Neurastenia, el cansancio inexplicable: ¿en qué consiste?

Cansancio extremo, cefaleas, sensación de debilidad... La neurastenia es una realidad clínica descrita hace más de un siglo y que sigue llenándonos de dudas.
Neurastenia, el cansancio inexplicable: ¿en qué consiste?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 26 septiembre, 2022

Agotamiento extremo, dolor de cabeza, mareos, hipotensión, dolor de estómago, náuseas… La neurastenia se describió por primera vez en 1829 para definir una enfermedad de los “nervios”. Cabe señalar que durante más de un siglo tuvo gran relevancia en el ámbito clínico y psicopatológico. Eran muchas las personas que la padecían.

Los antiguos “alienistas”, es decir, los médicos especializados en psiquiatría, señalaban que aparecía en varios colectivos muy concretos. El primero eran las esposas de granjeros, las cuales solían pasar largas temporadas en soledad trabajando sus tierras. También los hombres de negocios evidenciaban estos síntomas. Era tan llamativa esta condición que William James la denominó sarcásticamente como “americanicitis”.

Con ello, intentaba describir el estado de estrés y de sobrecarga que padecía buena parte de la sociedad estadounidense. Ahora bien, lo cierto es que los países asiáticos siguen teniendo muy presente esta realidad clínica. Tanto es así que la han catalogado en su clasificación china de trastornos mentales (similar a nuestro DSM-V) como shenjing shuairuo, una dimensión psicológica vinculada al cansancio más acusado.

Hombre estresado con miedo al trabajo

Neurastenia: definición, síntomas y causas

Cabe señalar algo importante. La neurastenia es un concepto ya obsoleto que no se incluye en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V). Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud lo sigue reconociendo, así como la CIE-10 y países ya citados, en este caso, China. Para comprender la complejidad de este trastorno vale la pena profundizar en algunos aspectos.

El primero es que, a lo largo del siglo XIX, los psiquiatras se sintieron muy interesados por la neurastenia. George Miller Beard fue el neurólogo que popularizó este término en 1869 (a pesar de estar descrito anteriormente). Lo definió como una inusitada e irritante debilidad que se manifestaba con una fatiga crónica idiopática (es decir, con causa desconocida). Conozcamos los síntomas.

Sintomatología asociada

La neurastenia aparece después de un esfuerzo. Es entonces cuando el cuerpo entra en un estado de agotamiento físico y psicológico desmedido. Sin embargo, la tarea realizada no es lo suficientemente intensa para ese desgaste sobredimensionado. Cursa con las siguientes manifestaciones:

  • Cefaleas intensas que pueden derivar a veces en migrañas.
  • Dolor muscular.
  • El agotamiento es muy intenso; sin embargo, la persona se siente incapaz de acostarse y conciliar el sueño. El insomnio puede ser, por tanto, una constante.
  • Aparecen dolores de estómago y alteraciones intestinales (gases, diarreas).
  • Pueden aparecer desmayos o vómitos.
  • En algunos casos, hipersomnia (sueño excesivo).
  • Irritabilidad.
  • Trastornos de pánico.
  • Problemas para pensar con claridad.
  • Fallos en la memoria.

Todos estos síntomas tienen un mínimo de duración de 6 meses (con mayor o menor intensidad y además, apareciendo unos síntomas y no otros).

¿Cuáles pueden ser las causas?

Neurastenia, neuromiastenia epidémica, enfermedad del Hospital Royal Free, enfermedad de Akureyri, poliomielitis atípica, enfermedad de Islandia, síndrome de Da Costa o del corazón irritable… Esta condición recibe muchos nombres y, si bien es cierto que no aparece en el manual de diagnóstico y trastornos mentales, son muchos los países que le dan espacio, validez y relevancia.

La presencia de conflictos afectivos, enfermedades neurológicas, intoxicaciones o disfunciones inmunitarias y hormonales son condiciones frecuentes entre las personas que acuden a consulta por síntomas de neurastenia.

La Universidad del País Vasco (España) le dedicó un estudio en el 2019. Señalan que esta sintomatología aparece con frecuencia en atención primaria. De hecho, se sospecha que podamos estar ante enfermedad con repercusión multisistémica, es decir, hay muchas variables que podrían confluir en la neurastenia.

En buena parte de los casos, suelen diagnosticarse dos condiciones clínicas: depresión y fatiga crónica. Asimismo, en el 2015 la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América (Instituto de Medicina) definió la neurastenia como enfermedad de intolerancia al esfuerzo. Es decir, hay personas que al realizar cualquier actividad, por nimia que sea, evidencian una sintomatología física y psicológica adversa.

Tratamiento de la neurastenia

Por lo general, el tratamiento de la neurastenia suele ir dirigido a las causas que la originan. Por tanto, dependerá de la patología subyacente y varía con cada persona.

En cuanto al ámbito psicológico, suele recomendarse acudir al psicólogo y tomar un tratamiento farmacológico de apoyo, normalmente consistente en antidepresivos. Trabajar la gestión emocional y del estrés suele ser de ayuda para los pacientes.

Mujer estresada por el sesgo de

En la actualidad se le considera como un trastorno somatomorfo

Tal y como hemos señalado, la neurastenia es un término en desuso para buena parte de la comunidad científica. Así, y aunque la CIE-10 (Clasificación internacional de enfermedades) sigue dándole presencia, lo cierto es que en la actualidad se vincula directamente a los trastornos somatomorfos.

Es decir, un trastorno somatomorfo es un cuadro clínico en el que aparecen diversas enfermedades o síntomas que no pueden ser explicados por alteraciones orgánicas subyacentes. De ese modo, factores como el cansancio extremo y la baja energía son siempre dos elementos que integran esta categoría clínica.

Sea como sea, hay algo evidente. Podemos seguir aceptando la neurastenia como condición o no, porque la etiqueta clínica es al fin y al cabo, lo menos importante. Lo más determinante desde un punto de vista psicológico y también médico es saber qué desencadena esa sintomatología.

Sigmund Freud ya hablaba en su día de una depresión. Los alienistas de principios del siglo XIX describían a sus pacientes como personas que cargan sobre sí mismas muchas preocupaciones. Por otro lado, y vistas las manifestaciones orgánicas, se ha podido comprobar que muchas personas padecen además problemas hormonales, sistemas inmunitarios deprimidos o incluso anemias.

Es decir, no podemos separar las enfermedades orgánicas de los problemas psicológicos. Los estados de estrés y ansiedad suelen estar detrás en muchos casos de los trastornos somatomorfos. De ahí que enfoques como la terapia cognitivo -conductual y, en ciertos casos, la administración de ansiolíticos suelen dar siempre buen resultado.

Para concluir, más allá de las terminologías, están las necesidades. No dudemos nunca en solicitar ayuda experta ante cada problema, ante cada molestia, angustia o inquietud que enturbia la vida.


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  • Martínez Jiménez, M. (2017). Neurastenia y fibromialgia: el enlace entre el sistema nervioso y la cultura en entidades clínicas complejas. En-claves del pensamiento, 11 (22). México.
  • Merikangas K, Angst J. Neurasthenia in a longitudinal cohort study of young adults. Psychol Med. 1994 Nov;24(4):1013-24. doi: 10.1017/s0033291700029093. PMID: 7892346.

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