Donald Hebb, biografía del padre de la biopsicología

Donald Hebb dio lugar a un hito, cuando logró establecer relaciones evidentes entre la conducta y los procesos cerebrales. Su obra es fruto de más de 20 años de investigación e influyó de forma decisiva en la historia de la psicología.
Donald Hebb, biografía del padre de la biopsicología
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 01 junio, 2021

Uno de los aspectos más llamativos de la biografía de Donald Hebb es que, siendo muy joven, pensaba que su verdadera vocación era la de novelista. Creyó, con buen criterio, que para escribir acerca de los seres humanos debía conocer los pormenores de la psicología. Esto lo llevó a estudiar esta ciencia y al final terminó convirtiéndose en el padre de la biopsicología.

A Donald Hebb también se le recuerda como uno de los investigadores que sentó las bases de la neurología. Su aporte a la comprensión de la mente humana ha sido enorme. Fue uno de los científicos que probó la existencia de un vínculo entre el comportamiento  y la actividad cerebral.

La psicobiología  es una disciplina que explica la conducta a partir de los principios biológicos. Donald Hebb fue uno de sus fundadores y también el precursor de la neurofisiología moderna. Aunque no produjo muchas obras, las que elaboró fueron decisivas.

El problema de entender la conducta es el de comprender la acción total del sistema nervioso, y viceversa”.

-Donald Hebb-

Neuronas

Los orígenes de Donald Hebb

Donald Hebb tenía ascendencia alemana y escocesa. Tanto su padre como su madre eran médicos. Él nació en Chester (Nueva Escocia, Canadá), el 22 de julio de 1904. Junto con su hermano comenzaron su formación académica en el hogar, guiados por su madre, una admiradora de los principios pedagógicos de María Montessori.

Donald entró a la escuela primaria a los 8 años y a los 10 comenzó la secundaria. Sus asignaturas favoritas eran las matemáticas y la física, pero su vívida imaginación lo inclinaba hacia la literatura. De hecho, era un buen escritor, como lo prueban sus cuentos y ensayos de juventud.

Ingresó a la Universidad Dalhousie y allí estudió pedagogía. En el marco de esa formación se familiarizó con las ciencias de la conducta y se sintió fascinado. Por eso, tras graduarse, obtuvo una maestría en psicología en la Universidad McGill. Después hizo un doctorado en la Universidad de Harvard. Allí conoció la obra de Freud y la encontró alucinante.

Un investigador riguroso

Ya desde la elaboración de su tesis de doctorado, Donald Hebb mostró una fuerte inclinación hacia la investigación rigurosa. Estudió a Freud y a Pavlov y en ambos le pareció encontrar errores metodológicos. Una vez concluyó su doctorado regresó a Canadá y allí comenzó a trabajar como asistente de investigación del neurocirujano Wilder G. Penfield.

En ese tiempo, Hebb colaboró con investigaciones sobre los déficits nerviosos que padecían las personas víctimas de alguna lesión cerebral. Más adelante fue a trabajar con Karl Lashley, un psicólogo conductista, en La Florida. Allí estuvo cinco años estudiando el comportamiento de los primates.

Tras esa experiencia, retornó a Montreal y allí escribió su obra más célebre, La organización del comportamiento. Allí sentó los principios de la psicobiología. Plasmó una interpretación de la conducta animal y de la conducta humana a partir de los postulados de la biología.

Su obra causó gran revuelo en la época. Señalaba que fenómenos como la percepción, la emoción, la memoria y el pensamiento surgían de la actividad cerebral. Esto en un comienzo no fue bien recibido por una comunidad científica que veía a la mente como una realidad independiente del cerebro como tal.

Cerebro con redes neuronales

Un científico que dejó huella

Donald Hebb dedicó los años siguientes a hacer una serie de experimentos con animales y con humanos. Llevó a cabo cientos de observaciones y estudios clínicos y esto le permitió afianzar sus teorías. Siguió de cerca el efecto de los daños cerebrales y de las cirugías en el cerebro con los chimpancés.

Todo su trabajo dio origen a la llamada “ley de Hebb”. Esta plantea que las conexiones entre las neuronas se fortalecen o refuerzan si dos neuronas se activan de forma contigua en el tiempo y el espacio. Las conexiones generan cambios en la estructura cerebral que favorecen la conformación de redes neuronales.

Muy pronto la obra de Donald Hebb comenzó a tener reconocimiento dentro de la comunidad científica. Escribió otros dos libros de gran impacto: Manual de psicología y Ensayo sobre la mente. Ambos tuvieron amplia acogida. Al final terminó dando origen a una nueva rama de estudio: la psicobiología. Las redes neuronales y la actividad cerebral comenzaron a formar parte de los intereses de los psicólogos, entre otros.

Donald Hebb murió el 20 de agosto de 1985, a los 81 años, en la misma ciudad en donde había nacido: Chester. Sus aportes fueron decisivos no solo para la rama que él mismo fundó, sino también para la neuropsicología, la fisiología y la neurología. Hoy se le considera una de las grandes figuras en la historia de la psicología.


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  • Garcia, R. V. WOLFGANG KOHLER & DONALD HEBB UNA COMPARACION DE SUS TEORIAS DE PERCEPCION. CONDUCTA, 55.

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