Cómo superar el miedo a conducir

¿Cómo superar el miedo a conducir? En este artículo te hablamos de las dos terapias más utilizadas y de pautas generales para superar este miedo. ¡Sigue leyendo!
Cómo superar el miedo a conducir
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 07 abril, 2023

La fobia a conducir, o amaxofobia, afecta a un 28 % de los conductores según un estudio de la Fundación CEA. En este artículo hablaremos sobre cómo superar el miedo a conducir, pero antes de nada, debemos saber que las fobias son trastornos de ansiedad, catalogados como tal en el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) publicado en 2014.

No obstante, a veces se siente un miedo lógico y sano a la conducción. Cuando se tiene poca experiencia, después de tener un accidente leve, en periodos vitales de mucha ansiedad, los ejemplos son muchos. En estos casos, la vía de acción es diferente a la de la fobia, obtengas ayuda profesional o no.

Por eso, en este espacio vamos a ver en profundidad tanto las terapias más utilizadas para la amaxofobia como una serie de consejos generales para que el miedo no vaya a peor. No te pierdas nada, pues conducir es una habilidad útil y que dota de muchísima autonomía, por lo que no conviene perder el hábito.

¿Qué es la amaxofobia?

La fobia específica a conducir se caracteriza por un miedo intenso, irracional, persistente y desproporcionado ante la conducción. Suele aparecer a raíz de eventos concretos, como un accidente de tráfico. Como en todas las fobias específicas, el objeto del miedo se evita debido a este sentimiento, causando en el paciente un malestar clínicamente significativo o el deterioro en áreas vitales importantes para el funcionamiento sano.

Por norma general, y tal y como indica la Guía de tratamientos psicológicos eficaces I de Pérez, Fernández, Fernández y Amigo (2010), los tratamientos más usados (y efectivos) para las fobias específicas son: la terapia por exposición y la terapia cognitiva (concretamente, la reestructuración cognitiva). Vamos a verlo en más detalle.

Mujer con miedo a conducir
El miedo a conducir es una fobia muy incapacitante con distintos niveles de intensidad en cada persona.

Superar el miedo a conducir

Como se decía, los dos tratamientos más empleados en psicoterapia a la hora de superar el miedo a conducir son la terapia por exposición y la terapia cognitiva. Vamos a exponerlas por separado.

1. Terapia por exposición

La terapia por exposición es la técnica empleada por excelencia a la hora de tratar fobias específicas. Esta consiste en exponer a la persona al objeto o situación fóbica de forma gradual (a través de una jerarquía de ítems, de menos a más ansiógenos). Dicha lista la elabora el terapeuta junto al paciente.

En el caso de la amaxofobia, los ítems consistirán en situaciones relacionadas con la conducción. Las primeras situaciones a superar serían las que producen menos ansiedad en paciente (por ejemplo, acercarse al coche, sentarse y coger el volante, poner la primera marcha…), para poco a poco exponerlo a situaciones más ansiógenas (conducir por zonas cada vez más difíciles, primero con un acompañante, luego solo, etc.).

Para superar el miedo a conducir debemos tener en mente que el objetivo final será que la persona pueda exponerse a la situación de conducción sin que le genere ansiedad. Para conseguirlo, será importante que aprenda a resistir la ansiedad que la situación le genera. El objetivo es que finalmente esa resistencia se trasforme en sensación de control y dominio, hasta que la ansiedad desaparezca.

Si la terapia funciona, la asociación entre los síntomas psicofisiológicos y el estímulo fóbico desaparece. Así, en muchos casos, la mejor estrategia de afrontamiento frente al miedo a conducir es no dejar de conducir. Si se trata de una fobia incapacitante, lo mejor será acudir a un profesional que te ayude.



2. Técnicas para reducir la ansiedad

Como el objetivo es que la persona llegue a experimentar la situación sin llegar a sentir esos elevados niveles de ansiedad, le proporcionaremos estrategias complementarias para que aprenda a reducir su ansiedad. Las más comunes son las técnicas de respiración, las técnicas de relajación y la visualización de imágenes positivas.

