Estoicismo: una corriente clásica de la que podemos aprender

La escuela estoica está más viva que nunca, aunque muchos de sus postulados se malinterpretan. Veamos qué es realmente el estoicismo y cómo aprovechar sus principios en la sociedad actual.
Estoicismo: una corriente clásica de la que podemos aprender
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 29 septiembre, 2023

El estoicismo es una de las corrientes filosóficas con más tradición histórica. Zenón de Citio, después de estudiar a sus filósofos pretéritos y coetáneos más importantes, como Sócrates y Aristóteles, dio forma a una nueva manera de enfrentar los desafíos y reveses vitales.

Los preceptos de esta corriente se construyen en torno al autocontrol, conseguido a través de tomar distancia con la realidad. Así, se evita que se dispare la intensidad de nuestras emociones.

Los estoicos sostenían que las emociones, como el miedo, la envidia o los apegos sexuales apasionados, hacían que erráramos en nuestros juicios. Por contra, el sabio —una persona que había alcanzado la perfección moral e intelectual— no los sufriría.

Séneca y Epicteto enfatizan que el sabio es inmune a la desgracia y que la virtud es suficiente para la felicidad. La famosa expresión «calma estoica» quizá resuma la idea general de su esencia filosófica.

«La riqueza no consiste en tener grandes posesiones, sino en tener pocas necesidades».

~ Epicteto ~

El estoicismo y la escuela estoica

La escuela estoica se fundó alrededor del año 300 a. C. de la mano de Zenón de Citio. Zenón era un ávido conocedor de los diálogos socráticos, estudió bajo la tutela de Crates el cínico y recibió influencia y enseñanzas de la Academia de Platón y la escuela megárica. Ya en su día, compitió con la escuela fundada un poco antes en Atenas por Epicuro.

Tal y como señala la Enciclopedia de Filosofía de Stanford, el nombre deriva del porche (stoa poikilê) en el Ágora de Atenas. Allí, la primera generación de filósofos estoicos se congregaba y daba sus conferencias. Fue la escuela más importante del periodo helenístico, y su popularidad se mantuvo también durante la época romana.

De hecho, muchos de los representantes del estoicismo, como Séneca, Epicteto y Marco Aurelio, son romanos. Aunque ha tenido altibajos, siempre ha estado presente de forma directa o indirecta en diferentes corrientes del pensamiento. Su interés renació en el transcurso del siglo XX, así como al principio del siglo XXI.

Esto último lo apreciamos, por ejemplo, en el vocabulario y en las ideas que predominan en la sociedad actual. Resiliencia, paz mental, aceptación (del pasado o cosas negativas), autorrealización, autosuficiencia, felicidad y otros son algunos que sirven para ilustrar el impacto del estoicismo en la era moderna.



Principios estoicos para alcanzar el bienestar

Tal y como señala la Enciclopedia Británica, los estoicos creían que la percepción es el pilar del verdadero conocimiento. Con base este principio, la doctrina filosófica se orientó a indagar en cómo ordenar mejor la propia vida y evitar con ello los excesos de la naturaleza humana. En especial, aquellos excesos que se traducen en inquietud y ansiedad.

En general, las tesis del estoicismo son las siguientes:

  • Taciturnidad estoica: creencia de que se deben ocultar los problemas y las emociones a los demás.
  • Resistencia estoica: creencia de que se debe soportar el sufrimiento físico sin quejarse.
  • Compostura estoica: convicción de que se deben controlar las emociones y el comportamiento en situaciones que generan estrés.
  • Serenidad estoica: convicción de que se debe abstener de experimentar emociones fuertes.
  • Indiferencia estoica de la muerte: postula que no se debe temer o evitar la muerte.

«En tus acciones, no postergues. En tus conversaciones, no confundas. En tus pensamientos, no divagues. En tu alma, no seas pasivo o agresivo. En tu vida, no te preocupes solo por los negocios».

~ Marco Aurelio ~

Dejando a un lado sus teorías en relación con la física, la lógica y la retórica, la ética, la moral, la virtud y la felicidad son componentes centrales de su pensamiento. Recopilamos algunas enseñanzas de los estoicos que puedes aplicar en tu día a día. Adaptamos algunos de sus postulados para compaginarlos con la sociedad actual.

Mantén la calma en medio del caos

En los momentos convulsos es fácil caer en la ansiedad. Los estoicos luchaban por la tranquilidad y creían que nuestras mentes son poderosas y crean su propio cielo o infierno.

«Si estás angustiado por algo externo, el dolor no se debe a la cosa en sí, sino a tu estimación de ella; y esto tienes el poder de revocarlo en cualquier momento».

~ Marco Aurelio ~

De esta manera, los estoicos consideraban que existen cosas que están bajo nuestro control (como las emociones y los sentimientos) y otras que no podemos controlar (procesos y eventos externos). Por tanto, debemos enfocarnos para que los segundos no interfieran con los primeros. Mantener la calma en medio del caos es sin duda una de las características de la filosofía estoica.

