¿Cómo tomar buenas decisiones?

Realizar una buena decisión no es una tarea sencilla. Por eso, en ese artículo te daremos 6 claves para conseguirlo. ¡Sigue leyendo!
¿Cómo tomar buenas decisiones?
Sara González Juárez

Revisado y aprobado por la psicóloga Sara González Juárez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 19 mayo, 2023

¿Qué tan convenientes son tus determinaciones? Tomar buenas decisiones es mucho más que escoger la opción que parece mejor; requiere analizar cada alternativa, evaluando pros y contras para definir cuál se ajusta a ti y a tus circunstancias.

Elegir de manera informada, reflexiva y coherente con tus necesidades es esencial para que aproveches al máximo tus oportunidades y capacidades. Por eso, en este artículo te enseñaremos cómo decidir de manera efectiva y estratégica.

6 claves para tomar buenas decisiones

Tomar buenas decisiones implica seleccionar aquello que está en sintonía con tus objetivos, valores e intereses, considerando las posibles consecuencias de tus acciones. Significa actuar con base a la información y los recursos disponibles en el momento.

Una decisión correcta no es necesariamente la que produce resultados favorables y está exenta de dificultades. Más bien, es aquella que es meditada, estudiada y estratégica; es la que tiene en cuenta tus demandas y deseos tanto a corto como a largo plazo.

Así pues, elegir bien requiere de un análisis minucioso de las alternativas, de evaluar los efectos colaterales adversos y los beneficios potenciales, para luego escoger en función de los objetivos y valores la que mejor se ajusta a tu presente.

A continuación te presentaremos el modelo DECIDE para que logres resoluciones efectivas. Aunque la investigadora, Kristina Guo, lo ha propuesto para ayudar a los administradores médicos a tomar decisiones de calidad, consideramos que puede serte de utilidad, ya que sus elementos han sido usados en otros campos y son muy reconocidos por la población general.



1. Definir el problema

Lo primero que debes hacer para tomar una buena decisión es identificar cuál es la situación que está generando el contratiempo. Por lo tanto, es fundamental que comprendas muy bien el contexto y que analices detalladamente el problema. Kristina Guo sostiene que hay tres interrogantes claves que te ayudarán a hacerlo:

  1. ¿Cuál es el problema?
  2. ¿Por qué debería hacerse algo en absoluto?
  3. ¿Qué debería o podría estar pasando?

Mediante estas preguntas podrás ampliar tu mirada y reconocer las razones que hay detrás del conflicto. También te recomendamos que apliques las siguientes estrategias para identificar un problema:

  • Describe tu situación actual.
  • Reconoce la discrepancia entre lo que está pasando y lo que debería suceder.
  • Identifica los indicios o señales que te muestran que hay un problema.
  • Pregúntate por los elementos que hacen parte de la dificultad.

«Al definir los problemas o determinar cuáles son las barreras, los gerentes pueden tomar medidas para eliminar estas barreras. Sin embargo, definir el problema no es tarea fácil».

Kristina Guo (2020)

2. Establecer los criterios

Una vez tengas claro el problema a resolver con tu decisión, define cuáles serán los criterios que usarás para llegar a la solución final, es decir, a la mejor decisión. Sé preciso y muy específico con los criterios, pues de ellos dependerá gran parte de tu elección definitiva. En su modelo, la investigadora cita tres cuestiones a contestar en esta etapa:

  1. ¿Qué quieres lograr con tu decisión?
  2. ¿Qué quieres conservar?
  3. ¿Qué quieres evitar como problemas?

Para delimitar tus criterios es crucial que aclares cuál son necesarios y cuáles son deseables. Los primeros son innegociables, por lo que si una de tus opciones no los cumple, deberá ser descartada. Mientras que los otros son aquellos que puedes negociar y de los que puedes prescindir en un momento.

