La sexualidad dura toda la vida

La sexualidad no se limita a la edad adulta, sino que dura toda nuestra vida. Como muchos conceptos sexológicos, este se ha ido maleando con el paso del tiempo hasta casi perder su significado. Reflexionando acerca de la sexualidad descubriremos por qué es algo inherente a nuestra condición humana.
La sexualidad dura toda la vida
Alberto Álamo

Escrito y verificado por el psicólogo Alberto Álamo.

Última actualización: 25 enero, 2022

Se suele asumir que la sexualidad es ‘cosa de adultos’. Si bien está presente en la adultez, la sexualidad no se adhiere exclusivamente a esta etapa vital, sino que está presente en todas.

Quizá esto se pueda entender mejor si definimos y describimos qué es la sexualidad. Ya sabemos que los términos sexológicos son muy utilizados, pero, al mismo tiempo, han sido tan maleados a lo largo de la historia que algunos de ellos tienen que ser reflexionados, como el propio concepto ‘sexo’. Profundicemos.

Qué es y, sobre todo, qué no es sexualidad

La sexualidad no es un sinónimo de orientación sexual. Mucha gente confunde estos conceptos. De hecho, se usan frecuentemente los términos ‘condición sexual’, ‘opción sexual’ y ‘sexualidad’ para referirse a la orientación sexual del deseo erótico (comúnmente llamada orientación sexual).

Estos términos no son sinónimos, ni entre sí, ni de sexualidad. La orientación sexual no es una opción, ya que las opciones se eligen y la orientación sexual no se elige. La orientación sexual tampoco es una condición, porque no condiciona absolutamente nada.

Pareja dándose un beso

La sexualidad, como concepto, se refiere a la ‘calidad con la que los sujetos se viven como sujetos sexuados’, según el Instituto de Sexologia INCISEX . Es decir, es la expresión de hombres y mujeres de su sentir y vivir como hombres y como mujeres.

Los hombres y mujeres somos sexuados; ‘tenemos’ sexo, en términos de identidad sexual. Hay infinitas formas de ser hombre (tantas como hombres existen) e infinitas formas de ser mujer (tantas como mujeres existen) y cómo hombres y mujeres expresamos estas formas lo define la sexualidad.

Sexualidad y sexuación

La Sexología, en su ámbito más teórico, se encarga de estructurar este y otros muchos conceptos, dándoles armonía y coherencia. Por eso, la sexualidad (y otros muchos conceptos que provienen de la palabra ‘sexo’) no tiene una relación directa con las relaciones eróticas, tal como popularmente se cree.

La sexualidad está más relacionada con otro concepto: la sexuación. Se trata del proceso constante de definirnos y redefinirnos como hombres y como mujeres. Este empieza antes del nacimiento (en la gestación) y termina con el fin de la vida.

La sexuación no es un proceso exclusivamente biológico, sino que es biográfico. Está sujeto a todo tipo de influencias que nos configuran como seres sexuados con nuestros modos, matices y peculiaridades.

Por tanto, la sexuación y la sexualidad forman parte de nuestro ser por el mero hecho de ser seres sexuados. Eso significa que la una y la otra están presentes en nuestra vida todo el tiempo.

Sexualidad en la infancia y en la vejez

Teniendo en cuenta que este concepto no es, quizá, el que la gente tenía en mente, ya podemos profundizar un poco más. Así, contamos con esta expresión del ser sexuado toda la vida. Ahora bien, esta expresión cambia según la etapa vital en la que nos encontremos.

Normalmente, se suele obviar la sexualidad infantil y de la vejez por motivos muy distintos con un denominador común: la ignorancia. Si entendemos este concepto desde su significado real, vetar la sexualidad en la infancia o vejez no tendría mucho sentido.

Pareja de personas mayores

La sexualidad en la vejez es una bellísima expresión, porque hombres y mujeres mayores expresan desde la vivencia de un camino, que les ha dado sabiduría, experiencia. Es verdad que también existe un veto a la sexualidad en la vejez por una cuestión cultural. Y es que, en occidente, tenemos mucho que mejorar en cuanto a la visibilidad y respeto por las personas mayores. Quizá asomarnos a otras culturas y ver cómo se concibe esta etapa vital nos haga aprender.

Por otro lado, la sexualidad en la infancia es igualmente bella, pero por otros motivos. Así como la vejez nos da experiencia, la sexualidad en la infancia se da en un contexto de inocencia y exploración. Lo bonito es que, en esta etapa de la vida, no estamos contaminados con prácticamente ninguna influencia social. Siendo pequeños, nos expresamos sin tabúes, sin filtros, desde nuestra curiosidad por el mundo que nos rodea.

Para terminar con los estereotipos y tabúes que rodean a conceptos como el de sexualidad, es imprescindible profundizar y comprenderlos. Son necesarias más intervenciones en educación sexual. Solo así lograremos desestigmatizar todas las manifestaciones que conforman el hecho sexual humano.


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