Infidelidad: el “porqué” de los amantes

¿Por qué algunas personas son infieles a sus parejas? Las razones son múltiples y varían en cada caso. Acá mostramos las más comunes.
Infidelidad: el “porqué” de los amantes
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 07 junio, 2023

A pesar de que los límites para definir qué es una infidelidad a veces son controvertidos, podemos entenderla como la ruptura de un pacto de exclusividad afectiva y sexual, en la que alguno de los miembros de la pareja tiene una relación con una tercera persona. Cuando aparecen los amantes, el contrato, que puede o no haberse explicitado, se incumple, se atenta contra la confianza dentro de la relación y se generan daños.

Históricamente, el hecho de tener amantes no siempre ha sido socialmente reprobado. Incluso, ha habido épocas en las que la infidelidad ha sido aplaudida, especialmente en el lado masculino. Hasta cierto punto entendible por los matrimonios pactados sin que hubiera amor de por medio. El matrimonio era más entendido como un trabajo que como un lugar para el amor.

Sin embargo, en la mayoría de países del mundo los matrimonios por pacto han terminado y, con ello, la infidelidad ha pasado a otro plano.

“Las infidelidades se perdonan, pero no se olvidan jamás.”

-Madame de Sévigné-

¿De qué se alimenta la fidelidad?

Entre los elementos que se ha visto que favorecen la “fidelidad” destaca el amor como su principal motor. Durante el enamoramiento, es casi “imposible” incurrir en una infidelidad, ya que los sentimientos hacia la otra persona son totales y “no se tienen ojos para otro”.

Amantes de la mano

De la misma forma, también influyen valores como la confianza. Creencias como “las relaciones se basan en la fidelidad”, “puedo controlar mis deseos”, “tengo más que perder que ganar” o “no hago lo que no me gusta que me hagan” también parecen ser centrales.

Entre otros factores que parecen tener una participación importante, destaca la influencia y presión que puede ejercer el grupo social para que la persona se mantenga fiel. Las normas provenientes de la familia de origen, presiones sociales, instituciones o convicciones religiosas pueden ejercer un control sobre estos deseos.

A su vez, la culpa puede beneficiar a la fidelidad, por el temor de no soportar este sentimiento al engañar al otro. Sin embargo, la causa más sana de la fidelidad es el compromiso adquirido con la pareja, que cobra más importancia una vez pasado el enamoramiento, ya que el contrato que se ha establecido con el otro, el afecto, compañerismo y respeto, son los que sostienen la fidelidad.

¿Qué esconde la infidelidad? ¿Por qué se tienen amantes?

En muchos casos, las personas recurren a la infidelidad como una forma de lidiar con los conflictos que hay dentro de la relación; los cuales varían según sea el caso. En estos casos, tener un amante tiende a ser una forma de escape, un juego en el cual los infieles no buscan nada más allá.

Sin embargo, esto no implica que las personas no terminen enamorándose de sus amantes. De hecho, esta es otra realidad bastante común; pues esa relación termina siendo ese parche que esconde aquellas problemáticas que en la pareja no se han podido solventar.

Por otro lado, la infidelidad se ve influenciada gracias a los rasgos personales del individuo. Por tanto, no todos los que tienen problemas en la pareja van a buscarse un amante, ya que preferirán otras vías de solventar o superar los conflictos. De hecho, habrá personas que prefieren acabar con la relación, antes de ser infieles.

Dicho esto, podemos afirmar que diversas variables entran en juego a la hora de cometer una infidelidad. Veamos las más comunes.

Triangulo amoroso

Las causas más comunes de la infidelidad

Entre los factores que se han encontrado frecuentemente asociados a que determinadas personas tengan amantes podemos destacar:

