El arte de no pensar

Detener el parloteo mental es fundamental para liberarnos de la tensión y el estrés y alcanzar la paz interior. Estos sencillos ejercicios te ayudarán a no pensar.
El arte de no pensar
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 15 noviembre, 2021

¿Cuántas veces has deseado poder, simplemente, no pensar? ¿En cuántas ocasiones has querido detener tu mente, darle al botón de pausa y disfrutar de unos minutos de paz? Este es un anhelo compartido por muchas personas, especialmente por aquellas con tendencia a la ansiedad; y es que estas pueden sentirse presas de unos pensamientos intensos y constantes que las agotan psicológicamente.

Pensar en exceso puede suponer una gran carga y una importante limitación en muchos ámbitos de la vida. No solo nos sumerge en la duda y la indecisión permanente, también eleva nuestros niveles de estrés y dificulta nuestras relaciones sociales. Y es que al estar viviendo en la mente no logramos conectar con la persona que tenemos en frente. Afortunadamente, existen algunos trucos y pautas que pueden ayudarnos a revertir esta tendencia.

¿Es posible no pensar?

Por muy agotador que resulte el parloteo mental, no pensar absolutamente en nada es prácticamente imposible. Sin embargo, lo que sí es posible es enfocar la atención en un aspecto concreto, de forma que logremos modificar la actividad de la corteza cerebral y así obtener cierto descanso.

Mujer intentando no pensar

Esto es lo que se busca conseguir con prácticas como el mindfulness o la meditación. Así, cuando se invita a una persona a dejar la mente en blanco, en realidad se le está instando a regular el flujo de pensamiento, a focalizarlo deliberadamente y dejar pasar las ideas intrusas que aparezcan durante la práctica de este ejercicio.

Esta es una propuesta que para la mayoría de nosotros no resulta sencilla. Vivimos en una sociedad acelerada, en un entorno repleto de estímulos y nos hemos acostumbrado a que el contenido de nuestra mente sea frenético y caótico. Sin embargo, podemos aplicar algunos sencillos ejercicios para ralentizar esta actividad y encontrar la tan ansiada paz interior. 

Ejercicios que te ayudan a no pensar

Respiración consciente

Esta es una de las prácticas más útiles para quienes se inician en el arte de no pensar, ya que resulta relativamente fácil de implementar. El objetivo consiste en inspirar y espirar con una cadencia determinada, de forma que toda la atención se centre en el flujo de aire que entra y sale del organismo.

Para practicar la respiración consciente, busca un lugar tranquilo, en el que puedas estar a solas y sepas que nadie te va a interrumpir. En la medida de lo posible, vístete con ropa cómoda y holgada, que permita los naturales movimientos del cuerpo al respirar, y cierra los ojos. Puedes estar sentado o tumbado con la espalda recta, como más cómodo te resulte.

A continuación, coloca tu mano izquierda en tu pecho y tu mano derecha en tu abdomen. Al inspirar, lleva el aire hacia la parte baja de los pulmones, procurando que tu vientre se eleve. Al espirar, suelta lentamente el aire mientras tu estómago baja, como si quisieras juntarlo con tu espalda. Puedes emplear una cadencia determinada, de forma que cada una de las fases (inspirar, retener el aire, espirar, mantener) duren cada una cuatro segundos.

Escaneo corporal

Este es otro sencillo ejercicio que puedes utilizar, por ejemplo, al momento de irte a dormir. El mismo consiste en tumbarte boca arriba, cerrar los ojos y comenzar a focalizar tu atención en cada una de las partes de tu cuerpo a medida que lo recorres lentamente. Puedes iniciar por tus pies e ir ascendiendo o hacer el proceso en sentido inverso, partiendo desde tu coronilla.

En cada zona del cuerpo trata de identificar si hay tensión, si hay dolor, qué sensaciones experimentas… Puedes incluso tensar los músculos de la región durante unos segundos para luego destensarlos. Al finalizar el ejercicio habrás alcanzado un estado de gran relajación física y mental.

Mujer pensando en algo que la hace feliz

Visualización

Ya que no es posible eliminar el contenido mental, ¿por qué no seleccionar deliberadamente uno que sea agradable y positivo, que nos transmita calma y bienestar? En esto consiste la visualización; en imaginar de forma vívida y sostenida una escena bonita y placentera.

Podemos visualizar un campo, una playa, unos delfines saltando en el océano… la clave es implicarnos en ella con los cinco sentidos: ¿qué colores predominan en el paisaje?, ¿a qué huele?, ¿se escucha algún sonido o se siente la brisa? Este ejercicio es muy útil para centrar la atención.

Meditación y atención plena

Por último, si deseas no pensar, puedes practicar la meditación y la atención plena. Si eres principiante, puedes ayudarte de meditaciones guiadas que encontrarás en internet o acudir a clases grupales, de forma que una persona externa te guíe en tus primeras prácticas.

Por otra parte, la atención plena puede formar parte de tu día a día en cualquier momento. Simplemente, enfócate en aquella actividad que estés realizando, ya sea cocinar, ducharte o conversar con un amigo… mantente centrado en el presente, en lo que percibes, en lo que sientes; y, cuando tu mente divague hacia el pasado o el futuro, recondúcela con suavidad de nuevo al aquí y ahora.

El arte de no pensar

Aunque las anteriores sugerencias sean relativamente sencillas de implementar, no pensar es realmente todo un arte. Requiere paciencia, constancia y perseverancia. Con la práctica, cada vez te resultará más natural entrar en ese estado de calma y tranquilidad y los pensamientos intrusivos serán cada vez menos. Unos minutos al día pueden ser suficientes para marcar la diferencia, reducir el estrés e incrementar el bienestar psicológico; por ello, iníciate hoy mismo en este camino.


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