concentración.
  • Irritabilidad y mal humor.
  • Dolor de cabeza.
  • Sudoración.

¿Cuáles son las causas de la apnea del sueño en niños?

El origen de la apnea del sueño en niños está en diversas variables. La más común está en las vegetaciones o las amígdalas agrandadas. Esto se soluciona con una intervención quirúrgica que, como bien sabemos, es muy común en la población infantil y, seguramente, muchos hemos pasado por ellas.

Otros factores asociados a este trastorno respiratorio y del sueño son las siguientes variables:

  • Las anomalías congénitas de las vías respiratorias. Ejemplo de ello es la laringomalacia, la estenosis de apertura piriforme, los hemangiomas, etc.
  • La obesidad infantil es otra realidad recurrente. De acuerdo con una publicación de Journal of Nutrition and Metabolism, la apnea obstructiva del sueño afecta hasta al 60% de los niños obesos.
  • Por último, y no menos importante, cabe destacar que tanto el síndrome de Down como el de Pierre Robin se asocian a la apnea del sueño en niños.

¿Cómo se diagnostica?

A la hora de saber si un niño sufre apnea obstructiva del sueño no basta solo con saber que ronca. Hay más variables que deben analizarse clínicamente para realizar un diagnóstico acertado:

  • La prueba más común que se realiza es una polisomnografía del sueño. Consiste en registrar durante una o varias noches, las ondas cerebrales del niño, sus frecuencias cardíaca y respiratoria, sus niveles de oxígeno en la sangre, los movimientos de los ojos y también de las piernas.
  • También deben obtenerse biomarcadores urinarios y una rinomanometría.
Bebé durmiendo y representando la Apnea del sueño en niños
El especialista podrá solicitar una polisomnografía del sueño, rinomanometría y biomarcadores urinarios para determinar si un niño padece esta condición.


Tratamiento para la apnea obstructiva en niños

El tratamiento de esta condición requiere partir de la realidad clínica del niño. Es decir, habrá pequeños que necesiten una simple intervención de sus amígdalas y otros que, tal vez, necesiten perder peso para que su respiración mejore. Sea como sea, lo más importante es acudir al pediatra y al otorrinolaringólogo infantil para conocer el mejor tratamiento.

No obstante, cabe destacar que, al igual que sucede con los adultos, la técnica más usada es el tratamiento de presión positiva en las vías respiratorias (PAP, por sus siglas en inglés). Consiste en dormir conectado a una máquina que mantiene la tráquea abierta, gracias al bombeo constante de aire bajo presión dentro de las vías respiratorias de los pulmones.

Para concluir, recordemos una vez más que los ronquidos no son siempre algo normal en el ser humano. Conocer el origen y seguir las pautas médicas puede mejorar la calidad de vida. En los niños, este tema es aún más importante.


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