¿Qué es el «alter ego» y por qué sería buena idea crear uno?
Desarrollar un alter ego puede permitirte reducir la carga de la ansiedad para mejorar tu potencial y la seguridad en ti. Lejos de ver este ejercicio como algo patológico o problemático, es más bien un recurso puntual que actúa de muleta psicológica capaz de silenciar los miedos y hasta ese diálogo interno negativo que, con frecuencia, mina tu rendimiento.
Ejemplo de ello es lo que hizo Adele. En el 2011 explicó a la revista Rolling Stone que ella creó a Sasha Carter. Era una figura imaginaria que combinaba características de Beyoncé y June Carter. Esto le dio una mayor confianza en sí misma. La práctica es un ejercicio terapéutico, motivador y muy interesante. A continuación, te proponemos profundizar más en el tema.
«Me define lo que hago; no quién haya debajo de mi máscara»
¿Qué es el «alter ego»?
El alter ego es una entidad psicológica que representa una segunda personalidad y que puedes desarrollar con fines creativos, exploratorios o de desarrollo personal. El término proviene del latín, y se traduce como «otro yo». En sus inicios, estaba asociado con la idea de amistad (Amicus est alter ego), aunque poco a poco adquirió la interpretación de una personalidad paralela.
Ahora bien, cabe señalar que el primero en investigar un «segundo yo» fue el doctor Franz Mesmer en el siglo XVIII. Lo hizo al ver cómo muchos de sus pacientes manifestaban otra personalidad durante el trance hipnótico. Su trabajo se conoció en la posteridad como mesmerismo, y sirvió de base para el hipnotismo moderno.
Más tarde, figuras como Jean-Paul Sartre también se interesaron por este concepto. En el libro The problem of social reality se aborda en un capítulo cómo el filósofo relacionó esta idea con la intersubjetividad y con su intento por comprender la existencia del «otro». Sin embargo, más allá de la psiquiatría o la filosofía, el campo que más ha utilizado esta idea es el mundo del arte.
Muchos escritores convierten ese alter ego en el protagonista de sus historias. Construyen personajes que, si bien se parecen en algo, tienen rasgos más llamativos. Esto es algo que Stephen King hace con frecuencia en sus novelas. Asimismo, en los cómics este recurso es muy conocido. Ahí tenemos a Clark Kent, tímido periodista que esconde su faceta de Superman.
Beneficios de construir un alter ego
La construcción de un alter ego es un recurso que presenta interesantes fines terapéuticos. Ese otro ego puede encargarse de hacer muchas de las cosas que el yo no haría y, con ello, potenciar algunas áreas de tu bienestar psicológico. Es más, podría liberarte incluso de tus limitaciones, miedos y ansiedades. A continuación, te describimos todos sus beneficios.
1. Distancia psicológica
Pongamos por caso que eres alguien muy reservado. Inventar un alter ego te permitiría exponerte a situaciones sociales estresantes gracias a la distancia psicológica o autodistanciamiento. Este concepto hace referencia a ese ejercicio en el cual te separas de forma momentánea de aquello que te genera angustia para favorecer la regulación emocional.
Trabajos publicados en Advances in Experimental Social Psychology destacan sus beneficios. En este sentido, dejar a un lado lo que te suscita miedo para asumir la personalidad de una figura ficticia, valiente y poderosa, te facilitaría, sin duda, la confianza en ti mismo. De hecho, es lo que hacen muchos actores y cantantes a la hora de entrar en escena.
2. Autodescubrimiento y autoexploración
Desarrollar un alter ego es una herramienta muy útil para que puedas explorar tu personalidad e incluso sacar a la luz nuevos potenciales. Algo así se alza como un valioso ejercicio para realzar aspectos ocultos de ti mismo, comprender tus deseos y aspiraciones e incluso desarrollar una mayor conciencia tu persona.
A veces, el hecho de imaginar que eres alguien a quien admiras en el mundo del deporte te impulsa a mejorar tu rendimiento. Es más, visualizar que eres un Van Gogh, un Truman Capote o una Agatha Christie, enciende tus motores internos para mejorar en esas áreas que tanto te apasionan.
Recuerda que desarrollar un alter ego es un ejercicio de juego y autodescubrimiento. Procura no servirte de este recurso como mecanismo para evadirte de la realidad o de aquello que no te agrada. Mantén siempre la autenticidad y la honestidad contigo mismo mientras exploras esas facetas más alternativas de tu identidad.
3. Aumento de la perseverancia
En el 2017, la revista Child Development publicó un estudio muy interesante. Un grupo de 180 niños de entre 4 y 6 años demostraron mayor perseverancia en la tarea cuando se les sugirió que imaginaran ser Batman. Algo tan simple y original actúa como un gran motivante, y no solo en mundo infantil.
Un alter ego representa con frecuencia una entidad real o ficticia dotada de extraordinarias competencias, que puede inspirarte para perseverar y tener fuerza a la hora de superar los obstáculos. El conocido como efecto Batman se trata de una «muleta psicológica» que vale la pena probar.
4. Mejora de la autoconfianza y autoestima
Un alter ego puede servirte como una versión idealizada capaz de mejorar tu autoestima y la visión que tienes de ti mismo. Proyectar en ti los rasgos positivos de ese superhéroe, científico, escritor o artista te permitirá, poco a poco, percibirte como alguien más empoderado. Piensa que la autoestima es un constructo psicológico que no es estable y se debilita con el tiempo.
