Las ocho edades del hombre, según Erik Erikson

Para Erick Erikson, todo ser humano atraviesa 8 etapas importantes durante toda su vida, las cuales conducen a la evolución y al cambio personal. Veamos en detalle cuáles son.
Las ocho edades del hombre, según Erik Erikson
Leticia Martín Enjuto

Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 23 noviembre, 2023

La evolución de la vida humana a lo largo de los años ha intrigado a los psicólogos durante décadas. En este contexto, se han propuesto diferentes teorías para comprender el desarrollo, entre ellas destacan la teoría psicosocial de Erikson.

Gracias a este autor, se sabe que existen diferentes edades del hombre, conocidas como etapas del desarrollo psicosocial de Erikson o, simplemente, como etapas de Erikson.  Cada una de ellas está marcada por una crisis y por el desarrollo de una virtud.

En este artículo, explicaremos cada una de las 8 etapas de Erik Erikson y cómo se manifiestan. Además, ofreceremos una serie de recomendaciones para lidiar de manera exitosa con ellas.

Quién fue Erik Erikson

Erick Erikson fue un psicoanalista estadounidense que elaboró una teoría sobre el desarrollo de la personalidad, de amplia aceptación y difusión. Aunque en un principio partió de los conceptos de Freud, se distanció de este al considerar que la influencia cultural tenía mucha mayor importancia de la que le había otorgado el padre del psicoanálisis.

Todos tenemos crisis durante nuestra vida y las vemos como algo negativo. Sin embargo, para él, ellas son procesos necesarios para el crecimiento. Son circunstancias que nos permiten trascender, crecer y tomar conciencia acerca de nosotros mismos.

Erikson señala que los seres humanos evolucionamos y, permanentemente, estamos adquiriendo nuevos conocimientos y experiencias a lo largo de nuestra existencia. De no ser así, se producirán bloqueos en algunas etapas de desarrollo. Algunas personas se niegan a madurar, mientras que otras se ven abocadas a crecer precozmente. Todo esto dependerá, en gran medida, del contexto.

Las edades del hombre desde la perspectiva de Erikson

En cada una de las etapas, los individuos viven un conflicto, una tensión que potencia el desarrollo de una cualidad psicológica positiva. Sin embargo, si la tensión no se resuelve, puede impedir el surgimiento de dicha virtud.

Todas las etapas del desarrollo psicosocial de Erikson están marcadas por dos polaridades opuestas: una agradable o buena y otra desagradable o negativa. Las dos son imprescindibles para sobrevivir y crecer de manera exitosa. No obstante, lo que garantiza el buen desarrollo es la predominancia de la polaridad positiva. Se ha de tener en consideración que, en palabras del autor, dichas etapas vienen determinadas por una crisis.

Las ocho etapas en el desarrollo humano, según Erik Erikson, son las siguientes.

1. Confianza vs. Desconfianza (0-18 meses): esperanza

A medida que sus sentidos evolucionan, el bebé reconocerá su entorno como familiar. Se aventurará y su primer gran logro será no experimentar ansiedad en ausencia de su figura de apego y superar el miedo a ser abandonado por ella. Al exponerse a situaciones nuevas, tiende a responder con interés y curiosidad, y no con miedo o angustia.

Por el contrario, si no logra tener confianza, será desconfiado y mostrará signos de inseguridad y ansiedad. Podría ser reacio a relacionarse con personas que no conoce y no explorará ambientes desconocidos. Es posible que llore con más frecuencia y que esté inquieto cuando sus cuidadores no estén presente.

En este sentido, Erikson defiende que lo ideal es que el bebé desarrolle el equilibrio justo entre la confianza (que les permite crear relaciones íntimas) y la desconfianza (que le permite protegerse a sí mismos).

Si predomina la confianza, los niños desarrollan la virtud de la esperanza. Esta consiste en la convicción de que pueden satisfacer sus necesidades y cumplir sus deseos. En cambio, si predomina la desconfianza, los niños verán el mundo como hostil e impredecible y tendrán problemas al establecer relaciones íntimas.

Sugerencias para facilitar la transición de esta etapa

  • Atender de manera consistente las demandas y necesidades del bebé.
  • Crear un entorno seguro y establece.
  • Compartir tiempo de calidad afectiva con el pequeño.
  • Tener rutinas que le permitan vivir en un ambiente predecible.
  • Fomentar la exploración segura del entorno y sus estímulos a medida que vaya creciendo.
  • Mostrar amor incondicional pero sin sobreproteger.

2. Autonomía vs. Vergüenza y duda (18 meses-3 años): autonomía

En esta otra de las etapas de Erikson, los niños necesitan lograr el equilibrio justo entre la autonomía y el control externo. Es por ello que está conformada por «los terribles dos años». Esta no es más que una manifestación de su necesidad de autonomía, la cual es adquirida gracias a la maduración y a la capacidad para desplazarse de un sitio a otro.

