La ambición envenena cuando tapa el valor de lo que ya se tiene

La ambición envenena cuando tapa el valor de lo que ya se tiene
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 29 septiembre, 2019

La ambición envenena cuando busco lo que ya tengo, pero en mi necedad solo miro hacia adelante, restándole importancia a todo lo conseguido hasta ahora. No obstante, si no valoro lo que ahora poseo, ¿cómo podré hacerlo con lo que obtendré? Al final estaré fijando todos mis esfuerzos en la búsqueda de un sinsentido, sintiéndome inconformista, frustrada, estresada y no sabiendo ser feliz.

Hay deseos y anhelos que tienen una duración muy corta. Tal vez porque no estamos comprometidos con ellos o porque lo que buscamos ya lo tenemos, pero no lo sabemos. De una u otra manera, nos encontramos ante una situación cuyo fin está cerca y que solo nos aportará sensaciones y emociones negativas.

Nos lanzamos hacia adelante casi sin pensar. Es como si quisiéramos aprender a andar sin centrarnos primero en nuestros pasos, en cómo pisamos, en la manera en la que avanzan nuestras piernas. Cuando ya hemos aprendido el gesto se automatiza, pero antes tenemos que dedicarle un tiempo específico a la propia acción para automatizarlo.

Si nos parásemos por un minuto para saborear todo lo que se encuentra a nuestro alrededor, descubriríamos que muchas de nuestras necesidades vitales ya están cubiertas y que por lo tanto tenemos pocas razones para angustiarnos.

La ambición que envenena el alma

Todos tenemos ambiciones. Llegar a lo más alto de nuestra carrera laboral, comprarnos el coche o la casa de nuestros sueños…, pero, la mayoría de las veces todo esto queda en una simple y sencilla ilusión. En muchas ocasiones porque nuestras expectativas no son realistas, otras porque no estamos dispuestos a sacrificarnos y a esforzarnos por lograr lo que queremos… No obstante, hay algo más importante que todo esto. ¿Estamos buscando lo que ya tenemos?

Pongamos como ejemplo a todas esas personas ricas que defraudan y buscan siempre enriquecerse más y más. Desde nuestro punto de vista las criticamos, juzgándolas por su elevada ambición de querer lo que ya les sobra. Sin embargo, aunque en nuestro caso puede que no sea el dinero, no es raro que ambicionemos y nos amarguemos también otras cosas que ya poseemos, pero que con nuestra ceguera no vemos.

mujer con sombra

Esta actitud que tenemos nos brinda una y otra vez el mismo resultado: la sensación de fracaso. Es entonces cuando la ambición envenena, cuando nos hace sentir mal. Cuando lo que  realmente, tendría que hacer, si es buena para nosotros, es ayudarnos a crecer y que nos sintiéramos bien.

Una de las ambiciones más codiciadas es la felicidad. Una de las más deseadas, pero también una de las mayores responsables de que muchas veces terminemos en un callejón sin salida. Este es uno de los anhelos clave para empezar a dejar toda codicia que nos envenena. La felicidad no es un objetivo. Si analizamos nuestra vida y le damos el valor que se merece, nos daremos cuenta de una vez por todas que somos ¡felices!

Hemos caído en el peor de los errores. Buscar la felicidad como locos, sin darnos cuenta de que eso era precisamente lo que impedía que nos instaláramos en este estado, en esta actitud. La única razón por la que lanzábamos la toalla al suelo y nos sentíamos mal, poco competentes, frustrados… y es que la ambición puede causar aún más ceguera que el amor.

Cuando una persona tapa el valor de lo que ya tiene, cualquier camino ambicionado que transite carecerá de sentido porque estará envenenado.

Valora lo que tienes para conseguir lo que quieres

¿Has escuchado hablar de las vidas minimalistas? Quizás te suene el concepto o con lo que te hayan podido contar sobre ello creas que significa conformarse o vivir en la escasez. ¡Nada de eso! Una vida minimalista es aprender a centrarte en lo que de verdad importante: tiene que ver con adquirir conciencia de la finitud de nuestro tiempo y, por tanto, de la importancia de priorizar.

Cuando sepas valorar tu presente, cuando seas consciente de que ya cuentas con razones para ser feliz, entonces estarás preparado para luchar y defender ambiciones que sean retos y no amenazas. Esas en las que estarás dispuesto a perder, preparado para que las cosas se tuerzan y sin temor a que el viento se vuelva en contra. No pasará nada. Tienes todo lo necesario para sentirte bien ahora, pero quieres ponerte a prueba, crecer, superarte. Esta es la ambición que de la que todo sueño debería partir.

pareja con ambición

Carga a tus espaldas lo necesario para caminar hacia lo que te hayas propuesto conseguir. Abre bien los ojos y prepárate para disfrutar del mejor de los caminos. Porque tu objetivo nunca ha sido la meta, sino aprender de cada paso que vas a dar. Pero, sobre todo, no dejes de darte cuenta de lo que estás llevando en tu maleta.

Todo el esfuerzo que hagas será inútil si no valoras lo que hoy tienes. Una verdadera pérdida de tiempo.

Prepárate para apreciar cada pequeño logro. No solo tienes que valorar los grandes, también los más pequeños. No te olvides de lo conseguido hasta el momento. Es necesario caminar hacia adelante, pero siempre centrándote en el ahora. De nada sirve la ambición si esta te está envenenando el alma. De nada sirve buscar lo que crees que no tienes porque te has cubierto los ojos con una venda.

gif ojos

Imágenes cortesía de Beth Conklin


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.