Conoce y mejora los principales componentes de tu lenguaje no verbal

Conoce y mejora los principales componentes de tu lenguaje no verbal
Sergio De Dios González

Escrito y verificado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 15 febrero, 2024

Los estudios dicen que con nuestro cuerpo, en un encuentro presencial, expresamos más del 60% de la información que trasmitimos. Eso cuando no estamos en silencio, que expresamos el 100%. Por otro lado, la mayoría de los movimientos que hacemos pasan lejos de nuestra conciencia. Por ejemplo, que nos encorvemos o nos echemos para atrás y separemos los hombros no pasa por nuestro canal de toma de decisiones conscientes.

Nosotros, cuando captamos información, también somos conscientes de lo impulsivo y descontrolado de este lenguaje. Por eso mismo nos fiamos antes de él que de las palabras que escuchamos. Así, levantamos la ceja cuando un discurso no va en consonancia con la postura y o la expresión de la cara. ¿Piensas que alguien podría convencerte de que le ha gustado una película poniendo cara de asco? No, ¿verdad?

Por otro lado, que a menudo las decisiones de expresión no verbal fluyan por canales alejados de la conciencia no significa que no las podamos redireccionar, al menos en parte. Pasa lo mismo que con la respiración, ¿no la controlas normalmente verdad? Sin embargo, cuando te lo propones sí que puedes controlar una gran parte del proceso. Con el lenguaje no verbal pasa lo mismo, podemos controlarlo en parte. Incluso con la práctica podemos llegar a ser realmente buenos haciéndolo.

Piensa que la intensidad de tus convicciones se verá reflejada y viajará a través de los gestos y movimientos que hagas mientras les pones palabras.

La postura: el marco del mensaje

Un fenómeno realmente interesante que sucede con el lenguaje no verbal es que tiene el poder de reflejar, pero también lo tiene de generar cambios. Por ejemplo, los estudios nos dicen que las personas que caminan erguidas y con la mirada en el horizonte durante unos minutos, después van a mostrarse más seguras y convincentes en su discurso. Así, la manera en la que nos presentamos frente al mundo puede condicionar en gran medida cómo nos sintamos y qué rendimiento obtengamos de él.

Imagina que vas a realizar una presentación y te surge una duda, ¿sentado o de pie? Esta es una cuestión de tu lenguaje no verbal que puedes controlar con facilidad. La respuesta sencilla sería que eligieras la opción en la que piensas que te vas a asentir más a gusto. Ahora, si no hay mucha diferencia, ¿cuál elijo? ¿cuál me convienen más? Si hablas para un público reducido tendrás más ventaja en sentado, si el público es numeroso lo aconsejable sería que te quedarás de pie.

Si esto tampoco resuelve tus dudas piensa que si eliges de pie vas a tener que ser mucho más expresivo que si estás sentado. Así si eres alguien muy expresivo o el tema lo requiere elige quédate de pie. Por el contrario, si eres una persona tranquila, estar sentada te va a ayudar a proyectar una imagen mejor.

Si has elegido estar de pie, separa ligeramente las piernas y facilitarás que la tensión muscular no te haga sentir cansado a los pocos minutos. No balancees de una pierna ala otra. Es preferible que te desplaces antes de que proyectes la sensación de que el suelo quema por momentos. Piensa que si trasmites incomodidad tu receptor o tus receptores se van a contagiar de esa sensación.

Si has elegido comunicarte sentado no caigas en el error de echarte para atrás. Al contrario, si te echas un poco para adelante la audiencia tendrá la sensación de que estás interesado no solo en lo que dices, sino también en ellos. Por último, con esta inclinación adquirirás un handicapquizás sientas que tus pulmones están algo oprimidos y que te cuesta mantener un poco la respiración. De ahí la importancia de que hagas pausas con cierta frecuencia.

Gestos: los compases del mensaje

Esencialmente sirven para alejar o acercar a las personas que nos escuchan. Un gesto puede ser, por ejemplo, dar un paso atrás. La proxémica -parte de la semiótica dedicada al estudio de la organización del espacio en la comunicación lingüística- nos dice que las personas solemos manejar cuatro tipos de espacios en función de la confianza que tenemos con las personas que nos comunicamos. Aparecen en el siguiente esquema.

Así, cuando das un paso hacia alguien le estás mandando una señal de confianza e interés. Por el contrario, al alejarte le estás mandando una señal con el mensaje contrario. Por otro lado, la forma de exponer las palmas de nuestras manos también es otro gran foco de información.

  • Cuando las ponemos hacia arriba, sin los hombros encogidos, estamos haciendo una señal de ofrecimiento.
  • Cuando las ponemos hacia arriba, con los hombros encogidos, expresamos sorpresa.
  • Cuando las ponemos hacia abajo, con los dedos más altos que nuestra muñeca estamos mostrando rechazo. Incluso es un gesto que puede servir para defendernos o conseguir que el otro de un paso para atrás.

Con la mímica existe además un hecho curioso y es que si dos personas que participan en un encuentro se sienten a gusto, una -normalmente la persona que no tiene la iniciativa- va a tender a imitar los gestos de la otra. Así, si se toca la nariz, es probable que la otra lo haga instantes más tarde. !Este efecto se lo debemos a nuestras fantásticas neuronas espejo! Que ya actúan desde la más tierna infancia.

La mirada: el canal del mensaje

Dicen que la mirada es el espejo del alma y que por ella además suelen saltar chispas. Además en el cortejo y juego de conquista es algo que al principio suele funcionar a turnos, para pasar a convertirse con las primeras declaraciones y besos en un canal compartido que produce fenómenos telepáticos.

La mirada también se entiende como delatora de sinceridad, al mismo tiempo que un signo de introversión. Por lo que las personas introvertidas y sinceras se encontrarían en un río de corrientes enfrentadas. También la mirada es un signo de atención: no olvidemos que para las personas videntes la vista es el sentido predominante.

Además, una mirada esquiva no solo puede ser un símbolo de mentira o secreto, también pude ser un signo de vergüenza o de protección. De una forma o de otra, las personas que vitan el contracto ocular lo hacen porque de alguna manera pretenden inutilizar ese canal. No quieren mandar una información contradictoria ala que dicen de otra forma o no quiere mandar más información que la que dicen de otra forma.

 

En cualquier caso, abrir ese canal de comunicación es un signo de seguridad y de fuerza. Por otra parte, es una manera de reconocer al resto de nuestros interlocutores y de decirles que tienen la suficiente importancia para nosotros como para merecer nuestra atención. Así, si tiendes a inutilizar este canal, por los motivos que sean, te animo a que no lo hagas y que te abras a todo lo que puedes dar y recibir a través de él.

Postura, mímica y mirada quizás sean los principales elementos de comunicación no verbal. De ahí que conocer sus peculiaridades y intervenir de manera consciente en ellos con inteligencia puede hacer que nuestros mensajes ganen en fuerza y que la imagen que proyectamos mejore. ¿Te animas a intentarlo?


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.