La teoría de la reactancia psicológica: rebeldía sin causa y sin cauce
Todos hemos conocido a una de esas personas que parece resistirse a todo. Si se le dice que es por la izquierda, se va por la derecha. Si se le dice que arriba, entonces ella dice abajo. Cuando le preguntamos por qué, probablemente dirán que no tiene por qué ser como los demás, o que así son, o cosas por el estilo. Si es así, estamos ante algo que ha dado lugar a una teoría: la teoría de la reactancia psicológica.
La teoría de la reactancia psicológica plantea que algunas personas presentan un sesgo en su forma de percibir el orden social y su lugar en él. Por eso se resisten a seguir normas, indicaciones o patrones. Les resulta más motivante ir por un camino diferente.
Con frecuencia, este tipo de personas ven las normas como una restricción a su libertad o como una imposición innecesaria. Se precian de su propia rebeldía, aunque tal rebeldía no esté orientada a lograr un objetivo relevante. De hecho, la mayoría de las veces no hay más objetivo que el de llevar la contraria porque sí. A veces lo hacen abiertamente y otras con disimulo.
Muchos adoptan actitudes reactivas cuando sienten que su libertad está siendo amenazada. Sin embargo, hay algunas personas que llevan esto al extremo. Son los llamados “rebeldes sin causa”. Esto puede traer muchos inconvenientes a sus vidas. Veamos esto con mayor detalle.
“No puedo cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino”.
-James Dean-
La teoría de la reactancia psicológica y sus parámetros
Según la teoría de la reactancia psicológica, hay una serie de parámetros que definen si una conducta se ajusta a la reactividad o no. A veces las personas asumen una resistencia frente a las normas en razón a su arbitrariedad o injusticia. En otros casos es una inclinación en su personalidad lo que las lleva a ello.
Los parámetros clave, según la teoría de la reactancia psicológica, son los siguientes:
- Percepción de la libertad. La persona solo siente que tiene libertad si puede quitarse de encima determinada norma o parámetro que se ejerce sobre ella. Si esto ocurre, se siente libre, aunque en otros aspectos se mantenga constreñida.
- Proporcionalidad con la amenaza. Cuanto más fuerte sea la amenaza sobre determinada conducta, más reactancia se produce. Si una libertad es eliminada, la reactancia llega a su culmen.
- Importancia de la libertad. La persona experimenta mayor reactancia cuando se restringen libertades que para ella son muy importantes. Si no lo son, disminuirá su reactividad.
- Relación con otras libertades. Si la libertad amenazada se relaciona con otras libertades, la reactancia tenderá a activarse con mayor fuerza.
- Fuente de la amenaza. Entre menos legítima sea la fuente de la amenaza a la libertad, más fuerte será la reactancia.
El ejemplo más típico de reactancia lo identificamos en los adolescentes. Cuando un padre, por ejemplo, restringe su hora de llegada, es muy posible que se active una gran reactancia si la figura del padre no es muy respetada o considerada como legítima. Entonces es probable que el adolescente busque la manera de saltarse la orden.
Los efectos de la reactancia
La teoría de la reactancia psicológica señala que este tipo de conductas son problemáticas y generan una serie de consecuencias para la persona y su entorno. Es una forma distorsionada de tramitar los desacuerdos, creando un preocupante vacío normativo.
Las principales dificultades que origina son las siguientes:
- Se prestan para crear vínculos de manipulación mutua. Sucede cuando uno se resiste y el otro hace uso de artimañas para vencer la resistencia. Como cuando el empleado se salta una norma, la empresa impone una sanción, el empleado se vuelve a saltar otra norma para no cumplir la sanción…
- Implica un gasto inútil de energía emocional. Lo que hace la reactividad es tensar aún más cualquier conflicto en lugar de solucionarlo. Para sostener un conflicto sin rendirse hay que hacer grandes esfuerzos, cuando en realidad ese conflicto puede no merecer la pena.
- Alimenta sesgos y prejuicios. La reactancia impide ver el verdadero sentido de una restricción. No todos los límites a la libertad son negativos. Muchos de ellos tienen el objetivo de garantizar un mayor grado de justicia o de bienestar colectivo.
Cuando una norma o un mandato lesionan la libertad individual en algo esencial, rebelarse es completamente legítimo. Sin embargo, esto es muy diferente de adoptar una actitud de desobediencia de manera sistemática. Hablamos de una disposición que puede erosionar mucho a la persona que lo practica, a las personas de su entorno y a los objetivos y metas que se planteen.