¿Qué fue de Baby Jane? Cuando el odio se convierte en arte

¿Qué fue de Baby Jane? Cuando el odio se convierte en arte
Leah Padalino

Escrito y verificado por la crítica de cine Leah Padalino.

Última actualización: 07 octubre, 2022

Bette Davis y Joan Crawford, dos grandes actrices, mucho talento y una enemistad de por vida. ¿Pero por qué se odiaban tanto si, en el fondo, no eran tan distintas? Ambas tuvieron mala relación con sus hijas, sus relaciones sentimentales fracasaban y las dos acudían frecuentemente a la bebida. Sin duda, la enemistad hollywoodiense más comentada de la historia; enemistad de la que, entre todo el alboroto, rescatamos una joya del cine: ¿Qué fue de Baby Jane?

Y es que la vida de estas actrices ya de por sí parece una película, por eso, no es de extrañar que Baby Jane fuera todo un éxito y que, incluso hoy en día, se siga considerando todo un clásico. Actualmente, esta película ha vuelto a llenarse de gloria al ser redescubierta por algunos jóvenes gracias a la serie FEUD: Bette and Joan, que recrea la enemistad de ambas actrices y los problemas que tuvieron durante el rodaje.

Es cierto que los jóvenes de hoy en día sentimos cierto rechazo hacia las películas en blanco y negro, parece que una película tan antigua nos da alergia y que el esfuerzo que supone visualizar en blanco y negro es demasiado para nosotros. Sin embargo, parte de la magia de estas películas reside, precisamente, en la ausencia de color.

Escena Baby Jane

Odio y terror

Cuando pensamos en cine de terror actualmente, nos vienen a la cabeza imágenes de posesiones demoníacas, efectos especiales, casas encantadas y escenas gore. Todo esto comenzó a partir de los años 70, coincidiendo con el estreno de películas como El Exorcista, que cambiarían el cine de terror para siempre.

Hasta esa fecha el gran maestro del terror había sido Alfred Hitchcock; la mayoría de las películas habían sido rodadas en blanco y negro y estábamos acostumbrados a otro tipo de terror, más sutil, más psicológico, donde casi todo el peso recaía en la interpretación de los actores, en la música y en sugerir sin apenas mostrar.

“Bette Davis robó mis mejores escenas, pero lo divertido es que cuando veo ¿Qué fue de Baby Jane? de nuevo me doy cuenta de que ella me las robó porque parece una parodia de sí misma y yo una estrella”.

-Joan Crawford-

Hoy en día todo esto ha cambiado, y para muchos resultará difícil reconocer en Baby Jane una película de terror; sin embargo, es así como se denominó en la época. Y es que no son necesarios demasiados efectos especiales para que Bette Davis nos atormente con su mirada, para que sintamos angustia cuando Blanche (Joan Crawford), postrada en una silla de ruedas, trata desesperada de llamar la atención de su vecina o de coger el teléfono para pedir ayuda.

¿Puede haber algo más terrible que el odio? Si alguien nos odia, será capaz de cualquier cosa y más si va perdiendo la cordura, como ocurre en la película. El miedo y la angustia de la película recaen en este odio, en el rencor y en la eterna rivalidad. Cuando odiamos podemos caer en la irracionalidad, no nos importa el daño que podamos ocasionar y rara vez pensamos en las consecuencias.

Escena mujer con una muñeca de la película Baby Jane

Baby Jane, dos hermanas y dos actrices

Baby Jane narra la historia de dos hermanas que tuvieron sus años de gloria y que han caído en el olvido. Una, Blanche, vive postrada en una silla de ruedas y depende de su hermana menor. Jane (Bette Davis), que así se llama la pequeña, hace tiempo perdió la cordura a causa de la culpa que siente por haber dejado a su hermana paralítica y vive recreándose en sus años de gloria, sintiendo que puede volver a ser una niña otra vez y cantar y bailar junto a su padre mientras el público la admira.

