Si quieres vivir, pon un pie delante de otro

Si quieres vivir, pon un pie delante de otro
Alicia Escaño Hidalgo

Escrito y verificado por la psicóloga Alicia Escaño Hidalgo.

Última actualización: 25 agosto, 2019

Vivir no es solamente existir y cubrir nuestras necesidades básicas. Vivir implica gozar, llorar, amar, tener un propósito vital… Se ha demostrado que el ser humano necesita actividad, pero sobre todo, que necesita un objetivo que para sí mismo sea lo suficientemente importante como para que merezca la pena formar parte de este misterioso universo.

¿Cuántas veces no nos habremos sentido perdidos precisamente porque no sabíamos que es lo que queríamos hacer con nuestra vida?

No tener clara tu meta te puede hacer perder el interés por casi todo, hasta llegar a un punto en el que la vida te parezca que no tiene ningún sentido. Es entonces cuando surge el verdadero problema. Realmente la vida tiene el sentido que nosotros queramos darle, pero para ello necesitamos ponernos en marcha y actuar en pro de nuestros objetivos.

Estar perdido, sin saber por qué queremos vivir es un camino con un único acompañante: la tristeza. Una tristeza que es capaz de robarnos las fuerzas necesarias para emprender nuevas acciones, nuevos caminos.

Encontrar nuestro sentido vital

Cada uno de nosotros tenemos un sentido vital. Para algunos es el disfrute por el trabajo bien hecho, para otros son los hijos o la familia y para otros puede ser ayudar a los demás.

mujer bailando gif

Sea cual sea, lo importante es que lo tengamos bien claro y una vez sabido empecemos a actuar por ello. De nada sirve saber que algo me remueve por dentro y sobre lo cual tengo un gran interés, si no llevo a cabo las acciones que necesito para lograr cosas que tengan que ver con mi meta.

Entre el interés y el logro siempre debe de existir la acción. Podemos conseguir casi lo que nos propongamos, pero entendiendo que nada cae del cielo.

Para encontrar tu propósito vital, pregúntate si lo que estás haciendo te acerca al lugar donde te gustaría estar dentro de unos años. Es decir, si lo que tienes hoy entre manos lo quieres seguir manteniendo dentro de cinco años. También puedes echar un vistazo al pasado, concretamente a tu niñez y rememorar qué es lo que te apasionaba entonces.

Los niños siempre procuran hacer lo que realmente les place al margen de expectativas u obligaciones, hasta que la sociedad se encarga en muchas ocasiones de robarles sus sueños.

También es preciso que contemos con una pizca de realismo. Si ese sueño que teníamos en un pasado ya no es factible que se haga realidad, será positivo que vivamos el duelo y finalmente nos adaptemos a la situación, además de buscar otras alternativas que también nos permitan poder vivir con sentido.

La clave está en que gocemos con lo que llevamos a cabo y a su vez que nos permita superarnos a nosotros mismos, descubrir nuevas experiencias y hacer que ganemos confianza y autoestima. Por lo tanto, aunque las ganas no estén de nuestro lado, debemos poner un pie delante del otro, ignorando muchas veces cómo nos sentimos en ese momento.

Chica sonriendo con un girasol en la cara

Seguir caminando para vivir

Como hemos comentado, la clave esencial para conseguir irnos de este mundo, con la sensación de haber vivido la vida como se merece, es tener un por qué y un para qué.

Las personas que sufren depresión muchas veces se preguntan que para qué están en este mundo.

Carecen de ese sentido del que venimos hablando a lo largo del artículo, bien porque no lo han encontrado aún o bien porque aunque, lo tienen claro, la propia tristeza les impide levantarse y actuar. Los pensamientos negativos y creencias irracionales también juegan un importante papel en este sentido. Es muy difícil que nos levantemos y demos el primer paso si lo vemos todo de color negro.

Los pensamientos determinan nuestras emociones y, a su vez, nuestra manera de comportarnos. Por lo tanto, es preciso que los cuestionemos y según qué caso, que los reemplacemos por otros más racionales, confiando en estos últimos.

Aunque los pensamientos son responsables en gran medida de nuestras acciones, también nuestras acciones pueden modificar nuestra forma de interpretar el mundo.

Mujer mirando un camino

Por ello es tan importante ignorar a veces la emoción perturbadora, aceptarla o dejarla estar, mientras seguimos nuestro camino. Tras la práctica repetida, con muchísima fuerza de voluntad, finalmente los pensamientos empezarán a cambiar y, lo que parecía tan oscuro, comenzará a adquirir color a nuestros ojos.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.