¿Eres solitario? Tu cerebro es especial

Las personas solitarias tienen un cerebro diferente a nivel anatómico y funcional. Te mostramos los más interesantes hallazgos científicos al respecto.
¿Eres solitario? Tu cerebro es especial
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Yamila Papa

Última actualización: 14 febrero, 2022

Un estudio indica que las personas que prefieren estar solas ven las cosas de otra manera y tienen el poder de decisión o de análisis diferente a los demás. Por otra parte los solitarios presentan una menor actividad en la zona del cerebro relacionada al sistema de recompensas. Aún no se sabe qué ocurre primero: si el aislamiento o el cambio en la activación. ¿Te consideras tú solitario?

Un solitario puede serlo por decisión propia o por culpa de los demás. Es decir, alguien puede decir que se encuentra mejor si la mayoría del tiempo lo pasa lejos de la compañía de los demás o puede que, a pesar de no querer esto, no encuentra con quién pasar sus horas. Sea de una forma o de otra, el cerebro de las personas solitarias tiene mucho que ver en ello.

“El hombre solitario es una bestia o un dios”

-Aristóteles-

Las recompensas y el cerebro solitario

Según el informe del Journal of Cognitive Neuroscience, la región del cerebro llamada “cuerpo estriado” tiene menos actividad en las personas que son solitarias. Esta zona se asocia a ciertas recompensas cotidianas, como por ejemplo el dinero y la comida.

Mujer solitaria observando el amanecer

Para llegar a esta conclusión se agrupó a 23 universitarias y se les hizo una serie de preguntas para discriminar en qué grado se sentían aisladas socialmente, en qué grado eran personas solitarias y en qué grado disfrutaban y pretendían el contacto social.

Después se escanearon sus cerebros mientras miraban fotografías de personas felices. Así, encontraron que en aquellas alumnas que no tenían una vida social intensa se iluminó menos el área de “recompensa”, signo de una menor activación.

Como la muestra tomada para el estudio fue pequeña y muy restringida en cuanto a la variabilidad de ciertos parámetros, como la edad, dedicación o sexo los autores pidieron en las conclusiones del propio estudio que estas se interpretaran con la prudencia que el error del estudio determinaba.

“La verdad es, ve usted, que el hombre más poderoso del mundo es el hombre que permanece más solitario”

-Henrik Ibsen-

Los científicos encargados del experimento manejaron la siguiente hipótesis: en una persona solitaria, al depender menos de la sociedad, las recompensas relacionadas con este contexto no despiertan un gran entusiasmo.

Soledad, introversión y percepción

No se han realizado aún demasiados estudios como para tener bien definidas las características cerebrales de aquellos que prefieren la soledad. Sin embargo, pese a que la literatura en este campo no es extensa sí se han encontrado resultados curiosos.

Por ejemplo, se ha demostrado que existe una estrecha relación entre la introversión, la creatividad y la originalidad. Sorprende a su vez el hecho de que los solitarios disfrutan de un mayor goce o satisfacción al obtener resultados de sus “esfuerzos mentales”.

Manos de mujer escribiendo en una libreta en el campo

Según la psicóloga del National Institute of Health de Maryland, Amanda Guyer, las personas socialmente retraídas tienen mayor sensibilidad a las interacciones sensoriales y emocionales. Esto significaría que lo que ocurre en este contexto de interacción les afecta más.

Para llegar a esta teoría la investigadora diseñó un estudio con dos grupos de niños: unos reservados y otros no. Todos debían participar de un juego donde al presionar un botón ganaban dinero. Los retraídos tuvieron hasta tres veces más actividad cerebral -región estriada- que los miembros del otro grupo.

Por otro lado, investigaciones han descubierto que el cerebro de las personas solitarias tiene un mayor volumen de materia gris y unas redes neuronales mejor conectadas. Específicamente, las redes predeterminadas (áreas cerebrales relacionadas con el recuerdo del pasado, la planificación del futuro o la imaginación) están conectadas con más fuerza en estos individuos. Presumiblemente, esto puede deberse a que los solitarios pasan más tiempo dedicados a este tipo de tareas mentales.

El cerebro de las personas solitarias se activa más en situaciones de contacto social

Una de las situaciones por las que deben pasar los solitarios es verse en medio de una reunión, fiesta o evento que conlleve estar cerca de otras personas. En esos momentos ciertas áreas del cerebro aumentan notoriamente el flujo de sangre experimentando una especie de sobre-excitación. Esta podría ser una de las razones por las cuales a los tímidos no les agrada socializar.

“Dicen que soy héroe, yo débil, tímido, casi insignificante, si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos”

-Mahatma Gandhi-

Sin embargo no todas son malas noticias. Los estudios sugieren que el cerebro de una persona introvertida tiene la capacidad para adaptarse a diversas experiencias gracias a su sensibilidad adicional. Debido a ello, por ejemplo, pueden responder más rápido en momentos en los que puede haber una demanda social alta, como en ciertos estados de emergencia.

Mujer pintando un cuadro al óleo en el campo

Por último, vale decir que los tímidos son buenos al percibir sutilezas o detalles que los demás ignoramos. Por ello suelen ser buenos escritores, pintores o testigos ya que su cerebro les dispone para ello. De hecho, la genialidad, a parte de con cierto grado de locura, está asociada con la soledad.


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  • Cacioppo, J. T., Norris, C. J., Decety, J., Monteleone, G., & Nusbaum, H. (2009). In the eye of the beholder: individual differences in perceived social isolation predict regional brain activation to social stimuli. Journal of cognitive neuroscience21(1), 83-92.
  • Spreng, R. N., Dimas, E., Mwilambwe-Tshilobo, L., Dagher, A., Koellinger, P., Nave, G., ... & Bzdok, D. (2020). The default network of the human brain is associated with perceived social isolation. Nature communications11(1), 1-11.

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