  • La falta de amor: situaciones donde el fuerte sentimiento que se tenía se ha perdido. “Le quiero pero no le amo”, esto puede favorecer la idea de que al buscar a otra persona están siendo “fieles a sí mismos y a lo que sienten”, a pesar de engañar al otro.
  • El aburrimiento y la rutina: la falta de estimulación que algunos pueden experimentar en la relación, puede favorecer que esta se busque fuera, a través de amantes. Es más frecuente en quienes requieren estimulación constante y que no encuentran o no promueven la motivación que necesitan en sus relaciones.
  • La vanidad: la frecuente seducción a otros puede ser una motivación fundamental en personas con fuertes rasgos narcisistas, quienes miden su autoestima de acuerdo a las conquistas que tienen. Sentirse atractivos y con poder de atraer a otros “les da valor”, puede que sin intención de separarse de la pareja. Además, es un modo de tratar de “tenerlo todo” aún a costa de dañar a las otras dos personas implicadas. De algún modo, sus deseos están por encima de las necesidades ajenas.
  • Creencias: algunas creencias pueden favorecer estas conductas como “solo esta vez”, “no tiene por qué enterarse”, “no voy a perder esta oportunidad”, “todo el mundo lo hace”, “no puedo ser fiel”, “los hombres somos así”, “es solo sexo”, que de alguna manera les hacen “justificar” el hecho de tener amantes.
  • Valores: la persona puede tener un sistema de valores que no sancione la infidelidad como un hecho negativo.
Pareja rota
  • Problemas de comunicación: cuando los problemas dentro de la pareja se esconden en vez de enfrentarlos. Se pueden generar resentimientos y diferencias acumuladas dentro de la relación que producen la pérdida progresiva de interés por el otro.
  • La soledad: el sentimiento de soledad dentro de una relación es especialmente difícil. Cuando en una relación uno de los miembros se siente solo, por una relación distante y sin afecto, puede motivarle a buscar esta “compañía” en un tercero.
  • Falta de gratificación sexual: la insatisfacción en el área sexual en la pareja, puede favorecer la idea de intentar buscar amantes más compatibles que le permitan la satisfacción.
  • Carencias afectivas: cuando hay un distanciamiento afectivo, no hay un reconocimiento del otro o no se le valora positivamente, este se siente poco deseado. Por ello puede buscar a un tercero que le haga sentir atractivo.

 

“La traición se comete muchas más veces por debilidad que por un designio premeditado de traicionar.”

-François de La Rochefoucauld-

  • Elevadas expectativas de la relación: expectativas sumamente irreales y altas sobre lo que se espera del otro y de la relación, puede producir grandes decepciones que los distancien, y lleve a buscar fuera ese “ideal” que las cumpla.
Pareja de anillos
  • Presión social: cierta presión a nivel social, puede aumentar la tentación de cometer una infidelidad. Algunos modelos sociales hacen “publicidad” a estos hechos, como por ejemplo, un prototipo masculino que es atractivo debido a sus múltiples parejas o encuentros sexuales.
  • La curiosidad: buscar lo novedoso y la curiosidad por probarlo todo, puede provocar que la persona decida tener amantes. Es posible que personalidades reprimidas o de mucha timidez, encuentren más fácil atender al deseo de lo novedoso, que pedirle a su pareja que cambie o prueben hacer algo diferente.
  • Baja autoestima: la inseguridad personal también puede llevarnos a buscar un amante. Si nos sentimos inferiores a nuestra pareja en algún aspecto o no estamos seguros de nuestra valía, este puede ser un recurso (nada saludable) para reafirmarnos.
  • Desesperación: la infidelidad no siempre tiene que ver con la relación de pareja. En ocasiones está motivada por la propia desesperación de la persona infiel, que atraviesa dificultades personales y busca en el hecho de tener un amante una distracción o un salvavidas.
  • Buscar una alternativa: por otra parte, es frecuente que alguien decida tener un amante cuando sabe que quiere terminar con su pareja. De este modo, se asegura de tener un plan B, de contar con alguien en la recámara antes de dar este paso.
  • Traumas no resueltos: se ha encontrado también que las personas que han vivido algún tipo de trauma en la etapa infantil o en el pasado son más propensos a cometer infidelidad. Haber sufrido abandono emocional, maltrato físico, abuso o haber presenciado infidelidades en el seno de la familia son factores de riesgo.

¡Pero no todo está perdido! Tanto en el caso de presentar algunas de estas características o detectarlas en la pareja, es posible trabajarlas, por ejemplo mediante la terapia, y encontrar vías alternativas para construir y mantener relaciones más sanas y satisfactorias.

Tipos de infidelidad

Por su parte, queremos resaltar que no todas las infidelidades son iguales. Sin embargo, todas tienen algo en común: rompen el acuerdo de exclusividad que se había establecido dentro de la pareja, bien sea de forma explícita o no; por lo que el vínculo y la confianza quedan dañados.

Ahora bien, la gravedad del daño será mayor o menor dependiendo de cómo se haya efectuado la infidelidad. Por ello, a continuación presentamos los tipos de infidelidades más comunes.

En función de la intencionalidad

  • Infidelidad intencionada. Incluye todas las infidelidades que se producen de forma deliberada y planificada. En este caso, el infiel tiene una clara voluntad de engañar a su pareja, y actúa conscientemente para tal fin.
  • Infidelidad sin intención. Es propio de aquellos “desliz” en donde el infiel no tiene la intención de engañar a su pareja, por lo que suele producirse de forma repentina o circunstancial, sin que haya existido una premeditación al respecto.

