CÓMO ACTIVAR LA MOTIVACIÓN EN 3 PASOS
Cómo nos sentimos, está fuertemente ligado a la forma de pensar, de hablar y de actuar. Si consigues dominar estos tres pasos, tienes todo ganado para activar la motivación. Es esencial detectar lo qué está fallando en lo que piensas, hablas y actúas. Así una vez te haces consciente de lo que falla, lo puedes corregir.
Nuestros pensamientos influyen notablemente en nuestra forma de actuar y viceversa. Un estado de abatimiento general, tristeza y pensamientos de inutilidad no son los más propicios para motivarse.
Por otra parte, la motivación nunca llega caída del cielo; es necesario actuar y comprometerse. Si se actúa en aras de lo que es importante y se van consiguiendo pequeños objetivos, la motivación aumentará.
1. ¿QUÉ ESTOY PENSANDO?
Analiza lo que piensas sobre tu situación. Puedes escribirlo si lo deseas para fijarte mejor en qué tipo de pensamientos estás sumido. Si todo lo que piensas es negativo, desesperanzador y pesimista, te irás estancando cada vez más y será más difícil que tu vida mejore.
Si las cosas no marchan muy bien y encima te machacas con negatividades, te irás hundiendo cada vez más. Me he encontrado a personas que dicen “¿pero cómo quieres que piense más positivo si mi realidad es así?”.
Estamos de acuerdo en que la vida no es nada fácil, y a veces se nos presentan grandes problemas, pero justamente cuando las cosas van mal es cuando necesitamos más que nunca ayudarnos a nosotros mismos.
¿Cómo podemos ayudarnos? Tratándonos como lo haríamos con un ser querido, conviértete en tu mejor amigo. Aunque hayan problemas, siempre se puede dar un aire esperanzador a las cosas y buscar soluciones mirando el futuro desde una perspectiva diferente.
Siempre hay algo a lo que agarrarse, siempre hay una luz que nos puede ayudar a llevar mejor los problemas. La vida da muchas vueltas y todo puede cambiar de repente, por ello lo mejor es aceptar el momento presente tal y como es y luchar por lo que se quiere cambiar.
Nadie puede sentirse bien si no cree que los días que están por llegar serán buenos, así que sueña y activa la esperanza. Cuando todo va mal es cuando tienes que demostrarte a ti mismo que tienes herramientas para salir de eso y cambiar tu vida.
2. ¿QUÉ ESTOY DICIENDO?
No sólo hay que cuidar los pensamientos, también lo que decimos es parte importante de nuestro bienestar. La vida es como un espejo que te devuelve lo que das. Cuida muy bien cuál es el lenguaje que están empleando con las personas que te rodean.
Si estás de mal humor y lo descargas con los demás con malas palabras, no te estarás ayudando en nada, porque no sólo les transmitirás malas energías a los demás, también a ti mismo.
Analiza cómo le estás hablando a tu entorno y recuerda que si empleas palabras agradables hacia los demás, también te estarás ayudando a ti mismo.
Paradójicamente, cuanto peor te sientes, es cuando más deberías ser amable con los demás. Lo bueno que das, te será devuelto en forma de bienestar.
3. ¿QUÉ ESTOY HACIENDO?
Tus acciones determinan en un alto grado tu bienestar. Si cuidas lo que piensas y lo que dices, pero no tomas acción, tampoco funcionará tu motivación. Cuando se tienen problemas, se tiende a hacer cada vez menos cosas.
No dejes de practicar tus hobbies, escuchar tu música favorita, quedar con gente con la que te sientas a gusto, salir a donde te guste, apuntarte a cursos, actividades, excursiones, etc…
Si te metes en la rueda de la actividad satisfactoria, todo se hará más sencillo y aumentará con creces tu motivación. Siempre hay cosas nuevas por aprender y proyectos que emprender. La vida siempre ofrece nuevas oportunidades, pero hay que estar atento a ellas y abrir nuevos caminos. Si quieres que algo cambie, deberás hacer algo al respecto.
Muchos dicen que en la vida sólo pasa un tren, pero es totalmente falso, lo que ocurre es que si alguien está sumido en el desánimo, se estancará y no será capaz de ver las nuevas puertas que se pueden abrir. Siempre hay nuevas oportunidades, pero también es cierto que hay que ir a buscarlas y moverse porque no suelen venir solas.
Si logras encontrar un equilibrio positivo entre lo que piensas, lo que dices y lo que haces, ten por seguro que tu motivación subirá como la espuma. Estos tres factores deben ir unidos y una vez activas uno, los demás irán mejorando paulatinamente.
Para activar la motivación todo empieza con un pensamiento positivo, y eso te impulsará a que emplees buenas palabras con los demás y seguidamente tendrás ganas de tomar acción y perseguir tus metas y sueños. Interioriza positividad, luego exteriorízala y ponte en marcha y actívate.