Los padres son importantes para resolver este conflicto con efectividad. Es necesario que ellos no empujen demasiado al menor a ser autónomo, pero tampoco que no lo apoyen a serlo. El niño debe explorar el mundo y adquirir un sentido de autonomía poco a poco, sin tanta presión y sin burlas.

Si el contexto responde a las necesidades que experimenta, aparece la autonomía y la voluntad. El niño, entonces, confía en sí mismo y es capaz de hacer tareas simples. Explora el mundo y persiste ante las dificultades. Muestra voluntad para intentar nuevas cosas sin el acompañamiento de sus padres.

Por su parte, la vergüenza en el infante se expresa como una necesidad de no ser visto, de ocultar su rostro, algo que tiene como consecuencia las rabietas y los llantos, o diferentes manifestaciones de desbordamiento emocional. El control exterior debe ser firme y tranquilizador para que aparezca la autonomía.

Sugerencias para facilitar la transición de esta etapa

  • Presentarle al niño opciones simples para que pueda elegir una.
  • Alentarlo a hacer tareas sencillas por sí mismo.
  • Establecer rutinas diarias que le ayuden a saber qué se espera de él en ciertos momentos.
  • Reconocer sus esfuerzos y logros de independencia.
  • Motivarlo a explorar el mundo poco a poco.

3. Iniciativa vs. Culpa (3-5 años): propósito

Si hay algo que distingue a un niño entre las distintas edades del hombre es su iniciativa, en especial, durante el juego simbólico. Él descubre los roles más significativos y los representa. Además, necesita identificar y proyectar su rol en el mundo.

La iniciativa a esta edad consiste en la planificación de ese rol social que actúa. En este sentido, el justo equilibrio entre la iniciativa y la culpa es significativo para el desarrollo moral. La virtud que se desarrolla aquí es el propósito.

El pequeño con iniciativa tiene un alto grado de entusiasmo para jugar y explorar. Se implica en actividades de descubrimiento, experimenta roles nuevos, identidades y conductas. Toma la delantera en actividades grupales y en juegos con otros niños. Es capaz de guiar a otros.

Por su parte, si predomina la culpa, puede evitar tomar iniciativas para no asumir la culpa en caso de equivocarse o hacer algo inadecuado. Se preocupa por cometer errores y por no ser aprobado. En el juego, es un poco retraído y no se arriesga a asumir el mando ni a proponer ideas o nuevos juegos.

Sugerencias para facilitar la transición de esta etapa

  • Ofrecer posibilidades para que el niño intenté cosas nuevas.
  • Delimitar lo que está permitido y lo que no.
  • Aceptar y apoyar las iniciativas que tenga.
  • Ofrecer ejemplo de iniciativa y hablar en voz alta sobre cómo se toman las decisiones.
  • Enseñarle a lidiar con la culpa.
  • Brindar apoyo, validar las emociones y escuchar de manera activa.

4. Industria vs. Inferioridad (5-13 años): competencia

Se trata de una de las etapas de Erikson más decisiva desde el punto vista social, puesto que la industria implica hacer cosas junto a los demás. Por tanto, el niño desarrolla un primer sentido de la división del trabajo. Demuestra un interés genuino en aprender y asumir tareas escolares desafiantes. Disfruta de adquirir nuevas habilidades y se enorgullece de ello.

Cuando en lugar de la industria o laboriosidad se desarrolla en mayor medida la inferioridad, el pequeño duda de sí mismo, tiene una baja autoestima y poca autoeficacia. Se siente menos capaz que sus compañeros, y, en consecuencia, evita los retos y actividades donde deba demostrar habilidad. Tiende a rendirse con facilidad, carece de motivación y le teme al fracaso y a las críticas.

Nuestra cultura ha adquirido altos niveles de especialización que la hacen compleja y limitan la iniciativa del individuo. El riesgo en esta etapa radica en que cuando no hay suficiente reconocimiento, aparece una sensación de inadecuación que puede conducir a un sentimiento de inferioridad.

En cambio, la exitosa solución de esta crisis permite desarrollar la virtud de la competencia. Esta consiste en una visión del yo como capaz de dominar y dar culminación a las tareas.



Sugerencias para facilitar la transición de esta etapa

  • Orientar a los niños o adolescentes a definir metas claras, alcanzables y específicas.
  • Brindar retroalimentaciones constructivas que les permitan mejorar.
  • Motivarlos a ser parte de actividades o proyectos grupales.
  • Enseñar habilidades prácticas que los hagan sentir más competentes en la vida.
  • Elogiar los pequeños logros.
  • Enseñarles a establecer prioridades.
  • Potenciar la responsabilidad personal.

