No estamos en una celda de aislamiento, sino caminando hacia la vida
La vida está llena de hechos y muchos de ellos son irrelevantes o significativos, no porque lo sean en sí mismos, sino porque son para cada uno en particular.
No podemos negar que la amenaza del COVID-19 tiene estatus de crisis para el mundo, pero también es cierto que cada uno de los seres humanos del planeta tiene una vivencia absolutamente subjetiva de este hecho.
Cada uno de nosotros, hijos de este nicho ecológico terráqueo, tendrá su propia significación sobre esta situación y con ello llevará a cabo acciones consecuentes. Lo cierto es que podemos caminar hacia la vida, a pesar de lo que está ocurriendo.
Una crisis, una oportunidad para el cambio
Como toda crisis, esta es una tremenda oportunidad para generar un cambio -profundo, no suntuario-, una modificación del rumbo que estaba tomando la sociedad e intentar darnos cuenta de cómo vivimos y de lo contradictorios que somos.
Ahora nos quejamos del aislamiento, pero en general vivimos aislados, en concreto, tecnológicamente aislados. Nos sienta mal que no nos podemos tocar, lo cierto es que casi somos fóbicos al contacto e interponemos ordenador, tablet o teléfono móvil con los demás.
Nos quejamos siempre que debemos parar la velocidad del ritmo en que vivimos y ahora que estamos obligados a parar nos volvemos a quejar y peor, no sabemos qué hacer.
En este tiempo de reclusión, no somos Papillón en la isla de Diablo, ni Jack Nicholson en la célebre película Atrapado sin salida. Este es un tiempo de cuidado personal y cuidado de los otros, una especie de spa que nos permita relajarnos y darnos un tiempo de reflexión, pero de acciones concretas para caminar hacia la vida.
Se trata de un tiempo capitalizable para nuestro propio crecimiento, porque cada uno en su casa con sus cercanos afectivos puede generar microcambios que unidos y potenciados con otros generaran un cambio en el mundo. Sí, en el mundo y no es delirante, es un efecto dominó en positivo, no catastrófico.
¿Cómo vivir estos días en casa?
Así, para facilitar la convivencia y este tiempo de cuarentena en casa, son recomendables las siguientes pautas:
Habla con tus seres queridos
Preocúpate y llama a tus familiares, sobre todo, a las personas mayores, abuelos, tíos, padres, ellos son población de riesgo. No los dejes solos, cuídalos y haz lo posible para que se sientan protegidos.
Compréndete
Puedes enfadarte, estar de mal humor, quejarte o criticar, pero piensa que puede que estés con el síndrome de abstinencia de la hiperactividad.
Quedarte en casa y sin saber qué hacer puede que te ponga los pelos de punta. Por ello, ¡compréndete! Intenta traducir ese tiempo en acciones.
Concédete un tiempo para ti
Quizás no estás acostumbrado a estar todo el día con tu pareja e hijos y estar así de repente, todos encerrados en casa las 24 horas del día puede que te agobie. De hecho, es muy normal que aumenten las discusiones, los crispamientos y los tratos poco cordiales…
Busca un tiempo para ti, a solas. Haz videollamadas con amigos, habla con ellos, cuéntales qué tal estás, qué te pasa y cómo te sientes.
Evita la sobreinformación
No pases todo el día con la televisión encendida, viendo telediarios o leyendo noticias de periódicos y redes sociales sobre el mismo tema constantemente. Esto perturba y no informa. Hay que protegerse de la sobreinformación.
Juega
No pases todo tu tiempo viendo series y películas, recobra lo lúdico. Juega con tu pareja, con tus hijos, incluso con tus amigos desde la distancia a través de alguna app o juego online.
El juego es algo que las obligaciones cotidianas te ha hecho perder, pero hoy puedes recuperarlo. Te impresionará ver lo bien que te viene.
Prepara tu casa
Dicen que la casa es el mundo interno, por ello trata de hacer esas cosas de casa que tenías postergadas.
Prepara tu jardín, pinta alguna pared o arregla aquella mesa que tenías pendiente. Cocina la comida que te gusta, ordena tu ropa, tus armarios, tus documentos e incluso tira aquello que no vas a usar y selecciona aquello que puedes donar.
¿Un café virtual?
Usa la cámara para hacer encuentros digitales con tus amigos. ¡Tómate un café virtual con ellos!
Aprovecha esta cuarentena para hablar con todos aquellos con los que quedabas de palabra, pero luego nunca era posible. ¡Es el momento!
Haz ejercicio
Monta un gimnasio en casa. Arma un circuito, transpira, muévete. El ejercicio físico favorece la segregación de endorfinas y activa la neuroplasticidad, más allá de activar de forma positiva los sistemas cardiorrespiratorio y musculoesqueléticos.
Reflexiona
Piensa en positivo. Es momento de introspección y reflexión para armar una planificación de lo que deseas hacer este año, con objetivos y metas mínimas posibles a cumplir y por supuesto acciones.
Se trata de una oportunidad para caminar hacia la vida, no lo olvides.
Valórate, pero no te olvides de los demás
Valórate y valora tu tiempo con otros. Es el mejor trampolín para crecer, armar una rutina, crear, divertirte. La buena autoestima genera un afrontamiento en positivo y es la gran motivadora de la acción.
Este tiempo es una gran oportunidad para romper el individualismo recalcitrante al que estamos habituados y transformarlo en solidaridad, porque solo de esta manera, mancomunados, lograremos salir de esta crisis.
Seguramente, tienes miedo, pero no te preocupes. El miedo es una emoción adaptativa que al ser humano le sirvió para acomodarse a los diferentes contextos que le tocó vivir. Te recomiendo que transformes el miedo en acciones. Tú eres el gran protagonista en este momento.
Hagamos que esta situación llegue a buen destino. Y no lo olvidemos, no depende del COVID-19, esto depende de nosotros y de la actitud que tomemos. Entonces, caminemos hacia la vida.