Corazonadas e intuiciones, revalorizando las razones del inconsciente

Corazonadas e intuiciones, revalorizando las razones del inconsciente
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Hay infinidad de situaciones en nuestra vida que no están guiadas exclusivamente por la razón, pensemos, por ejemplo, en el por qué tendemos a fiarnos de unas personas más que de otras, pensemos en esas profesiones a quienes la presión obliga a tomar decisiones rápidas, en los artistas, a quienes tras temporadas de vacío ante la obra inacadada les llega de pronto la inspiración… ¿Qué hay? ¿Qué es lo que se esconde tras todas esas acciones que no están forzosamente ligadas a lo racional? ¿Son intuiciones, corazonadas quizá?

La importancia de lo insconsciente según nuevos estudios

Un grupo de neurólogos y psicólogos de las las universidades de Yale, Princeton y Harvard, tales como John A. Bargh, están descubriendo una concepción nueva del inconsciente que otorga a las corazonadas un poder hasta ahora insospechado. Procesos tales como las intuiciones, los pálpitos, barruntos… etc., están asociados al inconsciente, que es responsable no sólo de la mayoría de las decisiones que tomamos, sino también de todas aquellas decisiones que requieren cierta sofisticación o complejidad en los procesos cognitivos implicados.

Corazón y cerebro

El tema de las intuiciones es un campo de estudio con mucho peso del que todavía hemos de aprender muchas cosas, de hecho hace tiempo que se viene hablando de un concepto llamado «neuroeconomía», una corriente que sostiene la importancia de tomar decisiones económicas basándose en emociones y no sólo en cálculos, en claves intuitivas y no únicamente en informes, predicciones y análisis técnicos. En el libro ‘Decisiones instintivas’ (Ariel, 2008), el psicólogo social Gerd Gigerenzer muestra diversos ejemplos de cómo lo instintivo va tomando más importancia frente a lo racional, en aquellas situaciones donde aparentemente todo debía estar perfectamente controlado. Y es que a veces el razonamiento paraliza.
Cuando manejamos demasiada información para tratar de asimilar una realidad, ésta tiende a mostrarse ininteligible a medida que se acumulan datos y más datos sobre ella. Como dice la expresión popular, «los árboles no nos dejan ver el bosque».

¿Podemos confiar en nuestros pálpitos?

Mujer con los ojos cerrados escuchando su intuición

Los utilizamos contínuamente, pensemos por ejemplo, en esas actividades que iniciamos convencidos sin saber por qué de que vamos a tener éxito y luego terminan siendo muy gratificantes. ¿Debemos pues hacer más caso al capricho de nuestro corazón que al aplomo de nuestro cerebro? Es imposible afirmarlo con rotunidad. En el libro, ‘Inteligencia intuitiva’ (Taurus, 2005) Gladwell afirma que la intuición es, precisamente, esa capacidad de cognición rápida que tiene el cerebro para formarse juicios instantáneos. No es algo tan precipitado como se cree.

Aunque algunas de nuestras intuiciones son simples pre-sentimientos sin ninguna base, otras derivan de procesos mentales complejos. También los pálpitos pueden ser vistos como pequeñas mochilas donde se almacenan nuestras experiencias previas, nuestros recuerdos, nuestra personalidad, todos esos recursos de nuestra persona que, en un momento dado, nos ayudan a tomar una decisión.
¿He de casarme con esta persona? ¿Debo dejar este trabajo e iniciar un nuevo negocio? Si nuestro pálpito es afirmativo no se deberá en absoluto a un acto infundado o irracional, sino a todo un conglomerado de información guardada en nuestro inconsciente (a modo de sofisticada biblioteca) que nos permitirá dar una rápida respuesta, tras una fulminante evaluación. Entonces, ¿Por qué no hacerle caso?

 


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