Propósitos de año nuevo, ¿cuáles son los tuyos?
Diciembre se acerca y muchas personas comienzan a evaluar sus vivencias de los últimos 12 meses. Este fin de ciclo nos invita a reflexionar acerca de si estamos en el camino correcto o deseamos cambiar algunos aspectos de nuestra vida. Es aquí cuando surgen los famosos propósitos de año nuevo, que en numerosas ocasiones quedan reducidos únicamente a una intención.
El ímpetu y la motivación que nos desbordan al plantear estos retos personales se van desvaneciendo con el paso del tiempo. De esta forma, muchos de estos propósitos han desaparecido de nuestra mente antes de que finalice el primer trimestre del año. ¿Qué podemos hacer para mejorar?.
¿Por qué nos cuesta tanto ser constantes con nuestros propósitos de año nuevo?
Seguramente la mayoría de nosotros habrá experimentado en algún momento la frustración de no ser capaz de perseverar en sus metas. Nunca encontramos el momento para comenzar y siempre una excusa para posponer su cumplimiento. Si te encuentras con frecuencia en esta situación, no desesperes, existen algunos motivos que contribuyen a esta falta de constancia.
Tus propósitos no son tuyos
En ocasiones nos marcamos objetivos que realmente no proceden de nuestro propio y genuino interés. Muchas veces adoptamos objetivos genéricos que no tienen verdadero significado para nosotros. Por ejemplo, es común que muchas personas se pongan a dieta tras las fiestas de navidad porque parece un propósito de obligado cumplimiento. Sin embargo es posible que estos individuos ya estén satisfechos con su estilo de alimentación y no necesiten hacer cambios.
En sencillo entender, entonces, que abandonen la dieta de forma prematura pues esto no es algo que les mueva interiormente. Este propósito no ha surgido de una reflexión personal sobre sus propios hábitos alimenticios y un análisis de los motivos para hacerlo. Es un objetivo externo, genérico y poco relacionado con su situación y sus necesidades.
Los seres humanos somos animales de costumbres
Normalmente nuestros hábitos son conductas muy arraigadas, comportamientos que venimos repitiendo a diario desde hace años. Por ello no es sencillo modificarlos de la noche a la mañana, en cuanto bajamos la guardia la inercia nos lleva a instalarnos en lo conocido, muchas veces incluso de forma automática. Es preciso por tanto que seamos conscientes de esta realidad y nos armemos de paciencia y motivación.
Sabiendo que los viejos hábitos pujarán por recuperar su lugar nos resultará más sencillo estar alerta y tener un plan de actuación. Si te has propuesto, por ejemplo, ser una persona más calmada, cuando sientas que la ira te invade podrás detectarlo y actuar de forma distinta a como siempre lo hacías. Se trata de combatir los hábitos inconscientes con acciones conscientes.
No regulas la motivación adecuadamente
Por último existe la posibilidad de que sí te hayas fijado objetivos que tienen significado para ti y además estés tratando de ser paciente, pero aún así se te dificulta mucho ser constante. Puede ocurrir que no estés regulando adecuadamente tu motivación. Para ello es imprescindible dividir el objetivo en submetas más pequeñas. Así no lo sentirás como inalcanzable y podrás irte premiando por pequeñas victorias progresivas que te motivarán a continuar.
Es decir, si tu objetivo es dejar de morderte las uñas, no puedes pretender lograrlo en una semana y castigarte y desmotivarte si no lo consigues. Establece una reducción gradual y coloca en tu punto de mira el objetivo de cada semana. De esta forma aumentará tu sensación de autoeficacia y cada día te sentirás más capaz de alcanzar tu meta.
Por otro lado es preciso conocerse a uno mismo y adaptar las actividades a nuestra personalidad. Si el propósito es hacer ejercicio algunas personas disfrutarán más la natación, otros el baile, algunos preferirán pasear en solitario y otros jugar un deporte de equipo. Trata de que la situación te resulte lo más agradable posible.
Pautas para seleccionar tus propósitos de año nuevo
En suma, si quieres tener éxito en el cumplimiento de tus objetivos, trata de seguir estas recomendaciones:
- Reflexiona y elige tus propósitos en base a tu interés personal y genuino
- Sé específico: en lugar de “comer bien” plantéate “comer vegeatales tres veces más por semana”
- Divide tus objetivos en tareas más pequeñas y graduales
- Ten un plan de acción para combatir el viejo hábito
- Diseña una manera de disfrutar cumpliendo tu propósito en lugar de verlo como una obligación
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