Las claves del trastorno obsesivo-compulsivo

Muchas personas confunden el trastorno obsesivo-compulsivo con comportamientos perfeccionistas o escrupulosos. La verdad es que este trastorno va muchos más allá que esto. Veamos detalladamente algunas claves para comprenderlo.
Las claves del trastorno obsesivo-compulsivo
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 08 noviembre, 2022

Es muy común escuchar a la gente decir frases como “estoy obsesionado/a con…”, “soy un/a compulsivo/a de…” y otras similares. Sin embargo, el trastorno obsesivo-compulsivo es un afección que genera mucho malestar y que requiere de un tratamiento estricto que ayude al paciente a obtener una mejor calidad de vida.

Quizás a nuestro alrededor tengamos a alguien que tenga algún tipo de actitud compulsiva; como lavarse las manos constantemente, cepillarse el pelo en todo momento, hacer múltiples comprobaciones y dudar de ellas (por ejemplo, dejar el grifo abierto), etc. Todo esto conlleva un gran nivel de estrés y ansiedad.

Con el fin de comprender mejor este trastorno, a continuación detallamos algunos aspectos clave del mismo.

Elementos del trastorno obsesivo-compulsivo

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno mental crónico que se caracteriza por:

  • Pensamientos incontrolables y recurrentes (obsesiones), que generan mucha ansiedad.
  • Y comportamientos repetitivos (compulsiones), que surgen como una necesidad imperiosa de hacer algo una y otra vez, aunque la persona no quiera o piense que no debería hacerlo.

Profundicemos en estos dos elementos.

Las obsesiones

Son pensamientos, ideas, preocupaciones o imágenes intrusivas, no deseadas, cuya aparición suele generar mucha ansiedad o angustia. Pues, los contenidos principales de las obsesiones tienden a anticipar un daño o un riesgo hacia uno mismo o hacia otros.

Algunos ejemplos son los miedos a las bacterias, a las enfermedades, a subir de peso, a ser robados o al desorden.

Las obsesiones no son placenteras. Por lo que los pacientes  intentan ignorar o reprimir estos contenidos o neutralizarlos a través de las compulsiones.

Las compulsiones

Por su parte, las compulsiones aparecen como una reacción a la obsesión y buscan reducir los niveles de ansiedad que la obsesión está provocando en la persona.

Cada persona reacciona de manera diferente durante este momento, pero los actos más comunes son:

  • Las autolesiones.
  • Constantes verificaciones de diferentes objetos, como cajones, puertas y aparatos eléctricos para asegurarse de que están cerrados, con seguro o apagados.
  • Lavarse contantemente las manos.
  • Contar una y otra vez hasta cierto número.
  • Almacenar periódicos, correspondencia o empaques que ya no son necesarios.
  • Repetir en silencio una oración, palabra o frase.

Los rituales compulsivos de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo producen un alivio temporal de la ansiedad. Sin embargo, no la eliminan del todo.

Mujer con trastorno obsesivo-compulsivo comiendo

Además, es común que después de la compulsión se presenten diferentes sentimientos negativos a causa de la culpa que la persona siente. Esto suele darle un nuevo inicio al círculo vicioso, provocando otro ataque de obsesión seguido de la compulsión. Es necesario buscar ayuda urgente. Pues el trastorno obsesivo-compulsivo se puede tratar y controlar.



Tipos de trastorno obsesivo-compulsivo más comunes

Los tipos de trastorno obsesivo-compulsivo mayormente diagnosticados son los siguientes:

  • Temor a ser heridos. Estas personas buscan evitar a cualquier costo que les ocurran accidentes o daños físicos de cualquier índole. Suelen alejarse de amigos y conocidos por temor a salir y que les pase algo.
  • Acumuladores. Se caracterizan por conservar o juntar objetos que no les son de utilidad, mantenerlos guardados e ir recolectando o agregando cada vez más.
  • Temor a la suciedad. Son aquellas personas que están obsesionadas con mantener los objetos que los rodean y su propio cuerpo lo más limpios posible.
  • Excesiva atención al orden y la simetría. Se caracterizan por evitar cualquier situación que les obligue a salir de la rutina. Suelen ordenar sus objetos, citas y cualquier otro elemento.
  • Temor y atención especial a las enfermedades. Siempre están alertas ante cualquier síntoma que pueda ser causado por algún padecimiento. También se les llama hipocondríacos y en algunos casos no sólo se preocupan por detectar enfermedades, sino que su obsesión puede hacer que su mente cree todos los síntomas.
Mujer con miedo debido al trastorno obsesivo-compulsivo

Una persona con hipocondría hasta el más mínimo cambio en su cuerpo, como la aparición de un lunar nuevo, ya le provoca una serie de preocupaciones que le llevan a la ansiedad y a la sospecha de que tiene una enfermedad grave.

Causas del trastorno obsesivo-compulsivo

Se desconocen las causas exacta del TOC, sin embargo, se han identificado algunos factores que podrían aumentar las probabilidades de padecerlo. Estos son:

  • Genética: aunque aún no se ha identificado ningún gen o conjunto de genes que den origen al trastorno obsesivo-compulsivo, se ha comprobado que tener un pariente de primer grado (padres, hermanos o hijos) con esta afección incrementa las probabilidades de desarrollarla. Con respecto a este tema, los científicos están investigando el papel de la genética en el TOC.
  • Estructura cerebral: los estudios de imágenes cerebrales han demostrado que las personas con TOC a menudo presentan diferencias en la corteza frontal y las estructuras subcorticales del cerebro, las cuales se encargan de controlar el comportamiento y las respuestas emocionales.
  • Neurotransmisores: otros estudios parecen indicar que pueden estar implicadas anormalidades en ciertos neurotransmisores. Uno de ellos es la serotonina, que se cree ayuda a regular la disposición de ánimo, la agresión y la impulsividad. También es el encargado de enviar la información de una neurona a otra, proceso que parece ser está «ralentizado» en las personas con TOC. Las neuronas que responden a la serotonina se encuentran en todo el cerebro, pero especialmente en los lóbulos frontales y en los ganglios basales.
  • Crianza: se ha encontrado que las personas con este trastorno han tenido unos padres excesivamente controladores, exigentes y autoritarios que nunca reforzaron su autoestima y que desde la infancia contribuyeron al aumento de su ansiedad, inseguridad y falta de autoestima.

