Fusión de la identidad: relación entre la identidad personal y la identidad social

En ocasiones, la identidad individual se fusiona con la social y esto transforma el comportamiento. ¿Quieres saber cómo ocurre?
Fusión de la identidad: relación entre la identidad personal y la identidad social
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 30 mayo, 2023

La fusión de la identidad es un concepto que se refiere al proceso psicológico en donde se une el yo personal con el yo social. Para entenderlo mejor, pensemos que todos tenemos, al menos, dos identidades: una identidad personal y una, o varias, sociales. Cuando ocurre la fusión, tanto el yo personal como los yoes sociales, permanecen prominentes e influyentes, pero los límites entre ellos se vuelven permeables.

El yo personal está relacionado directamente con nuestros rasgos personales (por ejemplo, ser extrovertido, amable, inteligente, etc.). Por otro lado, las identidades sociales se corresponden a los grupos que pertenecemos y se adscriben a una serie de normas, valores y roles (por ejemplo, ser español, hermano de fraternidad, miembro del consejo estudiantil, etc.).

Dicho esto, cabría preguntarse ¿de dónde proviene nuestro comportamiento? ¿Nuestra forma de ser atiende a los rasgos de nuestra personalidad o a las normas de nuestro grupo? Según esta teoría, dependerá de qué identidad esté activada. Profundicemos en ello.

Fusión de la identidad

La teoría de la fusión de la identidad fue formulada a principios del siglo XXI por el psicólogo social, William B. Swann Jr. Su estudio de las relaciones humanas y comportamientos extremos, le ha llevado a afirmar que las identidades de una persona pueden fusionarse en determinados contextos.

Según esta investigación, cuando una persona une sus identidades, considera a los demás miembros del grupo como «familiares», al desarrollar fuertes vínculos con cada uno de ellos y con el colectivo en sí. Por tanto, no solo se establece una conexión estrecha con cada individuo, sino con la representación que se tiene del conjunto social.

En este sentido, la fusión de la identidad promueve con mayor ímpetu comportamientos extremos prosociales (como luchar o morir por el colectivo), en comparación con otras afiliaciones, como la identificación de grupo. De hecho, se ha evidenciado que la fusión de identidad predice comportamientos prosociales particularmente costosos, que incluyen una variedad de conductas extremas.



Fusión vs. identificación con el grupo

Por su parte, cabe mencionar que la fusión de la identidad no debe confundirse con la identificación de grupo. En esta última, la lealtad al colectivo no eclipsa la autonomía personal ni los vínculos relacionales con otros miembros del grupo; por tanto, el yo personal y los vínculos relacionales no están tan implicados en la identificación de grupo.

Principios de la fusión de la identidad

Existen una serie de principios por los cuales se rige la fusión de la identidad. Vamos a verlos:

  1. Principio de la agencia personal. Propone que las acciones de las personas fusionadas reflejan tanto su identidad personal, como la social. En este caso, los miembros del grupo no serían sustituibles, porque se valora tanto su personalidad como su rol dentro del grupo.
  2. Principio de sinergia de la identidad. Sugiere que la identidad personal y la social pueden llegar a combinarse, como resultado se lograría una alta motivación por realizar cosas en beneficio del grupo. Estas personas van a ser las primeras en colaborar y cualquier halago va a hacer que colaboren más, tanto a nivel personal, como grupal.
  3. Principio de lazos relacionales. Las personas fusionadas que tienen identidades personales y sociales muy fuertes piensan que los demás miembros de su grupo también las tienen. Asimismo, van a valorar a los miembros del grupo por su personalidad y por su identidad social, debido a eso se crearán relaciones muy fuertes.
  4. Principio de irrevocabilidad. De acuerdo con la irrevocabilidad, la fusión de la identidad se va a mantener, a pesar del contexto. Los lazos que hemos formado con los demás miembros del grupo refuerzan el sentimiento de fusión haciendo que sean permanentes. Esta exclusividad origina que se abstengan de desarrollar fuertes identidades con otros grupos.

Consecuencias

Como vimos, la fusión de la identidad suele generar un sentimiento visceral de pertenencia a un grupo. En estos casos, la unión con el colectivo es tan fuerte que los límites entre el ethos personal y social se vuelven muy permeables. Esto quiere decir que, aunque esté activada una de las identidades, esta puede afectar a la otra.

Esta nueva relación, entre las dos identidades, lleva a que se forme un fuerte sentido de conexión con el grupo. Lo cual, a su vez, fomenta la motivación de las personas fusionadas a realizar por el clan, lo mismo que harían por sí mismas. Al mismo tiempo, las relaciones personales con los miembros de la comunidad también se fortalecen.



Fusión local vs. fusión extendida

En este punto, cabría preguntarse ¿por qué algunas personas fusionadas son capaces de morir y luchar por miembros del grupo que ni siquiera conocen? Esto sucede, de manera particular, en los grupos grandes, como naciones o partidos políticos.

Para responder a esta pregunta, la teoría basa su respuesta en la proyección. Las personas que tienen sus identidades fusionadas proyectan las emociones asociadas a sus vínculos, hacia los miembros desconocidos del grupo. Por tanto, también se consideraría, por ejemplo, que el país merece el sacrificio de la propia vida, y no solo los familiares.

También es importante diferenciar entre los dos tipos de fusión que hay, aspecto que desarrolló el propio Swann, años más tarde, luego de formular su teoría. Son los siguientes:

  • Fusión local: tiene lugar en grupos pequeños y homogéneos. Los miembros se conocen hasta cierto punto, es decir, no hay nadie anónimo. Un ejemplo de ello son las pequeñas empresas o los pueblos de pocos habitantes.
  • Fusión extendida: grupos demasiado grandes para que todo el mundo se conozca. Aun con ello, las personas fusionadas sienten que conocen al grupo e incluso los consideran allegados cercanos.

En ese sentido, un ejemplo muy fácil de comprender es el espíritu nacionalista. Un individuo puede amar a su país, como ama a su familia, proyectando así ese vínculo hacia un concepto abstracto: la nación. Así, considerará que todos los miembros del país merecen un sacrificio tan grande como el de su propia vida.

Resumiendo, las relaciones entre la identidad personal y la social suelen ser excluyentes, está activada una u otra. Sin embargo, en algunas personas estas identidades se fusionan y se retroalimentan, al fomentar las conductas prosociales. Y tú, ¿qué opinas de esta teoría? ¿Crees que tu personalidad está fusionada en algún ámbito de tu vida?


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.