5. Identidad vs. Difusión de identidad (13-21 años): fidelidad

La configuración de una identidad y es uno de los logros más destacados de todas las edades del hombre. Esta etapa se caracteriza por poner en duda todo aquello en lo que se confiaba. Es decir, los conocimientos, las habilidades y las experiencias adquiridas. Todo ello debido a los cambios biológicos y psicológicos que sufre el adolescente y la crisis de personalidad que esto genera.

A los adolescentes les preocupa la imagen que los demás tengan de ellos y libran batallas constantes entre lo que han sido hasta ahora y lo que serán en el futuro cercano. Presentan confusión en cuanto a su identidad, son idealistas y muy influenciables. Si atraviesan de manera adecuada esta etapa, lograrán construir una identidad sólida. De lo contrario, pretenderán ser lo que no son.

Un adolescente que ha logrado consolidar una identidad sabe quién es y lo que espera de su proyecto de vida. Pese a los obstáculos y problemas, tiene un sentido claro y un propósito. Se siente seguro de lo que cree y de los valores que lo orientan. Su forma de ser resiste las presiones grupales y toma decisiones alineadas a sus intereses.

Cuando predomina la difusión de la identidad, el joven suele sentirse inseguro de quién es y no sabe con claridad lo que quiere. Suele ceder con facilidad a las presiones de sus amigos y cambiar de manera frecuente y exagerada de gustos y apariencias. Tienden a sentirse confundido con su rol en el mundo y modifica de manera regular su proyecto de vida.

Sugerencias para facilitar la transición de esta etapa

  • Permitir que el adolescente exprese sus gustos y su personalidad sin invalidarlo.
  • Demostrar interés sobre lo que piensa, siente y experimenta.
  • Animarlo a pensar en el futuro y a visualizar como se ve en varios años.
  • Reafirmar el cumplimiento de valores sociales y éticos que se han transmitido desde la infancia.
  • Fomentar el pensamiento crítico.
  • Favorecer el desarrollo de una identidad colectiva.
  • Motivarlo a conocer nuevos pasatiempos, pasiones o gustos.
  • Ayudarlo a crear un proyecto de vida.

6. Intimidad vs. Aislamiento (21-39 años): amor

Dentro de todas las etapas del desarrollo psicosocial de Erikson, en esta es cuando la persona está en capacidad de establecer compromisos laborales, sentimentales, políticos, profesionales. Si por temor este joven adulto no logra establecer este tipo de vínculos con el mundo, el peligro subyacente será el aislamiento.

Es la etapa de las decisiones y de los retos para adquirir estabilidad. También es el periodo donde se afianzan las concepciones acerca del trabajo, la amistad, la familia, etc. El joven adulto empieza a trazar límites y a no sacrificar su desarrollo y bienestar para mantener contento a alguien más.

Quien logra resolver el conflicto es capaz de tener intimidad con otros y establecer compromisos a largo plazo. Además, desarrolla vínculos profundos y duraderos. También hace que se involucre en la construcción de una carrera profesional y en la participación comunitaria. La persona demuestra un sentido de responsabilidad y compromiso.

Las dificultades en esta etapa lleva al predominio de aislamiento. En este caso, se configura un adulto temeroso o ansiosos a la hora de tomar decisiones o de relacionarse con otros. Su poca habilidad para establecer relaciones profundas deriva en vínculos superficiales y efímeros. La indecisión, la falta de sentido y dirección son muy comunes.



Sugerencias para facilitar la transición de esta etapa

  • Desarrollar habilidades sociales y la comunicación asertiva.
  • Vivir acorde con los propios principios y valores.
  • Tener un balance entre la vida personal y el trabajo.
  • Establecer nuevos vínculos interpersonales.
  • Desarrollar la empatía, la escucha activa y la validación emocional.
  • Definir metas claras a nivel personal, interpersonal y profesional.

7. Generatividad vs. Estancamiento (40-65 años): interés en los demás

La teoría psicosocial de Erikson señala que la generatividad es el deseo de fundar y guiar a las nuevas generaciones. Cuando esto no se produce, comienza un proceso de estancamiento personal que está ligado a la sensación de no trascender, de no tener ningún tipo de incidencia en el porvenir.

Solo cuando las personas se han enfrentado tanto a las derrotas como a los triunfos, han podido procrear o generar ideas y les han dedicado tiempo y cuidado, se puede decir que han madurado. Que han alcanzado una experiencia de plenitud. La virtud que se desarrolla es esta edad de Erikson es el interés en los demás

Un sujeto que alcanza la generatividad manifiesta interés en cuidar y orientar a otros con su experiencia. Se involucra en la crianza, en las mentorías o en la participación de movimientos ciudadanos. Está comprometido con el futuro y busca dejar algún tipo de legado en el mundo.