La gravedad del TOC varía

El trastorno obsesivo-compulsivo suele comenzar en la adolescencia o en la adultez temprana. Sin embargo, es posible que empiece desde la infancia (en este caso, si no se atiende a tiempo, las consecuencias pueden ser más severas).

Por su parte, en la mayoría de los casos, los síntomas suelen comenzar progresivamente y varían en su gravedad a lo largo de la vida; tendiendo a empeorar cuando la persona experimenta un mayor estrés.

Asimismo, los tipos de obsesiones y compulsiones experimentadas suelen cambiar con el tiempo. Y, en los casos más severos, estos pueden llegar a ser incapacitantes.

El TOC, un problema que requiere atención especializada

Es pertinente tener en cuenta que existe una gran diferencia entre ser un perfeccionista (por ejemplo, alguien que busca un rendimiento impecable) y tener un trastorno obsesivo compulsivo. Pues, los pensamientos de las personas con este trastorno no son simples preocupaciones excesivas, y sus experiencias tampoco se reducen a sentir placer por tener las cosas limpias y ordenadas.

En su lugar, las obsesiones y compulsiones experimentadas le provocan un excesivo malestar que afecta significativamente su funcionamiento diario. De allí a que sea necesario la asistencia de un profesional.

Como ya vimos, existe una variedad de trastornos obsesivo-compulsivos y todos ellos requieren ser atendidos por un especialista en salud mental para aliviar la sintomatología y evitar problemas serios en el futuro.

Por tanto, es muy importante que quien sufre este problema cuente con la ayuda de quienes le rodean y acuda con profesionales adecuados, quienes sabrán identificar cuál es la intervención más adecuada para el caso.

Así mismo, la familia debe mantenerse informada y educarse para identificar cualquier tipo de problema que pueda surgir como consecuencia directa. Serán un apoyo fundamental para la persona que sufre TOC, algo que no es nada agradable y que limita mucho la vida de una persona.



Diagnóstico del TOC

El diagnostico del TOC debe ser efectuado por especialistas de la salud mental. En este caso, los profesionales recurren a la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés) para detectar este trastorno. En este caso, se basan en la presencian de obsesiones, compulsiones o ambas.

Además, se deben cumplir las siguientes condiciones:

  • Las obsesiones o compulsiones consumen mucho tiempo (más de una hora por día), o causan una intensa angustia, o interfieren de forma significativa con las actividades diarias de la persona.
  • Los síntomas no se deben al consumo de medicamentos u otras drogas ni a otra afección.
  • Si la persona padece otro trastorno al mismo tiempo, las obsesiones o compulsiones no se pueden relacionar tan solo con los síntomas del trastorno adicional. Por ejemplo, para el diagnóstico del TOC, una persona que padezca un trastorno de la alimentación también debe tener obsesiones o compulsiones que no se relacionen solo con los alimentos.

Afecciones relacionadas con el TOC

Por lo general, las personas con trastorno obsesivo-compulsivo suelen presentar otros tipos de ansiedad como fobias o ataques de pánico. Asimismo, los pacientes con TOC pueden tener depresión, trastornos pode déficit de atención con hiperactividad, un trastorno alimentario o un trastorno del aprendizaje.

La comorbilidad del TOC con alguno de estos trastorno pude hacer que el diagnóstico y tratamiento sea más complicado. Por tanto, es importante que la persona le haga saber al especialista cualquier síntoma o malestar que esté presentando.

Tratamientos para el trastorno obsesivo-compulsivo

Los tratamientos de primera línea para el trastornos obsesivo-compulsivo son la psicoterapia y la medicación, las cuales suelen combinarse para una mayor eficacia. Sin embargo, el especialista en salud mental es el que determinará cual es el mejor tratamiento, según sea el caso.

Entre las psicoterapias más eficaces para tratar los comportamientos compulsivos se encuentra la terapia cognitivo conductual, específicamente el enfoque de exposición con prevención de respuesta; en donde el paciente es expuesto a una situación que le desencadena su compulsión (como tocar objetos sucios, por ejemplo) y se les impide participar en su ritual habitual (como lavarse las manos).

Aunque este enfoque suele provocar sentimientos de ansiedad al comienzo, las compulsiones disminuyen en la mayoría de las personas a medida que continúa el tratamiento.

En el caso de los niños con TOC, los profesionales de salud mental suelen ayudarlos a identificar estrategias para controlar el estrés y aumentar el apoyo necesario para que los niños puedan controlar sus síntomas en la escuela y en el hogar.

Por su parte, los medicamentos que se recetan con mayor frecuencia para el trastorno obsesivo-compulsivo son los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS). En este caso, las personas suelen responder de maneras diferentes al tratamiento. Sin embrago, la mayoría de los pacientes que combinan los medicamentos con la psicoterapia logran un adecuado control sobre sus síntomas.


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