La ansiedad es incompatible con un estado de relajación, ya que los sistemas que se activan con un estado y otro son diferentes. Con estas técnicas mencionadas se pretende, por tanto, que los mismos estímulos (ponerse el cinturón, arrancar, conducir en general) generen una respuesta incompatible con la ansiedad. A este proceso se lo conoce como desensibilización sistemática y fue propuesto por Wolpe en la década de los años 50.

3. Terapia cognitiva

Otra herramienta que se utiliza en psicología para superar el miedo a conducir es la terapia cognitiva. Cabe decir que la terapia por exposición es la terapia más eficaz, pero también es recomendable combinarla con terapia cognitiva. Esta última ha sido eficaz en el tratamiento de la amaxofobia junto a otros trastornos como la depresión.

Dentro de ella, lo que se emplea con más frecuencia es la técnica de la reestructuración cognitiva. Con ella se trabajan los pensamientos desadaptativos generados por el miedo y la ansiedad, generalmente de tono catastrofista e irracionales. Por ejemplo, algunas personas tienden a pensar que tendrán un accidente si salen a la carretera, lo que les sume todavía más en su miedo y en el bloqueo.

Por tanto, el objetivo de la reestructuración cognitiva es que el paciente aprenda a sustituir los pensamientos tan catastrofistas por otros más realistas, adaptativos y funcionales. Por ejemplo: «seré capaz de conducir sin ponerme nervioso», «no tengo por qué tener un accidente conduciendo», «puedo usar el GPS en caso de perderme», etc.

Es muy importante ayudar a la persona con amaxofobia, pero también lograr que él mantenga una actitud activa durante todo su proceso terapéutico.

Más allá de la terapia psicológica: el miedo a conducir

En ocasiones, el miedo no llega a convertirse en una fobia, sino que se restringe a ciertas situaciones (como el miedo de los conductores noveles, por ejemplo). Si este es tu caso, aquí encontrarás algunas pautas generales a aplicar que pueden resultar útiles para combatir el miedo a conducir.

1. Reconoce tu problema

Como se suele decir, «el primer paso para solucionar un problema es reconocerlo». Así que, afronta tu miedo, acepta que lo tienes y no pretendas huir de él. No debes sentirte culpable ni menos que nadie, a pesar de que el estigma de la enfermedad mental te diga lo contrario.



2. Racionaliza el miedo

Los miedos (y más las fobias) siempre llevan asociados pensamientos irracionales y catastrofistas. Por ello, será importante que intentes identificar qué es lo que te causa miedo realmente a la hora de conducir. Podría ser tener un accidente, perderte, bloquearte, lo que sea.

Una vez lo identifiques, intenta sustituir los pensamientos irracionales por otros más realistas, y piensa también en lo peor que puede pasar. ¿Realmente es probable que ocurra? ¿Qué posibles soluciones podrías aplicar? Reflexiona y trata de interiorizar esos razonamientos.

“El miedo es cobarde, si le plantas cara desaparece”.

-Cisco García, tenista paralímpico-

3. Coge el coche

En esto se basa la terapia por exposición. Exponerte a tu miedo irracional es lo único que te demostrará que no estabas en lo cierto con tus temores. Hazlo poco a poco, escalando las situaciones solo cuando tu ansiedad se haya reducido o eliminado.

Y es que evitar la conducción actúa, en muchos casos, como refuerzo de tu miedo. Por tanto, cada vez que quieras coger el coche, el miedo será más intenso. De esta manera, se cae en un ciclo que se retroalimenta, donde conducir da cada vez más miedo a medida que se evita una y otra vez.

Hombre conduciendo
Lo ideal es exponerte de forma paulatina a tu mayor miedo, tratando de evitar los pensamientos catastróficos en el proceso.

Confía en tus capacidades

La fuerza para superar una fobia está presente en todas las personas. Aunque quizá no lo sepas o desconozcas cómo utilizarlas, esas fortalezas están ahí. Algunas personas son capaces de enfrentarlo por sí solas y otras necesitan la guía de un profesional.

Por eso, como se decía más arriba, no temas en pedir ayuda psicológica, sobre todo si tu miedo es incapacitante o ha nacido a raíz de un evento traumático (como un accidente). Nadie debería recorrer el camino del miedo solo, así que no sientas vergüenza a la hora de tomar manos amigas.


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