¿Qué pasaría si tú escucharas voces?

¿Qué pasaría si tú escucharas voces?
Lorena Vara González

Escrito y verificado por la psicóloga Lorena Vara González.

Última actualización: 08 septiembre, 2019

Oír voces, en nuestra cultura, significa padecer algún tipo de trastorno mental grave, un trastorno psicótico, generalmente esquizofrenia. Oír voces parece que te convierte automáticamente en un loco, un enfermo grave marcado con una etiqueta de trastornado mental permanente que no es fácil de enfrentar, porque ni es justa ni te la has puesto tú.

Esta etiqueta te convierte en alguien su supuestamente peligroso, en una persona agresiva que apenas carece de control y a la que hay que medicar para que deje de ser un peligro para la sociedad. Desde ese momento, toda tu vida va a girar en torno a esos síntomas psicóticos, pero no para comprenderlos sino para tratar de eliminarlos.

Pero, muy poca gente se ha parado a escuchar que dicen esas voces y a tomarlas de otra manera, de una manera más comprensiva e inclusiva. A intentar entender el sufrimiento de estos pacientes que tienen alucinaciones auditivas y a enseñarles a vivir con ellas, porque ¿qué pasaría si tú mismo escucharas voces?

“Las personas lunáticas oyen voces que no pueden oír otras gentes; y en vez de considerar que poseen un oído anormalmente agudizado, se les encierra”

-Bertand Russell-

Ocho datos sorprendentes sobre salud mental

Oigo voces y tengo miedo

Oigo voces, sí, las oigo. Todo empezó una mañana, siendo aún un adolescente. Estaba solo en mi cuarto, aunque no recuerdo bien que estaba haciendo. De repente, una voz, una voz oscura, áspera y casi tétrica comenzó a criticarme y reírse de mí. A continuación, otra voz le contestaba, otra voz más aguda, otra voz que me veía y hablaba de mí.

Me asusté mucho, había dos personas que no podía ver que hablaban de mí en tercera persona, que me criticaban y se reían. Las oía como si estuviesen a mi lado, pero no podía ver nada, ¿dónde se esconden?, ¿cómo es que pueden verme?

Comencé a revolver la habitación como si estuviese poseído, pero es que tenía miedo, estaba muy ansioso. Dos desconocidos me juzgaban sin piedad y se reían, me veían continuamente, sus carcajadas llenaban mi cabeza y yo no podía verles, tenía que encontrarlos, ¿acaso tú no hubieras hecho lo mismo?

Entonces decidí gritarles para que parasen y comencé a destrozar los muebles, ¿y si estaban dentro de ellos y me veían por un agujero?.

Era algo horrible, una angustia que no puedo llegar a describir. Justo en ese momento, mi familia, e incluso los vecinos, vinieron a ver que ocurría. Me decían que todo el ruido lo estaba haciendo yo, que había perdido el control, que me había vuelto loco, pero, ¿es que no oían las voces?, ¿cómo pueden no oírlas si me van a dejar sordo?

Y entonces llegó una ambulancia junto con la policía ¿por qué les llamaron?, ¿por qué quieren ponerme una inyección?, ¿por qué me miran raro?, ¿es que no oyen a los que me insultan y se ríen sin piedad?No estoy loco, sólo oigo voces y tengo miedo, mucho miedo.

enfermedadesmentales

Otra forma de entender la psicosis

Cualquiera de nosotros podíamos ser el protagonista de este relato, y aunque el primer episodio psicótico suele estar precedido por un período de comportamientos desorganizados, inusuales, que parecen carentes de sentido, raros y extravagantes, que puede incluir ideas extrañas, no tiene por qué suceder siempre así.

En ocasiones, el brote puede surgir de manera espontánea, sin aviso previo, lo que produce mayor incertidumbre y ansiedad a la persona que lo padece. Por ello desde movimientos como el de Hearing Voices, se pide que tengamos más en cuenta a la persona que hay detrás del diagnóstico y dejemos de estigmatizar las voces y comencemos a incluirlas como una parte más de la biografía del propio sujeto.

No en vano, cerca del 2% de la población general escucha voces, pero de estas personas, tan solo un tercio presenta alteraciones psicopatológicas significativas que les lleven a pedir ayuda profesional . Esto es así, porque el problema no son las voces sino la relación que la persona establece con ellas.

Así que la próxima vez que alguien te diga que escucha voces, piensa más en el miedo que siente esa persona, en el daño que le hace sentirse incomprendido, el que le llamen loco sin pararse a pensar en buscar una explicación al por qué de las voces y sólo centrarse en eliminarlas con fármacos, porque esa persona podrías ser tú y esas voces podrían ser tu condena a la incomprensión y la soledad de la enfermedad mental.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.