Pequeños cambios marcan grandes diferencias
A veces tenemos claro que queremos hacer un cambio en nuestra vida, pero con el día a día queda en el olvido, y volvemos a estar como siempre, sin cambiar realmente. Tal vez el problema es que veamos el cambio como algo lejano y difícil de realizar. Nada más lejos de la realidad, pues pequeños cambios marcan grandes diferencias. Así que, para evitar que esto ocurra, podemos apoyarnos en una herramienta del coaching. Un concepto que proviene de la Programación Neurolingüística, y que es la noción de “estructura”.
La estructura es la creación de un contexto para llevar a cabo determinada acción. En nuestra mente, asociar una acción a un objeto, lugar, música concreta… nos ayuda a anclar dicha acción e incorporarla como hábito.
Hay muchas estructuras que hemos arraigado en nuestra cultura de forma convencional, y hay otras estructuras que cada uno puede establecer para sí mismo si siente que le ayudan a potenciar un determinado estado de ánimo, un comportamiento, una actitud o una acción. Como decía Aristóteles, “la excelencia no es un acto, sino un hábito”.
Pequeños cambios marcan grandes diferencias
Ejemplos de estructuras que podemos mencionar ahora por si alguna te parece interesante para hacer esos pequeños cambios que marcan grandes diferencias:
1. Estructuras para reforzar un comportamiento
Separar espacios y momentos para hacer diferentes tareas, hacen que cambiemos el “chip” y nos centremos mucho mejor en la actividad presente.
- Cambiar la silla de posición para distinguir una determinada actividad en tu trabajo del resto de tus tareas
- Ponerte el reloj en la mano contraria en un determinado momento cuando quieras separar tareas o actividades concretas
- Separar espacios físicamente: No trabajes en la mesa en la comes, por ejemplo. Utiliza espacios diferentes para tareas diferentes.
- Utiliza un método temporal de control de tareas: los primeros 15 minutos de cada hora, hacer las tareas más prioritarias y urgentes, por ejemplo.
2. Estructuras para reforzar una actitud o estado de ánimo
Es muy conocido que ciertas cosas (música, imágenes, discursos) influyen en nuestro ánimo y que este influye en nosotros. Puedes probar a hacer lo siguiente:
- Escribir una frase que te inspire en tu salvapantallas
- Hacerte un collage con tus objetivos
- Descargarte un Audio/Podcast con un discurso que te motive o te recuerde un concepto que te resuena
- Escuchar una canción o banda sonora que te motive
- Darte un pequeño capricho/premio por cada actividad u objetivo cumplido
Siguiendo esta última idea, por ejemplo, puedes centrarte en terminar una actividad compleja durante una hora. Y, una vez terminada, permitirte tomar un té, un pequeño refrigerio o, simplemente, levantarte y hacer otra actividad diferente que te guste durante 5 minutos.
3. Mantener lo conseguido para marcar grandes diferencias
Es un pequeño refuerzo positivo por haberlo conseguido, y al mismo tiempo te conecta con un pensamiento positivo, asociado al logro y al bienestar, que te dirá: “me quiero y me gusta hacerme feliz, disfrutar”. Así, esa combinación de trabajo y recompensa, puede conectarte con la doble dimensión de la vida: responsabilidad por un lado y felicidad por el otro. De esta manera, podrás reforzar el hábito del trabajo y esfuerzo (inicialmente por etapas de una hora) con la salud, la recompensa y la satisfacción personal.
Cada uno tiene que buscar lo que le inspira, lo que le ayuda a sacar lo mejor de sí, lo que le motiva. A cada persona le inspiran cosas diferentes, y lo importante es que tú encuentres la tuya, pero eso no pasará si no lo haces proactivamente, si no tomas la elección consciente y responsable de tomar las riendas de tus comportamientos y tus actitudes ante las circunstancias, porque si no estarás “a la deriva”. No estarás viviendo la vida que quieres; sino dejándote vivir. Estas son las grandes diferencias que pueden conseguirse con pequeños pasos en la dirección correcta.