Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo

Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo
Francisco Pérez

Escrito y verificado por el psicólogo Francisco Pérez.

Última actualización: 06 agosto, 2023

El trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo se trata de un trastorno de reciente aparición en el DSM-5 que se caracteriza fundamentalmente por la presencia de una irritabilidad crónica, grave y persistente en el tiempo en algunos niños.

Aunque estos síntomas pueden aparecer en una gran variedad de alteraciones y trastornos psicológicos infantiles como el TDAH o el trastorno bipolar, la creación de este nuevo concepto se fundamentó con el objetivo de poder incluir las rabietas y determinados accesos de cólera en el diagnóstico. 

De hecho, algunos investigadores consideran la irritabilidad grave no episódica en los niños como una característica del trastorno bipolar. De ahí, que durante las últimas décadas del siglo XX, se discutiera sobre si este comportamiento era o no una manifestación pediátrica. Además, esto coincidió con un aumento significativo de las tasas de diagnóstico de trastorno bipolar en niños.

Este incremento abrupto pareció deberse a que los clínicos combinaban al menos dos manifestaciones clínicas en una sola categoría. Es decir, se habían etiquetado como trastorno bipolar en los niños tanto las presentaciones clásicas episódicas de manía como las presentaciones no episódicas de irritabilidad grave.

Así, en el DSM-5 , el término trastorno bipolar se reservó explícitamente para las situaciones episódicas en las que se producen los síntomas bipolares. El DSM-IV no tenía ningún diagnóstico pensado para diagnosticar a los niños cuyos síntomas distintivos consistían en una irritabilidad muy marcada y no puntual.

De esta manera, el DSM-5, con la inclusión del trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo, ha aportado una categoría diferente para tales problemas. Veamos en qué consiste.

Niña gritando

La irritabilidad como característica fundamental

Como decíamos, la irritabilidad crónica, grave y persistente en el tiempo es la característica fundamental de este trastorno y tiene dos manifestaciones clínicas relevantes:

  • Accesos de cólera frecuentes.
  • Estado de ánimo persistentemente irritable o de enfado crónico entre los graves accesos de cólera.

Es importante señalar que el primer diagnóstico de trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo no debe hacerse antes de los 6 años de edad o después de los 18 años. Por lo tanto, nos encontramos ante un trastorno que no se diagnostica en adultos.

Accesos de cólera frecuentes

Estos accesos ocurren en respuesta a la frustración, y pueden ser de tipo verbal o manifestarse a través de conductas (agresividad contra objetos, uno mismo y otras personas).

No basta con que ocurran de vez en cuando. Deben ocurrir tres veces o más a la semana, durante al menos un año y en al menos dos ambientes diferentes (por ejemplo, en casa y en el colegio). Además, estos accesos de cólera también deben ser inapropiados para el grado de desarrollo del niño o adolescente.

Estado de ánimo persistentemente irritable o de enfado crónico

Este estado de ánimo irritable o de enfado debe ser característico del niño. Por lo tanto, debe estar presente la mayor parte del día, casi a diario. Además, debe ser apreciable por otras personas del entorno del niño.

Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo

Los criterios que señala el DSM-5 para el diagnóstico de este trastorno son los siguientes:

A. Accesos de cólera graves y recurrentes que se manifiestan verbalmente y/o con el comportamiento (p. ej., agresión física a personas o propiedades) cuya intensidad o duración son desproporcionadas a la situación o provocación.

B. Los accesos de cólera no concuerdan con el grado de desarrollo.

C. Los accesos de cólera se producen, en término medio, tres o más veces por semana.

D. El estado de ánimo entre los accesos de cólera es persistentemente irritable o irascible la mayor parte del día, casi todos los días. Es observable por parte de otras personas (p. ej., padres, maestros, compañeros).

E. Los criterios A-D han estado presentes durante 12 o más meses. En todo este tiempo, el individuo no ha tenido un período que durara tres o más meses consecutivos sin todos los síntomas de los criterios A-D.

F. Los criterios A y D están presentes al menos en dos de tres contextos (en casa, en la escuela, con los compañeros) y son graves al menos en uno de ellos.

G. El primer diagnóstico no se debe hacer antes de los 6 años o después de los 18 años.

H. Por la historia o la observación, los criterios A-E comienzan antes de los 10 años.

I. Nunca ha habido un período bien definido de más de un día durante el cual se hayan cumplido todos los criterios sintomáticos, excepto la duración, para un episodio maníaco o hipomaníaco.

J. Los comportamientos no se producen exclusivamente durante un episodio de trastorno de depresión mayor y no se explican mejor por otro trastorno mental.

K. Los síntomas no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o de otra afección médica o neurológica.

Desarrollo y curso

Como hemos visto, el comienzo del trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo debe producirse antes de los 10 años de edad, y el diagnóstico no debería aplicarse a menores de 6 años.

Como es probable que los síntomas de este trastorno cambien al madurar el niño, el uso de este diagnóstico se debería restringir a los grupos de edad similares a aquellos en que se ha establecido su validez (7-18 años). Aproximadamente, la mitad de los niños con irritabilidad grave crónica continuará cumpliendo los criterios para el trastorno un año después de haber sido diagnosticados.

Los niños con irritabilidad crónica tienen mayor riesgo de desarrollar trastornos depresivos y trastornos de ansiedad en la edad adulta.

Niño gritando sentado en una escalera

El trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo es más frecuente que el trastorno bipolar antes de la adolescencia. Los síntomas de este trastorno, por lo general, son menos frecuentes conforme el niño evoluciona hacia la edad adulta.

Consecuencias

La irritabilidad crónica se asocia a una alteración importante de la vida en familia del niño y de las relaciones con los compañeros, así como también del rendimiento académico.

Como consecuencia de su extremadamente baja tolerancia a la frustración, estos niños tienen dificultades para progresar en el colegio y no participan en actividades que disfrutan los demás. Además, tendrán problemas para desenvolverse de forma normal en la mayoría de aspectos de su vida, debido a que cualquier pequeño problema les hará sentirse mal.

Prevalencia

El trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo es frecuente entre los niños que acuden a las consultas de salud mental infantilLa estimación de la prevalencia del trastorno en la comunidad no está clara, aunque se estima que sea del orden del 2-5 % entre la población general.

Tratamiento

En general, se pueden usar medicación, psicoterapia y una combinación de ambas como tratamiento para el trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo.

Debido a que el diagnóstico es nuevo, los psicólogos clínicos aún están investigando los tratamientos que funcionan mejor. Se han usado medicamentos estimulantes, medicamentos antidepresivos como los inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina, y un tipo de terapia conocida como análisis conductual aplicado.

Los padres deben trabajar en estrecha colaboración con los profesionales para aprender qué es lo que funciona mejor para su hijo. En este sentido, los cuidadores también deben aprender estrategias específicas que se pueden usar para responder a la conducta perturbadora del niño.

Como hemos visto, se trata de un trastorno que se da exclusivamente en niños y adolescentes y del que aún queda mucho que investigar.

Bibliografía utilizada:

American Psychiatry Association (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), 5ª Ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.