Según el psicólogo Claude Steiner, sin caricias y mimos podríamos morir

El psicólogo Claude Steiner afirmó que las personas debemos decirnos "te quiero" con mayor frecuencia y no descuidar las caricias. Porque sin ellas nos apagamos poco a poco por falta de validación, soledad y dolor emocional.
Según el psicólogo Claude Steiner, sin caricias y mimos podríamos morir
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 09 noviembre, 2021

Dicen que las últimas palabras del reconocido psicólogo Claude Steiner antes de morir fueron “el amor es la respuesta”. Esta era en realidad la esencia de buena parte de su trabajo dentro del análisis transaccional que creó su maestro y colega Eric Berne. A él le debemos ideas tan estimulantes como que sin caricias y mimos podríamos morir.

Pocas figuras dentro del campo de la psicología reflejaron un activismo tan claro en materia de infancia y juventud, crecimiento personal, plenitud y educación emocional. Fue él quien instó a psicólogos y psiquiatras de los años 70 a que salieran de sus sofás y despachos para reelaborar el campo de la salud mental.

Steiner desarrolló antes que muchos servicios de asesoramiento y asistencia para personas drogodependientes. Facilitó el acceso de los jóvenes a la psicoterapia grupal e individual en un intento por mejorar la calidad de vida de las personas de su comunidad.

El análisis transaccional se convirtió en un enfoque psicoterapéutico eficaz, tanto para potenciar el desarrollo humano como para tratar diversos trastornos mentales. Así, dentro de los conceptos principales que definen esta interesante técnica y enfoque, hay un precepto incuestionable: las caricias son un reconocimiento esencial para la supervivencia del ser humano.

Las personas no solo necesitamos alimento y cobijo para sobrevivir. Los gestos emocionales nutren nuestro cerebro, dándonos seguridad, validación y bienestar psicológico.

madre con su bebé para representar que sin caricias y mimos podríamos morir

Claude Steiner: sin caricias y mimos podríamos morir

Después de varios años de trabajo en psicoterapia y continuando el legado de Eric Berne, Claude Steiner definió una interesante teoría llamada “la economía de las caricias”. Esta perspectiva recoge un conjunto de ideas que ya se conocían, pero a las que no se les daba demasiada relevancia.

Crecer en un entorno en que la interacción afectiva es continua y significativa revierte en el buen desarrollo psicosocial del niño. Dicho de otro modo, las caricias, los besos, los abrazos y los mimos son tan importantes como el alimento. Asimismo, esos signos de reconocimiento también son esenciales en la edad adulta. Las parejas que no economizan en materia de afecto y contacto físico son más felices.

Lo cierto es que venimos al mundo siendo una de las criaturas más frágiles de la naturaleza. Sin embargo, esa fragilidad sigue presente a lo largo de nuestra existencia en otro plano que va más allá del físico. Somos seres socioemocionales que necesitamos del contacto físico para validar sentimientos, sentirnos seguros y vinculados a las personas que queremos. Sin caricias y mimos podríamos morir de tristeza.

Tenemos hambre de información, pero también de contacto físico

Claude Steiner participó en el 2013 en el Congreso Internacional de Inteligencia Emocional y Bienestar de Zaragoza (España). En este evento, cientos de expertos de todo el mundo profundizaron y enunciaron sus teorías al respecto de la búsqueda de la felicidad.

Así, además de ser una de las figuras más destacadas del análisis transaccional y de la psiquiatría radical, también destacó de manera especial en el campo de la inteligencia emocional. Algo que enfatizó ya en ese año es que el ser humano está hambriento de caricias. Sin embargo, nos hemos vuelto adictos a las nuevas tecnologías, a la información, a esa búsqueda de estímulos y refuerzos efímeros que nos ofrece el universo digital.

Pensamos que este estilo de vida resulta enriquecedor, pero en realidad nos aísla. Las caricias virtuales no serán nunca equiparables a las caricias físicas.

Las redes sociales están sustituyendo a las caricias reales, pero poco a poco nos damos cuenta de que ese universo puede ser tan solitario como contraproducente. El ser humano necesita de la interacción cara a cara y sobre todo del contacto físico.

¿Es verdad que sin caricias y mimos podríamos morir?

En la actualidad, sabemos que la ausencia de contacto físico y de caricias en los neonatos se traduce en problemas en su desarrollo, tanto físico, como social y emocional. Ahora bien, es posible que más de uno dude de que sin caricias y mimos podríamos morir. Al fin y al cabo, ahí están las personas que aman su soledad y que no tienen contacto físico con nadie.

Llegados a este punto debemos entender algo. Lo primero es que nuestro desarrollo infantojuvenil depende en buena parte de la economía de caricias de la que hablaba Claude Steiner. Recordemos las teorías del siglo pasado de Chapin, Banning, Spitz, Bowlby: los niños necesitan del contacto físico, del roce piel con piel para sobrevivir.

Sin embargo, ¿qué ocurre con los adultos? Todos necesitamos de este tipo de validación emocional. Trabajos de investigación, como los realizados por el doctor Matthew J. Hertenstein de la Universidad DePauw en Indiana (Estados Unidos), destacan una idea tan importante como sencilla. Las personas transmitimos emociones con el tacto, a través de la piel.

La pareja que no se acaricia experimenta angustia, dudas, soledad y contradicción. La falta de cercanía, de afecto cotidiano en gestos como los abrazos nos puede llevar a una depresión. Así que, de algún modo, es cierto que sin caricias y sin mimos podríamos morir.

manos para simbolizar que sin caricias y mimos podríamos morir

La importancia de la educación emocional

La vida adquiere sentido y trascendencia cuando contamos con personas enriquecedoras, hábiles en inteligencia emocional. Porque las caricias, los abrazos y los halagos son el idioma de esas emociones que se demuestran, se validan y saben ser recíprocas.

Entender lo que sentimos, saber manejar ese universo interno tan complejo y a su vez ser competentes en nuestras relaciones e interacciones con los demás es la piedra angular de la felicidad. Recordemos que sin caricias y mimos podríamos morir de tristeza, así que iniciemos esa necesaria revolución hacia la economía del afecto que nos dejó como maravilloso legado el psicólogo Claude Steiner.


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  • Hertenstein MJ, Keltner D, App B, Bulleit BA, Jaskolka AR. Touch communicates distinct emotions. Emotion. 2006 Aug;6(3):528-33. doi: 10.1037/1528-3542.6.3.528. PMID: 16938094.
  • Montagu, A. (2004). El tacto: la importancia de la piel en las relaciones humanas (Vol. 50). Grupo Planeta (GBS).
  • Steiner C. Stroking: What’s Love Got to Do with It? Transactional Analysis Journal. 2007;37(4):307-310. doi:10.1177/036215370703700408.

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