Cómo rescatar la ilusión en la rutina

Cómo rescatar la ilusión en la rutina
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 06 agosto, 2023

La ilusión. Término de amplios matices que nos cuesta definir, y que sin embargo nos nutre por dentro. Alimenta nuestra motivación, nuestro despertar en las mañanas y esa mano invisible que nos empuja día a día a encontrar el reverso positivo de las cosas. La esperanza por el futuro donde nos vemos seguros y capaces.

¿Por qué perdemos entonces la ilusión? Las razones son varias y sin lugar a dudas muy personales. Porque no a todas las personas nos afectan las cosas del mismo modo. Es posible que nos sintamos frustrados por no conseguir aquello que teníamos planeado: un buen trabajo, una pareja estable. O quizá estés cansado/a de recibir una decepción tras otra por parte de aquellos que te rodean. Tal vez en estos momentos estés intentando superar una ruptura emocional, o quizá te sientas insatisfecho contigo mismo/a…. las causas son múltiples y todas, de algún modo, alimentan ese sustrato donde siempre crece la desilusión.

Es algo de lo que nadie puede escapar. Nadie dispone de esa armadura perfecta que nos convierte en criaturas invulnerables frente a ella, frente a la falta de ilusión. Son momentos más o menos extensos en el tiempo, que todos vivimos alguna vez, y que hay que saber afrontar. ¿Quieres saber cómo?

1. AHONDAR EN LA CAUSA DE LA DESILUCIÓN

La desilusión no llama a nuestra ventana un día sin más, para arroparnos con su manto de malestar. La desilusión es a veces un vacío existencial donde nos perdemos y donde perdemos también el rumbo de nuestra vida. No sabemos a dónde mirar, no encontramos motivación alguna al levantarnos de la cama. Pero todo tiene un origen. Debemos pues buscar qué causa esa sensación, identificar la realidad del problema y analizar todas las causas que lo han provocado. Una vez identificado el foco de esa desilusión, dejaremos que ascienda la emoción. Tienes derecho a enfadarte, a llorar o incluso a pasar esos instantes de necesitada soledad. Más tarde, pensaremos en estrategias para mejorar.

2. PEQUEÑOS CAMBIOS O GRANDES CAMBIOS

Dependiendo de cuál sea la causa de nuestra desilusión, intentaremos afrontarla de diferentes maneras. La primera es cambiando alguno de nuestros hábitos. Un simple cambio en nuestro día a día siempre trae buenos resultados: apuntarnos a un curso de pintura, aprender otro idioma, hacer algún deporte, salir a pasear por las tardes… esas pequeñas cosas que rompen la cotidianidad que teníamos hasta entonces, hace mucho por nuestro bienestar.

La segunda cosa que haremos, es buscar soluciones a ese vacío existencial, a ese malestar, a esa insatisfacción. Tal vez debamos hacer un cambio drástico. ¿Cambiar de trabajo? ¿Replantearnos nuestra situación actual? En ocasiones los pequeños cambios hacen mucho por nosotros, pero a veces no es suficiente. ¿Dispones tú de valentía para los grandes cambios? Es complicado, sin duda.

3. MERECES SER FELIZ, NUNCA ES TARDE PARA LOGRARLO

Puede que pienses que ya es tarde, que tu momento ha pasado y que debes asumir tu situación actual. Pero tenlo en cuenta ¿Cómo vivir una vida donde ya no existe la ilusión? Es un precio muy alto que nadie merece pagar, y que de alargarse en el tiempo esta creencia, podemos muy bien caer en una depresión. ¿Vale la pena? Desde luego que no.

Nunca es tarde para ti si es por tu bienestar físico y emocional. Dentro de tu vida siempre es posible establecer cambios y priorizar cosas, cosas importantes que te regalen buenos momentos y felicidad. Solo te hace falta valentía y la seguridad en ti mismo/a para asumir retos. Con una autoestima bien reforzada encontrarás ese combustible básico para emprender mejoras en tu vida…. En ocasiones, la ilusión llega cuando menos se la espera. 

La ilusión se esconde a veces en las cosas más insignificantes o en las cosas más grandes. Solo hace falta cogerse bien fuerte de esa mano que quiere ayudarnos, o de ese proyecto que a veces llega sin que lo esperemos. No hay nada más importante que despertarse por la mañana con esta sensación reconfortante que nos empuja a vivir nuestro día a día con ganas y con optimismo. Alimenta tu ilusión y nunca la pierdas, es un bien muy preciado.
Imagen cortesía: Caras Inout

 


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