Cuando siento amor y odio a la vez

Todos, alguna vez en la vida, hemos experimentado sentimientos encontrados. Veamos qué sucede cuando el amor y el odio convergen en nosotros.
Cuando siento amor y odio a la vez
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Sabemos lo que es sentir amor y, también, lo que es sentir odio por alguien. Pero, ¿qué ocurre cuando estos dos sentimientos se sienten al mismo tiempo? ¿Por qué podemos sentir amor y odio por alguien a la vez? Estas emociones totalmente opuestas se encuentran en todo ser humano.

Seguramente, tú alguna vez hayas padecido este tipo de sentimientos encontrados con respecto a alguien. No podemos explicarlo y nos confunde bastante, porque son emociones que se encuentran en dos extremos diferentes.

Pero, aunque nos pueda resultar extraño, realmente sentimos emociones opuestas en más de una ocasión ¿Te has sentido alguna vez feliz, pero triste, al mismo tiempo? Quizás sí…

“El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro”

-Nietzsche-

Por ejemplo, cuando debemos dejar nuestro hogar por una nueva oportunidad laboral; o cuando un ser querido se va, pero sabemos que ha sido lo mejor porque estaba sufriendo. Es entonces cuando el amor y el odio entran a formar parte de un mismo sentimiento.

Sentimientos de amor odio

Yo sufro ambivalencia emocional

La ambivalencia emocional forma parte de nosotros, no podemos evitar sentir amor y odio, aunque ello nos provoque malestar.

Cuando tenemos sentimientos de amor y odio podemos empezar a considerarnos ambivalentes emocionales. Esto no significa que primero sintamos odio y después amor, o viceversa. La ambivalencia emocional se caracteriza porque estas dos emociones, el amor y el odio, no se sustituyen, sino que pueden convivir juntas sin desplazarse la una a la otra.

¿Se puede considerar la ambivalencia un trastorno psicológico? En muchas ocasiones, esta ambivalencia se presenta en personas que sufren algún trastorno mental. Por ejemplo, las personas con depresión, esquizofrenia, psicosis o neurosis pueden mostrar un comportamiento ambivalente.

Pero, la situación más habitual es la que se produce esta ambivalencia es cuando sufrimos celos. En estos, amamos a la persona que está a nuestro lado, pero al mismo tiempo la odiamos por relacionarse con otras personas o ser atractiva para los demás.

Los celos son una de las causas naturales que provocan que el amor y odio sean un único sentimiento.

La ambivalencia emocional es normal, pero puede causarnos varios problemas cuando nos relacionamos, pues ni nosotros mismos sabríamos definir lo que sentimos. Y qué decir si estamos en una relación de pareja. La ambivalencia puede confundirnos y provocar que la relación no vaya todo lo bien que quisiéramos.

En la piel del ambivalente

Si nunca te has encontrado en esta situación, probablemente no sepas cómo se puede sentir una persona cuyos sentimientos de amor y odio se encuentran compartiendo la misma emoción.

  • El ambivalente siente atracción y repulsión hacia una persona.
  • El ambivalente ama a una persona, pero odia ciertas actitudes que tiene.
  • El ambivalente puede querer hablar y no hablar al mismo tiempo.
  • El ambivalente puede querer actuar y, al mismo tiempo, permanecer pasivo.

Todos estos sentimientos contradictorios que sufre la persona ambivalente provocan algo que, muchos, odiamos: cuando nos quedamos paralizados sin saber cuál es el camino que debemos escoger.

La ambivalencia emocional

Consecuencias de ser ambivalentes emocionales

Cuando el ambivalente se encuentra entre dos polos opuestos que confluyen en uno solo, las emociones lo paralizan causándole confusión.

La ambigüedad es una de las características de las personas ambivalentes, que ven su autoestima lastimada a causa de su incapacidad para decidir entre dos sentimientos que se oponen. La propia persona se siente extraña a sus propias emociones. No sabe cómo actuar y cómo dejar de sentir dos emociones que nunca deberían confluir en una sola.

Esta situación de desconcierto provoca que su autoestima sea muy baja, pues no logran mantener un equilibrio emocional saludable. El ambivalente empieza a desconfiar de sí mismo, realmente ya no sabe lo que siente o deja de sentir. Esto da lugar, en ocasiones, a la ansiedad y la soledad que puede desembocar en una profunda depresión.

“¡Qué triste era amar y odiar al mismo tiempo!”

-León Tolstói-

La ambivalencia emocional no es un estado que dure mucho tiempo. En determinados momentos nos sentimos confundidos por esta fusión de emociones, pero es algo pasajero y que no ocurrirá siempre. A menos que, como ya hemos visto, suframos algún tipo de trastorno psicológico.

Y tú… ¿eres ambivalente? ¿Te mueves entre el amor y odio?

Ambivalencia y psicoanálisis

El concepto de ambivalencia fue introducido por el psiquiatra Eugen Bleuler en 1911 y ha sido ampliamente utilizado en la corriente psicoanalítica. Según el autor, esta noción hace referencia a la actitud emocional donde coexisten dos impulsos contradictorios y que derivan de una fuente común. 

Ahora bien, para Bleuler y el psicoanálisis, la ambivalencia afectiva no consiste en experimentar conscientemente dos emociones contrarias. Es decir, a excepción de algunos casos de neurosis obsesiva, una de las emociones es usualmente reprimida.

Por ejemplo, el amor que siente una persona por su padre puede ser experimentado conscientemente y abiertamente expresado; mientras que el odio por el mismo objeto (el padre) tiende a ser fuertemente reprimido y manifestado solo de forma indirecta.


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