Veamos un ejemplo. Imagina que está debatiéndote entre varias ofertas de trabajo y no sabes cuál aceptar. Un criterio necesario que podrías establecer es el salario, por ejemplo, que esté por encima de lo que ganas actualmente. Cualquier alternativa laboral que no cumpla ese estándar, deberá ser abandonada.

Por su parte, un criterio deseable que podrías contemplar es que las oficinas del trabajo queden cerca de tu casa. Si este parámetro no se cumple, no pasa nada, la opción no será motivo de descarte inmediato, porque es un criterio preferible, más no necesario.

3. Considerar las alternativas

«Considerar todas las alternativas es una búsqueda de varios cursos de acción y soluciones alternativas. Se deben considerar muchas alternativas, y no solo las 2 o 3 tradicionales».

Kristina Guo (2020)

Las alternativas son importantes para tomar una buena decisión, ya que permite explorar diferentes caminos y seleccionar la mejor opción posible. Además, garantizan que hagas una resolución informada basada en los criterios y metas que has fijado.

A su vez, disminuirá la probabilidad de que decidas de manera impulsiva. Al evaluar y comparar cada alternativa podrás visualizar los pros y los contra de cada una, lo cual te ayudará aún más a decidir de manera reflexiva. Para cumplir con esta fase del proceso te sugerimos:

  1. Crea una lista de opciones.
  2. Ten presente tus criterios necesarios y deseables.
  3. Compara las alternativas.
  4. Determina los pros y los contra de cada una.

Otra estrategia para considerar y generar alternativas es la lluvia de ideas. Anota tantas opciones como sea posible, sin inhibiciones ni restricciones. Después, empieza a depurar las que definitivamente no cumplen con lo que esperas.

4. Identificar la mejor alternativa

Para saber cuál es la mejor, vuelve a los criterios que definiste, los valores que tienes, las metas que añoras y las intenciones que te movilizan. La opción que más se ajuste a todos ellos es la mejor. Esta parte del proceso requiere de mucho análisis y conocimiento, tanto contextual como intrapersonal.

Para el modelo DECIDE, los criterios desempañan una función esencial en la identificación de la mejor opción. Por eso, Guo sostiene que: «Una vez que se han clasificado todas las alternativas frente a los criterios, se pueden distinguir las alternativas más valiosas e importantes que satisfacen más criterios en comparación con las otras que cumplen menos criterios».

Complementando la propuesta de este modelo, sostenemos que los valores también tienen un papel fundamental en esta fase. Esto es así, ya que mediante ellos puedes conocer qué es lo más importante, lo que te moviliza y te motiva a seguir. Los valores son fuente de sentido, por lo tanto, elegir una opción coherente con ellos hará que te sientas más cómodo y feliz con ella.

5. Desarrollar e implementar el plan de acción

Ahora que ya sabes qué es lo mejor, es momento de diseñar y aplicar un plan de acción para materializar la decisión. Sin acción, lo que has elegido no podrá realizarse. Por eso, tómate el tiempo para pensar qué harás y cómo lo harás, así podrás reducir al mínimo las consecuencias negativas de tu elección.

Volvamos al ejemplo de tu dilema laboral. Supón que ya sabes qué oferta aceptar, ya te decidiste por una, pero ¿qué sucedería si todo se quedará ahí? ¿Acaso lograrías obtener el puesto de manera definitiva? La realidad es que no es así. Si no llamas o escribes para aceptar la vacante, nada sucederá. En este caso, actuar y moverse es determinante.

Para desarrollar un plan de acción define los pasos que darás a continuación, delimita el tiempo, distribuye tus responsabilidades y asigna recursos. Es preciso resaltar que no hay una ruta general, cada plan dependerá de la decisión que hayas tomado y del contexto en el que te encuentres.