El odio entre ambas, el rencor y el ego serán los principales protagonistas de la película; casi como en la vida real. Baby Jane arranca con una pequeña Jane artista, egocéntrica y mimada por su padre que trata mal a todo su entorno, incluida su familia; por otro lado, está su hermana mayor, Blanche, que la observa junto a su madre, apenas habla y se siente discriminada. Vemos que este trato de favor hacia Jane hará de  Blanche una mujer fuerte capaz de hacerle sombra a su hermana, tanto que terminará convertida en una gran estrella de cine.

“No se deben decir cosas malas de los muertos, solo cosas buenas. Joan Crawford está muerta. Bien”

-Bette Davis-

Jane, por el contrario, caerá en el olvido para casi todos los mortales. Lo cierto es que carece de talento y comenzará a odiar a su hermana por haberle robado ese protagonismo. Blanche y Jane son dos eternas rivales, aunque Blanche aparentemente muestre compasión por su hermana , poco a poco vamos descubriendo que no siempre fue así. La película nos deja con escenas tan perturbadoras como las comidas que le prepara Jane a su hermana o la canción I’ve written a letter to daddy.

Esa rivalidad, ese odio traspasa la pantalla y, quizás, es porque la historia de Blanche y Jane no es tan distinta a la de Bette y Joan. El odio, trasformado en arte, se convierte en algo digno de admirar cuando vemos la película; un odio que por otra parte fue totalmente real. Mucho se dice sobre lo que ocurrió en el set de Baby Jane, la máquina de Coca Cola instalada por Davis para competir con la Pepsi de Crawford; el golpe real de Davis a Crawford en una escena o el momento en que Crawford decidió añadir pesas a su vestuario para la escena en la que Davis tenía que arrastrarla.

La rivalidad fue tal que Crawford se las arregló para recoger el Oscar por Anne Bancroft a la mejor actriz. Candidatura a la que estaba nominada Davis por Baby Jane, robándole así el protagonismo a Davis.

FEUD: Bette and Joan, el rescate

Recientemente, se ha llevado a la televisión está rivalidad en la serie FEUD: Bette and Joan, interpretadas por las veteranas Susan Sarandon y Jessica Lange respectivamente. La serie dirigida por Ryan Murphy nos traslada al rodaje de la película y nos muestra la otra cara de la moneda, la de los medios de comunicación y la industria de Hollywood de la época. Industria en la que las mujeres pasaban a un segundo plano y apenas tenían oportunidades, y mucho menos cuando su juventud y su belleza se habían esfumado.

En la serie vemos que, quizás, esa enemistad se vio fuertemente alimentada por la prensa, que parecía más interesada en los insultos que se dedicaban entre ellas que en su profesión. Tal vez, si las cosas hubiesen sido de otra manera, no hubieran terminado tan enemistadas. Lo cierto es que a Hollywood le interesaba esa enemistad, era la propaganda ideal para vender una película que no contaba con un presupuesto demasiado alto ni con un director muy apreciado por los estudios, Bob Aldrich.

La serie FEUD ha logrado rescatar algunos de los momentos más interesantes de estas dos estrellas, logrando que Baby Jane vuelva a estar en el punto de mira. Por otro lado, además de rescatar a las estrellas Davis y Crawford, cuenta con un elenco excepcional, destacando a Sarandon y Lange que, igual que las actrices a las que interpretan, se encuentran en plena madurez, lo que no supone un impedimento para que sigan demostrado que no han perdido su talento.

Baby Jane suponía rescatar a dos mujeres que ya no generaban interés en el público más joven: ya tenían sus años y su carrera estaba bastante estancada. Por eso, Baby Jane era una propuesta arriesgada y para asegurar su éxito había que venderla con algo más;  en este caso, alimentando y destacando la enemistad de sus dos estrellas.

El odio, igual que el amor, puede convertirnos en seres irracionales. Los dos pueden modificar nuestras percepciones, de manera que estas se terminen ajustando más a lo que queremos ver que a lo que existe en realidad. En este sentido, en Hollywood no importaba la felicidad ni la moral, lo importante era, como en casi todas las grandes empresas, vender el producto.

“Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros”

-Hermann Hesse-


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