En función de su naturaleza

  • Infidelidad casta (sin sexo). Aquí no existe contacto sexual entre los infieles, pero suelen producirse sentimientos o fantasías en su lugar. Asimismo, el infiel casto suele ocultar cosas, sostener mentiras, realizar cualquier tipo de actividad a escondidas, etc.
  • Infidelidad sexual. En este caso, se efectúan relaciones sexuales entre los infieles, incluso si no llega a haber penetración. Recordemos que las relaciones sexuales pueden adoptar muchas formas, pero en cualquier caso implican un contacto físico íntimo.

En función del medio utilizado

  • Online o virtual. Gracias a las nuevas tecnologías, las personas pueden establecer relaciones virtuales en donde las partes no se han visto nunca en persona.
  • Encuentro presencial. En este caso, los infieles coinciden presencialmente y mantienen una relación paralela. Aquí también puede darse la infidelidad sin que se produzcan relaciones sexuales.

En función de sus implicaciones emocionales

  • Con sentimientos de por medio. Se da cuando los infieles desarrollan una conexión emocional entre ambos. Por lo que implica el establecimiento de un vínculo afectivo con alguien que no es la pareja.
  • Por impulso. Suele ser el caso de personas que cometen infidelidad para satisfacer sus deseos físicos o de otro tipo, pero sin establecer vínculos emocionales.

¿Qué hacer si mi pareja me fue infiel?

La infidelidad es un hecho bastante común hoy en día, y cuándo somos los afectados, lo primero que ponemos en tela de juicio es nuestra valía personal. Se nos viene preguntas como ¿Qué hice mal? O ¿no he dado lo suficiente? Sin embargo, como ya hemos visto, la infidelidad muy poco tiene que ver con estas ideas.

Si estás atravesando por esa experiencia, a continuación, te dejamos algunos consejos para superar la situación.

Afronta los hechos

Es común que, al sospechar, o al descubrir que nuestra pareja nos ha sido infiel, nos de miedo confrontarla por las posibles consecuencias que surgirán a partir de ese momento. No obstante, lo mejor es hacer cara a la situación y afrontarla. Puedes tomarte tu tiempo para meditar y calmar tus emociones. Así, lo abordarás de una forma mas racional.

Habla con tu pareja

Es importante poder establecer un diálogo lo más racional posible, a pesar de las emociones fuertes que se puedan despertar. En este caso, encuentra un momento y lugar oportuno, e intenta tomar todo con calma. Lo ideal es que ambos expresen con sinceridad sus pensamientos y emociones.

Acepta lo ocurrido

Aceptar que nuestra pareja nos ha sido infiel implica la caída de todos nuestros ideales en torno a ella, lo cual representa un proceso muy duro y doloroso. Sin embargo, no queda más remedio que aceptar los hechos, sólo así podremos superarlo.

Busca apoyo

En estos momentos es muy importante rodearte de personas que te quieran y en las que puedas confiar. Ellas pueden ayudarte a atravesar ese mal momento. Asimismo, consultar con algún profesional puede ser de gran ayuda.

Perdona u olvida

La decisión final es una cuestión muy personal. Sólo tú puedes decidir qué hacer en función de tus reflexiones. Esto puede depender de muchos factores, tales como: el tipo de infidelidad, si ha sido algo puntual o algo prolongado en el tiempo, si ha sido puramente sexual o también emocional, o la cantidad de tiempo que llevaban juntos y los momentos que compartieron.

¿Y qué hay de los amantes?

Pocas veces se tiene en cuenta a esta figura que también sale damnificada por el triángulo amoroso. Los amantes generalmente son personas enamoradas, que se entregan totalmente al vínculo y albergan (más tarde o más temprano) la esperanza de oficializar su relación. Es común que recurran al autoengaño para justificar su proceder, pues saben que están participando de una dinámica de engaño.

Ejercer el rol de amantes suele generarles conflictos emocionales y sufrimiento, que con frecuencia les lleva a terminar la relación al no lograr hacerla avanzar o incluso a buscar ayuda profesional al respecto.

En definitiva, la infidelidad presenta múltiples aristas, puede tener diversos orígenes pero siempre causa importantes consecuencias negativas para los implicados. Por ello, ante una carencia o insatisfacción en la relación principal, es conveniente abordarla cuanto antes.


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  • Riso, W. (2003). La fidelidad es mucho más que amor. Editorial Norma.
  • Valdez, J. L., González, B., Maya, M. U., Aguilar, Y. P., González Arratia, N. I., & Torres, M. A. (2013). Las causas que llevan a la infidelidad: Un análisis por sexo. Acta de investigación psicológica3(3), 1271-1279.

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