6. Evaluar y monitorear la solución

«El paso final en el modelo DECIDE es evaluar y monitorear la solución. No basta con tomar una decisión. Es crucial evaluar la decisión tomada e investigar qué pudo salir mal. Este paso ayuda a prevenir, minimizar y superar todas las posibles consecuencias adversas»

Kristina Guo (2020)

Monitorear y evaluar son dos partes diferentes, pero muy ligadas. El monitoreo es un proceso de supervisión en el que se revisa qué tanto se ha avanzado hacia el objetivo o la meta que se ha trazado; es medir el progreso. La evaluación, por su parte, es la valoración final sobre si lo esperado se logró o no, es decir, si la solución fue o no exitosa.

Gracias a ambas actividades se pueden medir los avances, identificar nuevos problemas y hacer los cambios que sean necesarios. El monitoreo y la evaluación garantizan el cumplimiento de los objetivos, la efectividad y eficiencia de la decisión. 

¿Hay otros métodos para decidir?

En efecto, existen diversos modelos o métodos para tomar decisiones. Aquí solo te hemos presentado una perspectiva, pero hay otras que pueden ser igualmente oportunas. Lo ideal es que pruebes varias para que identifiques la que mejor te funciona.

En sus libros Diálogo socrático en la psicoterapia centrada en el sentido y en Coaching Existencial: Basado en los principios de Viktor E. Frankl, el reconocido logoterapeuta, Efren Martínez, expone el Entrenamiento en Toma de Decisiones con Sentido, en el cual presenta seis preguntas claves que debes hacerte al tomar una decisión:

  1. ¿Esto que capto me emociona?
  2. ¿Esto que capto es bueno para mí?
  3. ¿Esto que capto construye vida?
  4. ¿Siento que algo allí me llama, me atrae?
  5. ¿Entre las opciones que veo en este momento, cuál es la que cumple las cuatro preguntas anteriores?
  6. ¿Esta elección es la que quiero que me defina en este momento de mi vida?

Si la alternativa que has escogido te llena de ilusión y alegría; si es una oportunidad buena para ti que incrementa tu bienestar; si ayuda a los demás y mejora la vida de otros a tu alrededor; si, además, te sientes atraído por ella, como llamado por una vocación, entonces la decisión que acabas de tomar es la correcta para ti.



Otro método interesante para tomar buenas decisiones es el PROACT, desarrollado por Hammond, Keeney y Raiffa (2003) en su libro Decisiones inteligentes: guía práctica para tomar mejores decisiones. Este modelo te permite analizar los elementos visibles y no visibles de la situación en la que te hallas y te enseña a cómo decidir en diferentes ambientes.

PROACT significa: Problemas, Objetivos, Alternativas, Consecuencias y Transacciones. Estos cinco componentes son la columna vertebral del método y se puede emplear en cualquier contexto. Adicional a estos, los autores incluyen tres más, pero para aplicarlos en medio de ambientes volátiles: incertidumbre, tolerancia del riesgo y decisiones vinculadas. A través de este método, podrás aclarar tu mente en medio de la complejidad de las circunstancias.

Conclusión

Tomar buenas decisiones es complejo y requiere de mucho análisis y reflexión, pero también de autoconocimiento. El modelo DECIDE presentado en este artículo te puede ayudar a hacer resoluciones efectivas, ya que te guía de manera clara y detallada a través de cada fase del proceso.

Recuerda que lo más importante es tener en cuenta tus criterios, objetivos y valores para que optes por la mejor decisión. Con práctica y paciencia, puedes mejorar tus habilidades para decidir correctamente. No te desanimes.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Guo, K. L. (2020). DECIDE: a decision-making model for more effective decision making by health care managers. The health care manager39(3), 133-141. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32701610/
  • Hammond, J. S., Keeney, R. L. y Raiffa, H. (2003). Decisiones inteligentes: guía práctica para tomar mejores decisiones. Grupo Editorial Norma.
  • Martinez, E. (2009). Dialogo socrático en la psicoterapia centrada en el sentido. Ediciones Aquí y Ahora.
  • Martinez, E. (2009). Coaching Existencial: Basado en los principios de Viktor E. Frankl. SAPS.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.