Enfrentarse al cáncer

Enfrentarse al cáncer
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 08 septiembre, 2019

Un diagnóstico de cáncer genera un gran impacto psicológico en la persona que lo padece y en todos los que están a su alrededor. Se trata de una enfermedad grave que suele tener un desarrollo impredecible. A veces, hay casos muy graves que finalmente culminan exitosamente; en otras ocasiones la enfermedad no está avanzada, pero es renuente al tratamiento y se va complicando hasta que culmina con la muerte.

El cáncer viene aumentando en todo el mundo. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que crecerá en algo así como un 57% en los próximos años. De 14 millones de diagnósticos que se producen hoy en el mundo, pasaremos a 22 millones en 2030. Así que este será un problema que muchas personas, y muchas familias, deberán afrontar.

El impacto del diagnóstico

El diagnóstico por sí solo origina una primera crisis en el paciente y su entorno. La persona que padece la enfermedad pasará por un estupor inicial. Durante esta etapa tal vez el paciente, y su familia, se nieguen a aceptar el dictamen médico. Buscarán segundas opiniones, o tratarán de llevar a cabo nuevas pruebas, lo cual, en todo caso, es recomendable.

Hay que tener en cuenta que el diagnóstico no siempre se le comunica al enfermo directamente. La mayoría de las veces son sus hijos, sus cónyuges o sus padres quienes reciben la noticia. Gran parte de los médicos prefieren informar primero a la familia, como una medida de protección para el paciente. Pretenden que cuando éste lo sepa cuente con un entorno favorable para sobrellevar su nueva condición.

Frente a este punto hay gran polémica. En algunos casos, cuando la familia y los allegados viven en contextos sanos, se trata de una decisión acertada. Pero si, por el contrario, el entorno familiar es disfuncional, la situación puede tornarse más complicada aún. Además, hay quienes abogan por una autonomía total del paciente desde el primer momento. Pero nuevamente en este caso, todo es relativo. Si el enfermo es una persona frágil y dependiente, el diagnóstico puede alterarlo excesivamente. Lo cierto es que los médicos no suelen tener tiempo para evaluar todas estas variables y por eso el factor de cómo y a quién se le da la noticia es bastante azaroso.

El punto a destacar es que, cualquiera sea el caso, un diagnóstico de cáncer es muy impactante. Siempre es una noticia sorpresiva y traumática. Frente a esto solo caben dos líneas de conducta: tratar de mantener la calma y obtener toda la información posible.

Lo que sigue después del diagnóstico

Nunca sobra contar con una segunda opinión. Siempre hay un porcentaje, aunque muy bajo, de diagnósticos errados. Personalmente, conozco un caso de alguien que llegó incluso hasta una mastectomía, sin tener la enfermedad; y otro en el que se descartó después de dos biopsias, hasta que se detectó en una tercera.

Cuando haya certeza del diagnóstico, es importante que el médico le explique claramente al paciente y a su familia, qué tipo de cáncer es, qué alternativas de tratamiento existen y cuál es el pronóstico. Este último dato siempre es una conjetura, una deducción probabilística, nunca una referencia exacta. También es fundamental que pidas información nutricional, parámetros para la dieta y que te expliquen los síntomas y los signos de alarma.

El cáncer, generalmente, es el resultado de un estilo de vida inadecuado. Así que seguramente deberás hacer ajustes en tu rutina y concentrar todas tus energías en cuidarte, siguiendo las indicaciones de los médicos. Más que nunca, ahora es importante que te protejas emocionalmente. Aléjate de las situaciones conflictivas y procura conseguir apoyo para sobrellevar tus cambios de ánimo. Puedes formular tus propias estrategias para manejar la situación, pero es aconsejable acudir a un especialista o a un grupo de autoayuda.

La familia también es parte crucial en el proceso y también necesitará apoyo psicológico para sumar, en lugar de restar, durante la recuperación. Lo mejor es acudir al diálogo franco; que cada uno defina qué puede hacer y qué no; que se distribuyan las tareas de apoyo y eviten el cotilleo incesante sobre el tema. Si cada uno está bien, podrán ayudar con mayor eficacia.

Actualmente hay grandes posibilidades de combatir el cáncer con éxito.

Imagen cortesía de bitca.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.