Patrones de consumo de alcohol según Jellinek

Los patrones de consumo de alcohol de Jellinek nos ayudan a entender que no todas las personas que beben son alcohólicas ni que todas las que llamamos alcohólicas están enfermas.
Patrones de consumo de alcohol según Jellinek
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 17 marzo, 2023

El consumo de alcohol no sigue un patrón único, sino variado. Sin embargo, es posible trazar ciertos patrones comunes tanto psicológicos, como socioculturales y fisiopatológicos que pueden agruparse bajo determinadas tipologías que permiten entender mejor esta problemática.

Desde que se empezó a estudiar el alcoholismo se han desarrollado muchos sistemas de clasificación, entre los que destaca la propuesta de Jellinek. En ella se puede hallar una distribución de los bebedores en cinco grandes grupos. Profundicemos.

Elvin Morton Jellinek

Fue un fisiólogo y experto en bioestadística estadounidense que es considerado como el padre de los estudios científicos sobre alcoholismo. De hecho, sus investigaciones han contribuido a una mejor comprensión de esta enfermedad.

Jellinek nació en Nueva York en el año 1890. Entre 1908 y 1910, estudió bioestadística y fisiología en la Universidad de Berlín y durante dos años estuvo estudiando filosofía, antropología, filología y teología en la Universidad Joseph Fourier en Grenoble. Además, también curso estudios de lingüística, historia cultural y varios idiomas. De hecho, Jellinek hablaba nueve idiomas.

En la década de los 30, el fisiólogo trabajó en un hospital de Massachusetts, donde el Consejo de investigación de problemas de alcohol le encargó un estudio sobre el alcoholismo. De esta investigación, salió su primer libro en 1942, La adicción al alcohol y el alcoholismo crónico. 

Trabajó en la universidad de Yale y asumió la jefatura de la redacción de la revista Quarterly Journal of studies on alcohol. Asimismo, fue contratado por la OMS como consultor de alcoholismo en Ginebra. Durante esa época, trabajó con los Comités de Expertos en Salud Mental e hizo aportes importantes para la comprensión del alcoholismo.

En1950, dejó de trabajar para la OMS y regresó a Estados Unidos. Para el año 1952, Jellinek afirmó que el alcoholismo era una enfermedad que evolucionaba por fases (pre-alcohólica, prodrómica sintomática, crucial o crítica y crónica) de forma progresiva y que estas se podían identificar con cierta facilidad.



Hombre bebiendo
El alcoholismo era una enfermedad que se desarrolla a lo largo de varias fases.

Su libro más famoso es La enfermedad alcohólica (1960). En él, describe varios tipos de alcohólicos según diferentes tipos de patrones de consumo de alcohol. Ahora bien, Jellinek no trataba de encasillar a todos los bebedores bajo el rótulo de enfermo, ya que no todos ellos tenían una enfermedad alcohólica.

Para considerar a un alcohólico como enfermo es necesario que este presente una incapacidad para abstenerse o una pérdida de control, y no en todos los tipos existen estas circunstancias.

Los patrones de consumo de alcohol de Jellinek

En la clasificación que realizó Jellinek podemos encontrar cinco tipos de alcoholismo, cada uno con una serie de síntomas característicos.

Alcoholismo alfa

Se trata de individuos que padecen una enfermedad física o psicológica; por lo tanto, su alcoholismo es una consecuencia de esta. Son bebedores sintomáticos que ingieren alcohol para afrontar los efectos adversos de una enfermedad orgánica o mental.

En estos casos, el alcoholismo es usado como una automedicación, así lo señala un artículo publicado en Addiction. Se presenta, por ejemplo, en personas con epilepsia, esquizofrenia, paranoia o en individuos muy inseguros de sí mismos.

De esta forma, este tipo de individuos presentan una dependencia psicológica continua para neutralizar el dolor corporal o emocional. Por otro lado, suelen ser indisciplinados en la ingesta de alcohol (no siguen reglas sociales respecto a tiempo, ocasión, local, cantidad y efecto de la bebida).

No presentan falta de control ni incapacidad de abstenerse, tampoco presentan signos de proceso progresivo ni disturbios por la supresión del alcohol. Eso sí, pueden evolucionar a gamma.

Este tipo patrón es reconocido también como un consumo evasivo o problemático de alcohol.

Alcoholismo beta

Las personas con alcoholismo beta no presentan una verdadera dependencia física ni psicológica, así lo afirma la APA; por lo tanto, la suspensión del tóxico no origina un síndrome de abstinencia. Aunque bien es cierto que presentan repercusiones orgánicas del hábito (alcoholización) y complicaciones como polineuropatías, gastritis o cirrosis hepáticas.

Este tipo de alcoholismo puede derivar en gamma o delta y presenta un deterioro general de la salud y una reducción de la esperanza de vida. 

Alcoholismo épsilon

Es el alcoholismo periódico o dipsomanía. Se trata de personas que resisten largas temporadas en abstinencia hasta que, inesperadamente, se entregan de forma compulsiva e intensiva a la bebida (binge drinking).