Por el contrario, si no se alcanza, la persona se siente estancada, desconectada y desinteresada por el futuro y las generaciones posteriores. Está más enfocada en sus propias necesidades y en la satisfacción de sus deseos. Experimenta, en ocasiones, una sensación de falta de logro y de no haber tenido una influencia significativa en el mundo.

Sugerencias para facilitar la transición de esta etapa

  • Realizar mentorías para guiar a otras generaciones.
  • Involucrarse en actividades comunitarias que beneficien a otras personas.
  • Escribir, pintar o realizar una obra de arte.
  • Hacer parte de movimientos sociales.
  • Invertir en el propio desarrollo y crecimiento personal.
  • Proponer y desarrollar proyectos de impacto social que permitan dejar un legado.

8. Integridad del ego vs. Desesperación (65 años en adelante): sabiduría

La última de las etapas de Erikson puede ser una instancia serena o llena de inquietud. Todo depende de cómo se hayan resuelto las edades anteriores del hombre. Una persona de edad avanzada debería estar en capacidad de formular una valoración sabia de su época, en la que primen el reconocimiento de lo real y la comprensión del mundo.

En este sentido, hay integridad si en esta edad se pueden combinar la reflexión y la experiencia. En caso de que se traigan conflictos sin resolver o etapas del desarrollo psicosocial de Erikson que no se superaron bien, lo usual es que aparezca un profundo miedo a la enfermedad, al sufrimiento y a la muerte.

Una persona mayor que consigue la integridad del yo acepta su propia vida y sus experiencias pasadas y presentes. Cuando mira en retrospectiva, se siente satisfecho con lo que ha hecho. Todo lo que ha vivido le permite hablar con sabiduría y compartir consejos útiles que enriquecen la vida de otros.

En cambio, cuando se vive con desesperación, la persona lucha contra sus arrepentimientos y siente que ha fracaso en la vida. Siente que ha desperdiciado sus oportunidades y que las decisiones que tomó no fueron las más acertadas. La tristeza y el miedo a la muerte son sentimientos muy comunes. No tiene paz y no acepta sus experiencias vitales.

Sugerencias para facilitar la transición de esta etapa

  • Reflexionar sobre la propia vida, los logros y aprendizajes conseguidos.
  • Compartir la experiencia con otros.
  • Perdonar a otros o a sí mismo por errores del pasado.
  • Fomentar los vínculos significativos con los familiares, los amigos y la comunidad.
  • Continuar involucrado con las actividades preferidas.
  • Aceptar los cambios de la vida y los nuevos retos de esta etapa.
  • Mantener el cuerpo y la mente activos.
  • Realizar contribuciones a las generaciones futuras.


La importancia de las etapas del desarrollo psicosocial de Erikson

Entender las etapas de Erikson es crucial en distintos campos del saber, como la psicología, la pedagogía, la psiquiatría. Es útil también en los ámbitos educativos y familiares (en la crianza).

Los educadores y psicoterapeutas puedan usarlas para identificar e intervenir problemáticas puntuales que aparecen en momentos únicos del desarrollo. Teniendo un claro conocimiento del tema, estos profesionales pueden ayudar a las personas a transitar de manera exitosa las distintas fases de su crecimiento.

La teoría psicosocial de Erikson es esencial para los cuidadores. Esto se debe a que les brinda una guía para entender cómo se da el desarrollo de los pequeños y qué pueden esperar de ellos según la edad. Además, les permite saber de qué manera pueden apoyarlos para que tengan un excelente desarrollo.

Este modelo también tiene un impacto social profundo. Debido a que reconoce la influencia decisiva que tiene el entorno sobre las personas, invita a las sociedades y a los profesionales de la salud y la educación a considerar la importancia de la política, la economía y la cultura en el desarrollo de los ciudadanos.

En síntesis, conocer las etapas del desarrollo psicosocial de Erikson es fundamental porque ofrece un referente teórico para entender el crecimiento del ser humano. Además, suministra apoyo en ámbitos como la educación, la terapia, la crianza y la salud.

Las etapas de Erikson y sus crisis

El ser humano atraviesa ocho crisis a lo largo de la vida, las cuales responden a cada una de las edades del hombre. En este caso, la adecuada resolución de las mismas contribuye a la salud mental y bienestar general. De allí, la importancia de ser consciente de ellas.

La teoría psicosocial de Erikson proporciona un marco de comprensión para examinar el desarrollo de una persona. Mediante las ocho etapas del desarrollo psicosocial, los psicólogos, pedagogos y demás profesional de la salud y la educación pueden entender mejor cómo las experiencias tempranas y tardías moldean la conducta y la personalidad.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.