Algo tan sencillo y original como integrar en ti el carisma o personalidad de alguien a quien admiras es una herramienta muy terapéutica para tu día a día.
5. Mejora de la creatividad y la innovación
Como bien señalan en la revista Frontiers in Human Neuroscience, la inspiración es un estado motivacional que te permite hacer realidad tus ideas al optimizar tu creatividad. Por ello, algo como asumir un alter ego u otro «yo» puede abrirte nuevas perspectivas y enfoques innovadores.
Lo logra al liberarte de las restricciones y expectativas asociadas con tu identidad habitual. Derriba muchas de tus resistencias y te anima a la exploración de soluciones más originales que, hasta el momento, podían haber estado fuera de tu alcance. Asumir otra identidad —siempre de forma temporal y con fines terapéuticos— puede abrirte un mundo muy enriquecedor.
6. Integrar otras modalidades
En 1972, David Bowie creó a su alter ego Ziggy Stardust para su nuevo álbum. Se trataba de un extraterrestre andrógino y extravagante que simbolizaba la evolución del rock y el glam. Asimismo, lo que logró también es abrir camino para un progresivo cambio de mentalidad al inspirar no solo al mundo de la música, sino también a la comunidad LGBT+.
Poner en tus miras internas a una figura inventada o real te abre nuevas perspectivas que te permiten avanzar en cualquier ámbito de tu vida.
¿Cómo construir tu propio alter ego?
Llegados a este punto, es muy probable que te preguntes cómo originar un alter ego con fines terapéuticos y para tu desarrollo personal. Si hasta el momento no te habías planteado esta estrategia, te recomendamos llevar a cabo el presente ejercicio siguiendo los pasos que te describimos a continuación:
- Clarifica qué necesitas: el primer paso implica reflexionar en qué áreas de tu personalidad necesitas mejorar. Es importante que definas qué objetivos buscas con esta identidad alternativa.
- Escoge un nombre: para construir tu alter ego es recomendable que le des un nombre. Es decir, si admiras a Albert Einstein, Steve Jobs, Hipatia de Alejandría, Carl Sagan o Lady Gaga, evita asumir sus nombres originales. Piensa en una variante.
- Establece límites: debemos insistirte en que es necesario mantener una clara separación entre tu identidad principal y tu alter ego. Por ello, establece cuándo y cómo utilizarás ese yo alternativo y asegúrate siempre de no confundirlo con tu verdadero ser.
- Crea una narrativa: construye un guion acerca de cómo es tu personaje u otro «yo», sobre lo que hace, cuáles son sus virtudes y fortalezas. Esto te ayudará a comprender mejor su trasfondo, motivaciones y cómo se relaciona con tu identidad principal.
Te puede interesar también Cómo cambia nuestra personalidad mientras envejecemos
Riesgos y beneficios
Siempre que el alter ego se construya de manera consciente y con propósitos saludables, tendrás a tu disposición un excelente recurso para vivir mejor. Ahora bien, ten en cuenta que hay personas que integran de manera estable figuras imaginarias en su registro mental, dando forma al trastorno de identidad disociativo, antes conocido como personalidad múltiple.
Ten siempre el control de esos referentes simbólicos e imaginativos. Deben ser esos modelos de inspiración puntuales y esporádicos que apagan miedos e inyectan seguridad, positividad y motivación. Evita, sobre todo, darles un lugar permanente en áreas que no les competen, ni usarlos tampoco como recursos para escapar de la realidad.
El «otro yo» y el espacio psicológico para evolucionar
Tu identidad y personalidad pueden dejar espacio a estas pequeñas muletas cotidianas en forma de «otros yo». Ejemplo de ello es imaginar que ya eres funcionario en caso de estar estudiando una oposición. De ese modo, logras un mayor nivel de motivación, de confianza en ti y de dirección en tus esfuerzos cotidianos.
Nunca está de más poner en práctica esta sencilla herramienta de desarrollo personal. Asimismo, ten en cuenta que también los más pequeños pueden encontrar un gran motivante al emular conductas de sus personajes favoritos. Vale la pena intentarlo.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Encyclopaedia Britannica. (19 de mayo de 2023). Franz Anton Mesmer. https://www.britannica.com/biography/Franz-Anton-Mesmer.
- Herman, T., Madera, G. Marta. (2019) El poder de tu alter ego: crea una identidad secreta para desarrollar todo tu potencial. Empresa activa.
- Oleynick, V. C., Thrash, T. M., LeFew, M. C., Moldovan, E. G., & Kieffaber, P. D. (2014). The scientific study of inspiration in the creative process: challenges and opportunities. Frontiers in Human Neuroscience, 8, 436. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4070479/
- Schutz, A. (1962). Sartre’s theory of the alter ego. En Collected Papers I (pp. 180-203). Springer Netherlands. https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-94-010-2851-6_8
- Kross, E., & Ayduk, O. (2017). Self-Distancing. En Advances in Experimental Social Psychology (Vol. 323, pp. 81-136). Elsevier. https://selfcontrol.psych.lsa.umich.edu/wp-content/uploads/2016/12/1-s2.0-S0065260116300338-main-2.pdf
- White, R. E., Prager, E. O., Schaefer, C., Kross, E., Duckworth, A. L., & Carlson, S. M. (2017). The “batman effect”: Improving perseverance in young children. Child Development, 88(5), 1563-1571. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27982409/