Piensa en el presente

Para vivir una vida plena y satisfactoria que se encamine hacia el bienestar o la felicidad (eudaimonia), hay que dejar atrás el pasado y evitar enfocarse en el futuro. El presente es lo que importa, ya que lo demás solo son lastres que atosigan la mente y la nublan de emociones como la ira, el miedo o la frustración.

«Ninguna pérdida debería ser más lamentable para nosotros que perder nuestro tiempo, porque es irrecuperable».

~ Zenón de Citio ~

Sigue una vida virtuosa

La virtud es la condición perfeccionada de la razón humana, de manera que está ligada al conocimiento y la sabiduría. Esto último entendido de forma integral; es decir, el conocimiento y la sabiduría necesarios y suficientes para vivir de acuerdo con la naturaleza y ser feliz. Hay muchas virtudes estoicas, aunque las más importantes son las siguientes:

  • Templanza o moderación (ophrosune)
  • Coraje o valentía (andreia)
  • Justicia (dikaiosune)
  • Sabiduría práctica (phronesis)
  • Autocontrol (sophrosune)

«Es más necesario que el alma se cure que el cuerpo; porque es mejor morir que vivir mal».

~ Epicteto ~

De acuerdo con la doctrina, quien adquiere una virtud las adquiere todas al momento; ya que forman un lazo intrincado e inseparable. Por supuesto, dentro de ellas encontramos muchas más. El autocontrol, por ejemplo, agrupa cualidades como la modestia, el orden, el decoro y el autodominio.

No te aferres a las personas o los objetos

Al igual que otras doctrinas filosóficas, los estoicos postulan que la felicidad no se encuentra en las cosas, sino en disfrutar de una vida virtuosa. Un hombre virtuoso es aquel que entiende que el apego excesivo hacia agentes externos (personas, objetos, ciudades e incluso momentos) no hace más que interponerse en su felicidad.

«Hasta que no hemos empezado a prescindir de ellas, no nos damos cuenta de lo innecesarias que son muchas cosas. Las hemos estado usando no porque los necesitáramos, sino porque las teníamos».

~ Lucius Annaeus Seneca ~

Se trata de uno de los principios más incomprendidos, pues a menudo se interpreta como vivir una vida de espaldas a las emociones, al amor o a las relaciones interpersonales. Nada más lejos de la realidad. La meta de un estoico es que primen dentro de él los buenos sentimientos (eupatheia), de manera que la gratitud (eucharistia), la alegría (chara) y el amor por los demás (philostorgia) deben estar presentes.

El problema surge cuando, por entregarse a agentes externos, todas estas emociones generan una dependencia hacia ellos. Dado que la felicidad solo puede venir desde dentro, al suceder esto la persona dejaría de ser feliz. El estoico abrasa una vida en compañía, pero no permite que su bienestar esté condicionado por la presencia o ausencia de alguien o algo.

Tu desarrollo personal depende de la cooperación con los demás

Contrario a las creencias de que la filosofía estoica promueve el individualismo, en realidad su ética y su moral incentivan la cooperación con los demás. Después de todo, no se puede ser un hombre virtuoso cuando se vive de espaldas a la sociedad.

«Adáptate a la vida que se te ha dado; y ama verdaderamente a las personas con las que el destino te ha rodeado».

~ Marco Aurelio ~

A propósito de esto, los griegos usaban el término idiota (ἰδιώτης) para referirse a aquel que no se ocupaba de los asuntos públicos, solo de los propios o privados. Ser útil a los demás es uno de los caminos para alcanzar las virtudes estoicas, y en el proceso la persona puede conseguir su autorrealización.

El estoicismo en la psicología

Aunque el estoicismo nació y se desarrolló como una escuela filosófica, ha tenido un gran impacto en otras disciplinas. Entre ellas, la psicología. Por ejemplo, la logoterapia de Victor Frankl, la terapia cognitivo-conductual de Aaron T. Beck y la terapia racional emotiva conductual de Albert Ellis beben de forma directa o indirecta de sus postulados.

«Hoy escapé de la ansiedad. O no, la descarté, porque estaba dentro de mí, en mis propias percepciones, no fuera».

~ Marco Aurelio ~

De hecho, hay quienes ven en los orígenes occidentales de la terapia de atención plena en la antigua Roma, en concreto en sus exponentes de la escuela estoica. Buena parte de la psicoterapia para abordar la ansiedad y la depresión se construye sobre la filosofía estoica. A pesar de esto, no se puede decir que el estoicismo sea una terapia.



La filosofía estoica y su impacto en el bienestar

Al igual que sucede con otras corrientes filosóficas, no es necesario asumir todos los postulados estoicos. Puedes tomar aquellos paradigmas que se ajustan más a tu vida, bien para modificar ciertos patrones o para mejorar áreas que deseas potenciar. Te invitamos a leer más sobre esta filosofía y el impacto que ha tenido en la construcción del pensamiento moderno.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.