El alcoholismo épsilon se asocia a estados crepusculares, con conductas semiautomáticas y amnesia posterior. También en distimia epiléptica o ciclotímica.

Alcoholismo gamma

Como señala un artículo, este patrón de consumo de alcohol presenta las siguientes características:

  • Tolerancia tisular progresiva.
  • Adaptación del metabolismo celular.
  • Dependencia física registrada en forma de signos de abstinencia o falta de control.

El dato definitorio es el impulso a la embriaguez. De hecho, existe un problema de control cuando se empieza a beber, ya que los episodios no suelen terminar hasta la aparición de problemas de salud o financieros que impiden seguir bebiendo.

En el alcoholismo gamma existen períodos de embriaguez diaria durante meses o semanas entre los que hay abstinencia o consumo moderado. Es habitual en países en los que se bebe mucho licor, como EEUU y Gran Bretaña; de ahí que se denomine también alcoholismo anglosajón.

Alcoholismo delta

En este tipo de alcoholismo existe tolerancia, dependencia física y síndrome de abstinencia. Se caracteriza por un elevado volumen de consumo de alcohol diario, pero sin intoxicación y sin compulsión de exceder la cantidad.

La capacidad de control sobre la cantidad de bebida que se ingiere no suele hallarse alterada. Tiene las características del gamma más la incapacidad de abstenerse.

Este alcoholismo se diferencia del gamma en que no puede estar un solo día sin beber, es decir, no se puede abstener, así lo señala el APA Dictionary of Psychology.

Los patrones de consumo de alcohol gamma y delta son los únicos que se consideran enfermedades, que presentan dependencia fisiológica, tolerancia y abstinencia.

Hombre con problemas de alcoholismo
El alcoholismo es una problemática que tiene una tipología muy variada.

Tratamiento del alcoholismo

Existen diferentes tipos de tratamientos para el alcoholismo, ya que implica intervenciones a varios niveles. Así, la intervención terapéutica se dirige tanto a la dependencia como a la abstinencia de alcohol, combinando la psicoterapia, tanto a nivel individual como grupal, con la intervención psicofarmacológica (disulfiram o naltrexona, entre otros).

Los programas de terapia se distinguen por ser multidisciplinarios y el tratamiento se realiza a largo plazo para lograr una abstinencia satisfactoria. En la medida de lo posible, no solo se enfocarán en la persona que tiene problemas con el alcohol, sino también en sus familiares y pareja.

Desde el modelo cognitivo-conductual, se asume que el alcohol es un poderoso reforzador, que, a su vez, depende del contexto histórico y de la disponibilidad actual de la sustancia. No obstante, esta perspectiva no busca necesariamente la abstinencia completa para toda la vida, dependiendo de la situación.

El tratamiento psicológico se basa en la modificación de los patrones conductuales asociados con el consumo de alcohol. De esta forma, se busca fomentar un rol proactivo del paciente en relación a su problema. Además, se le instruye en habilidades sociales y afrontamiento y prevención de recaídas.

  • En una primera fase el objetivo es que la persona aprenda a manejarse en aquellas situaciones que puedan desencadenar su deseo por beber, a través del entrenamiento en habilidades sociales y la preparación para el cambio.
  • Más tarde se trabaja en la prevención de recaída. En esta fase, se diferencia entre el concepto de caída (beber en una ocasión) y recaída (reinstauración del hábito de beber). De este modo, se evita el efecto de violación de la abstinencia.

Como vemos, el tratamiento busca la disminución del interés de la persona por el alcohol, a la vez que incrementa su preferencia por otras actividades y el manejo en situaciones complicadas o con ciertas dificultades.

Este tipo de terapia concibe un continuo dimensional entre el uso y el abuso de la sustancia. Es por ello que, en algunos individuos, puede ser apto defender una estrategia de beber controlada en lugar de abstinencia completa.

Por otro lado, los tratamientos no se llevan a cabo en un régimen hospitalario sino en el medio de la persona. Ahora bien, cuando esta decide dejar de beber y ha estado consumiendo en grandes cantidades, sufrirá el síndrome de abstinencia. Por ello, puede ser necesario realizar en un principio una desintoxicación hospitalaria o ambulatoria, normalmente con tranquilizantes.

Un aspecto importante es el apoyo de la pareja o la familia en caso de una desintoxicación ambulatoria, tanto por los síntomas físicos como por el craving.



Existen muchos tipos de alcoholismo

Como hemos revisado en este artículo, no hay una sola forma de alcoholismo, sino que existen diversas manifestaciones de él. Cada tipología presenta sus propias características que la convierten en una problemática amplia y multicausal.

Esperamos que con la información que te hemos proporcionado dejes de lado la difundida idea de que todos los alcohólicos son iguales. Como ya sabes, esta enfermedad es mucho más compleja de lo que parece a simple vista.

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